Un hombre y sus dos hijos fueron detenidos la semana pasada acusados de obligar a menores a mendigar y robar. El fiscal de la causa, Fernando Cartasegna, dijo a Infojus Noticias que no se trataba “de una escuela de delincuentes" sino de "trata de personas". "¨Por eso debe investigar la Justicia Federal”, justificó.
En un allanamiento realizado en la Villa Tranquila, en Avellaneda, un hombre y sus dos hijos fueron detenidos la semana pasada, acusados de reclutar a tres chicos de entre 12 y 14 años para obligarlos a robar y mendigar. Ahora, el fiscal de la causa, Fernando Cartasegna pidió que la causa pase al fuero federal: “Esta no era una escuela de delincuentes, como publicaron algunos medios. Esto es trata de personas, por eso debe investigarlo la Justicia Federal”, dijo el fiscal a Infojus Noticias.
Eduardo Acosta, de 53 años, y dos de sus hijos, de 13 y 26, están detenidos desde el 2 de septiembre. En una casilla de la Villa Tranquila la policía secuestró dos pistolas 9mm, una escopeta de doble caño y una carabina con mira telescópica y puntero láser. Por esa casa pasaron tres chicos de 12, 13 y 14 años. Para el fiscal Cartasegna, hay suficientes pruebas para demostrar que los chicos eran obligados a robar y mendigar. El fiscal tiene tiempo hasta el próximo martes para pedir la prisión preventiva o la eximición de prisión.
Según explicó Cartasegna había un sistema de “captación, recepción y explotación” de los menores, por eso la causa está caratulada como trata de personas, un delito que tiene una pena de hasta 15 años. Podría llegar a los 18 si a ese delito se le suma, en concurso real, el de tenencia ilegal de armas de guerra.
El fiscal ya pidió la declinatoria de competencia para que el expediente pase a un juzgado federal. Ahora, el juez deberá dar traslado a la defensa y luego definir si acepta el cambio de fuero. El fiscal va a esperar la definición antes de tomar declaración a los tres chicos. En estos casos las entrevistas se realizan a través de una Cámara Gesell, una habitación acondicionada con espejos a través de los cuales solo se puede observar desde afuera.
La Justicia había llegado hasta Villa Tranquila a partir de la denuncia del padre de una de las víctimas. Los tres chicos estaban perdidos y sus familias habían presentado las denuncias sobre averiguación de paradero. El más chico, de 12 años, logró escaparse de la vivienda en la que estaba capturado.
Cuando intentaba volver a su casa en tren se encontró con su papá. El nene estaba golpeado: tenía heridas en todo el cuerpo. El padre se dirigió a la comisaría en donde el niño contó que había otros dos chicos más en la misma situación y guio a las agentes hasta el lugar.