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“Cada vez que el viento me acaricia la cara en el risco del cañón del Athuel, siento que es Sebastián”, dijo a Infojus Noticias Miriam Medina, madre de Sebastián Bordón. Fue durante la jornada “La sociedad le habla a la Justicia” realizada en la Universidad Nacional de Cuyo, el sábado pasado, organizado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Nación. Bordón fue golpeado ferozmente por policías del destacamento del Nihuil, mientras estaba en su viaje de egresados en la ciudad de San Rafael. Murió por falta de asistencia médica días después.

"Sebastián era morocho, era de Racing y amaba profundamente a su novia. Era un excelente hijo y cuidaba a sus hermanos para que yo pudiera trabajar", recordó la mamá. Medina se preguntó por qué la sociedad no puede elegir a los jueces y se respondió: "Aprendimos que las cosas se consiguen luchando". “Antes no creía en nadie, Néstor nos fue sembrando y Cristina nos está cosechando para acompañar los cambios que hacen falta en la Justicia”, dijo, en referencia a los cambios propuestos en materia judicial.

Hugo Trentini era el comisario a cargo y dependía del departamento de San Rafael. Ordenó esconder el cuerpo para evitar que su padre lo viera y proporcionó informaciones falsas para desviar la investigación, mientras el cuerpo del adolescente era colocado en el fondo de un barranco para simular un accidente.

En el Paso de las Cabras, a unos metros del destacamento, una cruz recuerda que el 12 de octubre de 1997 fue encontrado muerto Sebastián. Ese día iba a cumplir 19 años. El asesinato provocó un escándalo que incluyó la separación de la cúpula policial mendocina y la detención de siete policías y dos civiles, con penas que fueron de los dos a los quince años de prisión, y otros tres imputados absueltos. El juicio se realizó en el año 2000. Hoy todos los acusados están libres.

Trentini fue condenado a 15 años de prisión por el delito de homicidio, por haber impartido la orden de abandonar al joven en grave estado. Tuvo otra pena paralela por apremios ilegales, de una causa de 1995. El tribunal dispuso, además, una condena de 12 años para el ex agente Daniel Gómez; y de 10 años para los ex agentes Roberto Gualpa y Abelardo Cubillos, todos integrantes del móvil 739, acusados de haber lesionado, ocultado y abandonado al chico en estado de salud crítico que le impedía valerse por sí mismo. El ex cabo Esteban Merelo fue condenado a 2 años y medio de prisión y Amanda Ledesma, a 2 años de prisión, ambos por encubrimiento.

Miriam trabaja en la Secretaría de Derechos Humanos de Nación y recorre el país para acompañar a los familiares de víctimas y ayudarlos con las gestiones judiciales. Se emociona y el dolor se le hace carne con cada caso.

Antes de la muerte de Sebastián vivía en la localidad de Moreno, en el conurbano bonaerense. “Vivíamos en una casa que logramos hacer con mucho esfuerzo, pero ahora nos mudamos a Capital Federal”. En Moreno, los mismos vecinos que ayudaron a buscar a Sebastián ahora pueden ir a la Casa de Sebastián. Se trata de unjardín maternal creado y sostenido por la familia Bordón con ayuda del municipio de Moreno y del gobierno provincial, donde concurren 50 chicos del barrio Tres de Diciembre.

"Aprendí a buscar justicia para Sebastián. Una justicia y una policía que convivían y las pericias las hacían por teléfono", se quejó Medina sobre las instituciones mendocinas.

Medina recibió una placa para que sea colocada en la comisaría de Nihuil, el último lugar donde se lo vio con vida, para que nunca más haya un Sebastián Bordón asesinado. “Ver el rostro de Sebastián  plasmado en una obra de arte me impacta", dijo. La placa fue realizada por el artista plástico mendocino Norberto Filippo y es una chapa de acero empotrada en la pared.

“Si quieren sacar, van a tener que tirar la pared del destacamento para poder sacar el rostro de Sebastián”, dijo su mamá. Es que a Sebastián lo quisieron invisibilizar varias veces. Primero, cuando los policías le pegaron y para que no lo viera su padre golpeado, lo dejaron tirado cerca de un barranco. Después cuando las instituciones ocultaron la información. También hubo dos colocaciones de placa en homenaje a Sebastián que fueron sacadas intencionalmente.

Medina resalta el haber trabajado con otros organismos y no de manera individual: “El padre de Sebastián y mis hijos no hubiéramos podido encontrarlo siquiera. Fueron nuestros vecinos los que se movilizaron, los organismos de derechos humanos. La historia no comienza con el asesinato de un hijo, sino que antes, con otros asesinatos y otras luchas”.