La habían secuestrado para prostituirla. Estuvo cautiva casi dos meses en una casilla de Los Hornos, en las afueras de La Plata. Su captor escapó, pero se sospecha que es un chico de 25 años que conocía a la familia de la víctima.
Karen Alejandra Tobares, de 18 años, desapareció en Florencio Varela hace dos meses. Su mamá investigó por su cuenta y este lunes fue con la policía al lugar donde estaba capturada. No la encontró, pero sus captores escaparon y la chica pudo volver a su casa ese mismo día. Karen Alejandra Tobares había sido explotada sexualmente. Ahora el caso está en manos del fiscal Darío Provisionato, de la Fiscalía N° 1. El caso pasaría a la Justicia Federal si se caratula como “trata de personas”.
El 29 de junio, la madre de Karen preparaba milanesas y le pidió que fuera a comprar huevos. Karen tiene un retraso mental y su maduración es la de una nena de doce años. No sabe leer ni escribir, tampoco viajar sola, pero el almacén queda a sólo dos casas, en la calle César Cantú al 300 de Bosques, en Florencio Varela. Esa tarde, Karen no volvió. No hubo gritos, no dejó ningún mensaje: desapareció misteriosamente. Sus papás hicieron la denuncia en la comisaría 4° de Bosques. Llevaron una foto de su hija. Los agentes dijeron que la chica se había “escapado” y la familia obtuvo pocas respuestas.
La verdadera investigación la llevó adelante Luisa López, la mamá de Karen. Iba de acá para allá preguntando, esperando una señal. Alguien tenía que haber visto algo. "Pasaron varios días en los que moví cielo y tierra pero nada pude averiguar”, contó Luisa al diario El Popular. “Hasta que un día me llamaron por teléfono”. Era la hermana de un chico del barrio, joven y con “fama de delincuente”. La chica habló de una casa en Los Hornos, en las afueras de ciudad de La Plata. “Me llamó para ofrecerme datos de mi hija a cambio de 2.000 pesos. Yo accedí al trato, pero con la condición de constatar que la dirección que me daba fuera real", relató Luisa.
La mamá de Karen tenía una pista. Habían pasado varias semanas de la desaparición de su hija. Se tomó un remís que la dejó frente a una precaria casilla de madera sin pintar. “Cuando llegué, pasé por la puerta y no vi nada. Empecé a preguntar a la gente del barrio con una foto de Karen y me decían que sí, que la habían visto entrar allí", contó la mujer.
Para ese momento, ya la asesoraba Osvaldo Tondino, presidente de la Federación de Entidades de Fomento de Quilmes, quien a su vez la puso en contacto con el subcomisario Giménez de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. Lo llamaron, le dijeron que empezarían a trabajar en seguida, pero lo hicieron recién el lunes de esta semana.
Cómo apareció Karen
El lunes al mediodía, dos móviles de la Policía salieron para Los Hornos. Luisa iba en el asiento de atrás de uno de ellos. Cuando llegaron, los agentes bajaron del auto y aplaudieron en la vereda, esperando que alguien abriera la puerta de la casilla. La escena fue cinematográfica. Por la ventanilla del patrullero, Luisa vio cómo un hombre se escapaba por atrás de la pequeña construcción. Gritó, quiso salir, pero no la escuchaban. Las puertas traseras los patrulleros sólo se abren desde afuera. Cuando pudo estirar el brazo y tocar la bocina, el hombre ya estaba lejos. No lo alcanzaron.
Tampoco encontraron a Karen en la casa. Por uno momento, Luisa sintió morir todas sus esperanzas. En el camino de regreso a la comisaría, otro llamado a su celular le devolvió el alma al cuerpo: Karen estaba entrando a su casa en Varela en ese mismo momento.
Los investigadores presumen que el caso adquirió tanto eco mediático que los tratantes prefirieron dejarla ir. Karen pudo contar que la obligaron a prostituirse, primero, por Quilmes, y después en la calle 1 de La Plata. En la casilla también había otra chica que aún no pudieron identificar. Karen recuerda que alguna noche la hicieron dormir a la interperie. Contó también que en una oportunidad, una persona en la calle quiso tener relaciones sexuales con ella, ante lo cual empezó a gritar y a llorar. El secuestrador la golpeó hasta llevarla a la casilla, donde ocurrió un episodio extraño: al verla, el otro proxeneta notó que Karen tenía un retraso mental, y se violentó con el chico que la había secuestrado. “Le dio lástima por su enfermedad”, consideró Tondino, que acompañó a Luisa en todo el proceso. Es otra razón por la cual pueden haberla liberado.
Se sospecha que el secuestrador es un chico de unos 25 años, que ya estuvo preso por robo a mano armada. Es de Florencio Varela y conocía a la familia de Karen. Creen que se maneja con el DNI de su hermano. Ahora el caso está en manos del fiscal Darío Provisionato, de la Fiscalía N° 1. El caso pasaría a la Justicia Federal si se caratula como “trata de personas”.