La serie ya editó las historias de Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy. “Queríamos contar mujeres con historias. Y en el camino salió, casi como un chiste, esto de ponerle “antiprincesas”: nos dimos cuenta de que nos estábamos oponiendo a las princesas tradicionales”, contó Nadia Fink, autora de los tres libros.
No hay sapos para besar y convertirlos en príncipes azules en los cuentos de la Colección Antiprincesas. Tampoco hay madrastras malas, zapatitos perdidos, ni hechizos que rompen los varones con la magia del amor romántico. Hay mujeres libres, autónomas, luchadoras protagonistas de sus propias historias y las de los pueblos que las vieron crecer. Frida Kahlo y Violeta Parra fueron las encargadas de abrir la saga. Esta semana llegó a los quioscos de diarios y las librerías la historia de Juana Azurduy. Infojus Noticias habló con la autora de estos libros infantiles que buscan desarmar los estereotipos de género y mostrar que otras referentes son posibles para los chicos y las chicas.
Nadia Fink escribió y Pitu Sáa trazó las ilustraciones. Martín Azcurra se ocupó del diseño de los tres libros editados por las editoriales Sudestada y Chirimbote. En las librerías, los rostros de las tres mujeres latinoamericanas se confunden entre la hegemonía de Disney y los álbumes de figuritas que muestran a la monja joven de la novela televisiva de moda. La potencia y el colorido de las ilustraciones invitan a su lectura. Si el lector recorre las páginas se encuentra con información bien distribuida, más dibujos bellos y las historias de tres mujeres que desafiaron los mandatos de género. Los mensajes son claros: superación, lucha contra las injusticias, movimiento, actividad. El relato se detiene en gustos, placeres, vestimentas que hablan de ellas pero también de una cultura latinoamericana.
Además de contar las biografías personales, las publicaciones proponen actividades y distintos juegos. “Los adultos nos cuentan que quienes trabajan con chicos y chicas todos los días en territorio usan mucho estas actividades. También nos llegaron fotos de dibujos que surgieron a partir de leer Frida, trabajos con cerámica y hasta disfraces”, relata Fink. Es periodista y escritora. Hace 20 años se recibió de maestra jardinera y quizás en esa trayectoria está la inquietud por los libros para los más chicos. “En Argentina tenemos muy buena literatura infantil”, cuenta la mujer que debutó como autora con esta colección.
-¿Cómo surge la idea de Antiprincesas?
-Queríamos, en principio, contar historias de mujeres latinoamericanas. Empezamos por Frida y Violeta porque ya las había investigado. Para mí son dos referencias en lo personal y en lo histórico. Con Juana el trabajo fue más difícil porque tuve que ponerme a investigar. Queríamos contar mujeres con historias. Y en el camino salió, casi como un chiste, esto de ponerle “antiprincesas” porque nos dimos cuenta de que nos estábamos oponiendo a las princesas tradicionales.
-¿Por qué antiprincesas y no heroínas?
-Los cuentos de princesas incluyen un modelo de mujer estereotipada y pasivo. Pero además muestran una cultura europea que no tiene nada que ver con la cultura de nuestro continente. Esos cuentos de hadas de la mujer sumisa son los que queremos desandar. En oposición a esas mujeres que encuentran la felicidad intrafamiliar casándose con un príncipe o con la continuación de un legado familiar, nosotros pensamos mujeres que construyen colectivamente. Son mujeres que reflejan un continente y un país. No es nada más que una historia personal. Frida y Violeta se dedicaban al arte popular. Juana luchó por la liberación del Virreinato del Río de la Plata. Sus historias están hermanadas como latinoamericanas. No queremos desterrar ninguna princesa. Queremos mostrar otros modelos, otro espejo donde puedan reflejarse los niños y niñas.
-¿Cómo fue la adaptación de estas historias pensadas para el público infantil?
-De alguna manera hay una forma de narrar las historias de forma cinematográfica. Cuando se trabaja con textos para chicas y chicos me parece importante no subestimar, hablarles de frente con un lenguaje sencillo que no quiere decir empobrecido.
-En los tres libros hay un perrito que acompaña a Frida, un pajarito preguntón que dialoga con Violeta y un sable que guía el relato de la historia de Juana, ¿Hay una búsqueda de un lenguaje relacionado a las nuevas tecnologías?
-Sí, el diseño de Martín Azcurra ayudó mucho en eso. Hay vínculos, ventanas que se abren que hacen que la lectura sea más participativa. En definitiva la lectura de un cuento tiene ese componente. Además, los dibujos de Pitu son súper intertextuales. Agregan un lenguaje propio. No cuentan lo mismo que cuenta la palabra.
En el último libro de la colección, el de Juana, redoblan la apuesta bajo el título “La liga de las antiprincesas”. Allí aparecen distintas mujeres que fueron al frente de distintas batallas en la historia de América Latina: Micaela Bastidas, Bartolina Sisa, Victoria Romero, Martina Chapanay y María Remedios del Valle. El listado de estos nombres recortados de un tramo de la historia demuestra que la colección antiprincesas puede ser infinita.
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