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Un procurador judicial, que se dedicaba a realizar trámites en los tribunales de zona norte del Gran Buenos Aires, fue detenido acusado de balear y herir de gravedad a una mujer. El hombre habría disparado contra una vivienda del partido de San Isidro en venganza contra el esposo de la víctima, a quien le debía 40.000

pesos de alquiler.

Fuentes policiales informaron a Télam que el episodio ocurrió ayer en una vivienda situada en Padre Castiglia, entre Matheu y Lagos, de Boulogne, donde se hallaba sentada en su escritorio frente a la computadora Graciela Noemí Sierra.

En un momento la mujer escuchó un disparo, tras lo cual se produjo otro y una bala atravesó una ventana de la casa y la impactó en la ingle, dijeron los informantes. Sierra, herida de gravedad, fue trasladada por su esposo al hospital de San Isidro, donde se encuentra internada en grave estado, ya que el proyectil le atravesó el intestino y el bazo, añadieron las fuentes. En base a los dichos de testigos obtenidos por efectivos de la Jefatura Conurbano Norte, los pesquisas determinaron que los disparos -en total dos- habían sido efectuados por un hombre desde un auto Fiat Duna Blanco.

La pesquisa se orientó así rápidamente a un hombre, inquilino del esposo de Sierra, con quien el matrimonio tenía problemas porque le adeudaba 40.000 pesos en concepto de alquiler de una propiedad.

Según contó a Télam un jefe policial consultado, el sospechoso había discutido tiempo atrás con el esposo de la baleada, quien en represalia porque no le pagaba desde hacía tiempo el alquiler, le había retenido unos muebles.

Tras determinarse la identidad del sospechoso, la policía, por orden judicial, realizó un allanamiento en su casa de Blandengues al 1400, donde apresó a Alberto Daniel Pereyra, de 55 años, y secuestró el auto Fiat Duna blanco, en cuyo interior halló una pistola calibre 9 milímetros con 12 proyectiles.

Las fuentes dijeron que el arma, que no tiene pedido de secuestro aunque tampoco papeles que acrediten su procedencia, habría sido la empleada para cometer el ataque a Sierra.

Pereyra, quien trabajaba como procurador fiscal realizando trámites judiciales en zona norte, pero al parecer había quedado hace poco desocupado, quedó a disposición de la fiscalía de turno de San Isidro.