El botón antipánico es un dispositivo que una vez accionado traslada la señal de alarma a la policía. Algunos son fijos y funcionan como un timbre. “El agresor sigue teniendo impunidad absoluta”, dijo Jimena Navas, una de las coordinadoras del Programa de Víctimas contra las violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Cuando María Eugenia Lanzetti vio a su ex pareja con un cuchillo en la mano atravesar la puerta del aula donde ella daba clases, no llegó a apretar el botón antipánico. Mauro Daniel Bongiovanni fue más rápido: la apuñaló en el cuello la mató delante de un puñado de niños y otra maestra jardinera. Mauro y “Marita”, como la llamaban todos, estaban separados. Él tenía prohibido acercarse a ella. “El botón antipánico permite a la mujer tener una vía de acceso rápido para pedir ayuda, pero el agresor sigue teniendo impunidad absoluta porque las denuncias por violencia familiar no llegan a condenar al agresor”, dijo a Infojus Noticias Jimena Navas, una de las coordinadoras del Programa de Víctimas contra las violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
El botón antipánico es un dispositivo que una vez accionado traslada la señal de alarma a la policía. Algunos son fijos y funcionan como un timbre. Se empotran en la pared y tienen dos chips por si alguno se quedara sin señal. Hay otros que son móviles y tienen el aspecto de un pequeño celular con cuatro botones y una alarma silenciosa, que cada veinte segundos reporta la posición y dirección de desplazamiento del aparato y cuenta con batería de larga duración.
El dispositivo se entrega luego de que la mujer haya hecho la denuncia solo cuando el juez evalúa que hay potencial riesgo de agresión. Marita tenía uno que, por orden de la Justicia, le había provisto Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Córdoba. En el caso de la Ciudad de Buenos, por ejemplo, es la mujer quien debe ir con la orden a la Policía Metropolitana para que le den el botón y le expliquen cómo usarlo. Luego, debe ir a la Policía Federal para notificar la orden. “Es una instancia de revictimización enorme. El juez podría dárselo directamente”, opinó Navas.
Para la coordinadora del Programa Víctimas contra las violencias, “toda la responsabilidad sigue volcándose en las víctimas. En el caso de Córdoba, alguien tendría que haber evaluado que el hombre era peligroso. Hay una falta de respuesta de la justicia penal”. Aunque el botón de pánico es una vía rápida para pedir ayuda, “si la mujer ya hizo la denuncia, lo ideal es que no tenga que pedir más ayuda porque alguien ya sancionó al agresor”.
Desde el Observatorio de violencia de género de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires coinciden con esta mirada. Su coordinadora, Laura Malacalza, dijo a Infojus noticias que “en Córdoba era pertinente una mayor mirada sobre el agresor que una medida de protección sobre la mujer. La propia víctima tiene que defenderse, cuando es el Estado el que tiene que vigilar al agresor”.
Para Malacalza, es imprescindible pensar la prevención contra la violencia en su estructura.
“Hay que evaluar el contexto particular en el que ocurre el hecho. No se puede estandarizar la respuesta. En España, por ejemplo, en algunos casos la alerta la tiene el victimario, que es controlado a través de una pulsera magnética. Esto en Córdoba hubiera sido más efectivo”, dijo la coordinadora del Observatorio.
Una vez que la mujer aprieta el botón, el sistema del dispositivo comienza a grabar la llamada y todos los sonidos y ruidos de fondo, en un formato que no permite que el audio pueda ser editado.
Estas grabaciones, junto a los informes que se elevarán a la justicia cada vez que la víctima haga sonar la alarma o se comunique para indicar que el agresor violó la medida cautelar, preventiva o de protección (según sea el caso), servirán como material probatorio.
La provincia de Córdoba distribuye los botones desde 2013. En enero de este año, el Ministerio de Seguridad de la Nación lanzó mediante resolución el Protocolo de actuación para la implementación del sistema de alerta y localización georreferencial "botón de pánico".
Córdoba es la segunda provincia del país con más femicidios junto con Salta y detrás de Buenos Aires. Según el informe anual que presentó el Observatorio de Femicidios en Argentina de la Casa del Encuentro, el año pasado hubo 21 mujeres asesinadas por violencia de género en la provincia mediterránea.
AS/PW