Así lo determinó el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El organismo de la ONU señala que, con menos de 6 crímenes cada 100 mil habitantes, las cifras argentinas son muy similares a las de Uruguay y apenas por encima de los registros en Chile.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elaboró un informe en el que analiza la evolución del delito en América Latina y, entre otros puntos, destaca que Argentina posee los menores índices de asesinatos de la región.
El informe titulado “Seguridad ciudadana con rostro humano”, fue realizado por el mencionado programa de la ONU, en colaboración con especialistas y organizaciones no gubernamentales y aborda el problema de inseguridad en la región.
En el análisis de las estadísticas sobre los asesinatos en los países latinoamericanos, arroja que la Argentina tiene una de las tasas de asesinatos más baja.
Con menos de 6 crímenes mortales cada 100.000 habitantes, las cifras argentinas son muy similares a las de la República Oriental del Uruguay y apenas por encima de los registros en Chile.
A la hora de hacer análisis, el PNUD usó, además de las estadísticas de cada país, la percepción del delito de los habitantes de la región para estudiar el impacto de la inseguridad
La agencia de la ONU afirma que la violencia letal afecta desproporcionadamente a los jóvenes, dado que las tasas indican que la juventud latinoamericana sufre homicidios con una tasa superior al doble respecto al resto de la población.
En lo relativo a los robos, si bien nuestro país posee aún tasas elevadas, durante los últimos años se ha comenzado a revertir esta situación.
Esto sucede en un contexto adverso, ya que según el informe “en los último 25 años ha habido un marcado aumento en las tasas de robos para la mayoría de los países de la región”.
Uno de los indicadores utilizados para medir la la percepción del delito es el porcentaje de personas que han cambiado sus lugares de recreación por temor a sufrir delitos.
Allí, Argentina junto a Chile y Panamá son los países que menos han modificado sus hábitos recreativos a causa del delito.
Finalmente, el estudio realiza una serie de recomendaciones tendientes a disminuir el delito y sus consecuencias.
Algunas de las sugerencias están en sintonía con las políticas de seguridad ciudadana que se lleva a delante en nuestro país, como por ejemplo la disminución de la impunidad, fortaleciendo las instituciones de seguridad y justicia, respetando los derechos humanos y la atención y prevención de la violencia de género.