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El juicio por el funcionamiento de la maternidad clandestina del Hospital Militar de Campo de Mayo atraviesa sus últimas etapas con algunos cambios: hoy declarará la imputada, Luisa Yolanda Arroche de Sala García, en lugar del médico militar, Norberto Atilio Bianco, que había pedido hacerlo y después presentó un escrito declinando de hacerlo. Arroche de Sala García, obstetra de ese Hospital Militar, está imputada en la causa por haber falseado la partida de nacimiento y facilitado su apropiación de Francisco Madariaga, nieto restituido por Abuelas de Plaza de Mayo. Los otros tres imputados ya habían anunciado que no hablarían. En la segunda semana de noviembre comenzarían los alegatos.

En este juicio, un desprendimiento de la causa por el Plan Sistemático de Apropiación de Menores. Entre los imputados, junto a Arroche de Sala García y Bianco, están el dictador Reynaldo Bignone, el jefe militar de la zona, Santiago Omar Riveros, y el médico, Raúl Eugenio Martín.

En este debate, el primero que tiene en el banquillo a profesionales de la salud involucrados en delitos de lesa humanidad, se analizan los casos de apropiación de los hijos de Marta Álvarez, Susana Stritzler, Mónica Masri, Valeria Beláustegui Herrera, María Eva Duarte, Myriam Ovando, Silvia Quintela Dallasta y Liliana Isabel Acuña.

Quintela Dallasta parió en 1977 a su hijo, Francisco, que recuperó su identidad en 2010, 32 años después de su nacimiento. Fue criado por un oficial de inteligencia del Ejército y a comienzos de 2010 se acercó a la sede de Abuelas porque tenía dudas sobre su identidad. Los exámenes de ADN comprobaron que era hijo de Quintela Dallasta y Abel Madariaga, secretario de la organización.

Arroche de Sala García trabajó entre 1962 y 1987 en el Hospital Militar de Campo de Mayo. “Ella dio su versión, muy acotada, en Instrucción y ante la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP), pero no en juicio”, explicó a Infojus Noticias una fuente vinculada a la causa.

En 1998, frente a la justicia, Arroche de Sala García, afirmó que entre 1976 y 1977 atendió entre 20 y 30 mujeres embarazadas en Epidemiología (donde alojaban a las detenidas desaparecidas) y que vio a mujeres con las manos atadas y la cara tapada. La mujer explicó que en esa zona siempre había custodios. “En una oportunidad llevaron a un chiquito de 3 o 4 años a eso de las doce de la noche, pero al día siguiente ya no estaba. En otra oportunidad vi a tres criaturas al cuidado de una monja. No escuché comentarios sobre esos chicos pero ‘evidentemente eran hijos de subversivos’”, aseguró.

Desde mediados de septiembre los jueces María del Carmen Roqueta, José Luis Panelo y Jorge Guettas, miembros del Tribunal Oral en lo Federal N° 6, que en 2012 determinó que el robo de bebés paridos por mujeres secuestradas en centros clandestinos de detención fue una práctica sistemática y generalizada del terrorismo de Estado desatado durante la última dictadura cívico-militar, realizan este debate en el que ya declararon decenas de testigos. Entre quienes dieron su testimonio, además de médicos, obstetras, y enfermeros que trabajaron en ese hospital, estuvo Valeria Acuña Gutiérrez, la nieta 110 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo, organización que es querellante en la causa.