Fernando Farré permanece detenido y a fines del mes próximo será sometido a pericias psicológicas y psiquiátricas. “Una vez que se concluya, la causa podrá ser elevada a juicio”, dijo a Infojus Noticias una fuente de la investigación. También faltan los peritajes a los clulares. Sobre todo al de la mujer, que grababa las agresiones de su ex marido.
Un mes atrás se conocía el femicidio de Claudia Schaefer a manos de su ex marido, Fernando Farré, en el country Martindale. El hombre, ex gerente de una empresa de cosméticos, la apuñaló en el vestidor de la suite principal de la casa de fin de semana que alquilaban. Desde entonces permanece detenido y a fines del mes próximo será sometido a pericias psicológicas y psiquiátricas. “Una vez que se concluya con esa parte, la causa podrá ser elevada a juicio”, aseguró a Infojus Noticias una fuente muy cercana a la investigación.
La prueba recabada hasta ahora y los testimonios que constan en la causa son demoledores para Farré. “La autopsia demostró que el cuerpo de Claudia presentaba tres tipos de heridas: punzantes, de degüello y otras que fueron hechas para hacerla sufrir. Todo eso da cuenta de que Farré comprendía perfectamente lo que estaba haciendo”, agregó la misma fuente.
Otro de los puntos que resaltó la misma fuente tiene que ver con el hecho de que Farré “llegó –con su madre y su abogada civil- con bastante anticipación a la casa del country y le ofreció un té a su abogada, que quedó servido a metros del taco donde estaban los cuchillos”. Por lo que destacó que “la operación de esconderlos y llevarlos al guardarropa, como hizo, habla de premeditación en el hecho. Además, en el bolsillo de su pantalón se le encontró una cortapluma de considerable volumen, con aptitud letal, que tenía como un “reaseguro” por si pasaba algo con los cuchillos”, completó la fuente.
Para la causa serán de mucha importancia, los peritajes psiquiátricos y psicológicos, en los que se están trabajando y que se harán entre fines de octubre y comienzos de noviembre. Entre los próximos pasos que se realizarán en la causa, que es instruida por la fiscal Carolina Carballido Calatayud, también están las pericias telefónicas a los celulares. Sobre todo al de la mujer, porque ella grababa las agresiones de Farré.
Las agresiones que comenzaron siendo psicológicas y terminaron siendo también físicas están acreditadas en la causa tanto por los testimonios del entorno cercano de Schaefer, como por la denuncia que ella misma radicó ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia y que está incorporada en la causa.
De esos maltratos psicológicos y físicos fueron testigos no sólo las empleadas domésticas de la familia –que declararon en la causa- sino también los tres hijos del matrimonio, todos menores de edad. Uno de ellos lo increpó al papá para que no le pegara más a la mamá.
Sandra Schaefer, la hermana de Claudia, es quien tiene la guarda de los tres menores y está gestionando su tutoría. Es ella también quien apuntala a sus padres, quienes se presentaron en la causa como “particulares damnificados”, con la representación legal del abogado Jorge Sandro.
Entre los puntos que falta aclarar está el de una importante suma de dinero que Farré tenía y ocultó para perjudicar a Schaefer en el divorcio y el de una computadora que no se pudo ubicar. La computadora se suponía que estaba en la casa de Martindale -que ya fue devuelta a sus propietarios- pero ahí no se encontró. Pero fue en la diligencia que se hizo para buscarla, que se comprobó que la puerta principal funcionaba perfectamente.
El dato fortalece la hipótesis de que Farré tenía todo planeado. Cuando la mujer llegó con su abogado a la casa, él los hizo entrar por la puerta lateral, diciendo que la principal no andaba bien. Pero cuando se hizo la diligencia judicial para buscar la computadora, la fiscal comprobó que la puerta funcionaba correctamente. Esto da la pauta de que lo hizo a propósito. Porque entrando por la puerta lateral los abogados no podían ver lo que pasaba en la suite principal de la casa.
CD/RA