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La industria frigorífica argentina faenó  1.11 millones de cabezas de vaca en 2003, lo que en promedió llevó a un consumo de carne por habitante de 64 kilos, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). A la par de esta  cultura carnívora existe un movimiento de alimentación consciente que cada día crece más en el mundo,  basado en los derechos de los animales y las comidas que benefician la salud. En respuesta de esta minoría, la provincia de Corrientes creó un proyecto de ley que propone la incorporación obligatoria de un “Menú vegano” y un “Menú vegetariano” dentro de todos los lugares que ofrezcan servicios gastronómicos en la provincia. Esto no solo incluye a restaurantes, sino también establecimientos como cárceles y hospitales, donde las personas que no comen animales ni derivados no son consideradas por los que planean las comidas. En Rosario un proyecto similar fue aprobado el año pasado.

“El espíritu de esta ley es que la persona que elige dietas que no incluyen animales pueda acceder a ofertas gastronómicas sin trabajo extra. En la Ciudad de Buenos Aires se puede ver que existen unos cuantos restaurantes vegetarianos y que también en los supermercados comenzaron a incluir productos. Pero la realidad en Corrientes es otra: acá no existe ningún restaurante e ir a hacer las compras es un desafío. Si bien hay más de ocho tipos de leches vegetales, en las góndolas solo se encuentran las de origen animal”, dijo a Infojus Noticias Pablo Buompadre, presidente de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos Animales (AFADA), quienes redactaron  el proyecto.

La ciudad de Rosario aprobó en mayo de 2013 una ordenanza para que los restaurantes que ofrecen menúes sin carnes lo promocionen en sus puertas. La norma rosarina dice que “todas las personas tienen derecho a ser informadas, máxime cuando se trata de su salud, siendo ésta un derecho humano y sobre todo cuando ya no se trata solamente de una dieta vegana-vegetariana sino de una forma de vida que se ha elegido ya sea por piedad, responsabilidad, o cualesquiera elección introspectiva y razonada que motivó la misma”.

El proyecto de ley de Corrientes que ya tiene media sanción es más ambicioso y no solo se ocupa de los restaurantes, sino que incluye aquellos lugares públicos donde se dispensa comida, como lo son los “hospitales públicos o sanatorios, clínicas privadas  u otros centros de salud y los lugares de encierros o dependencias carcelarias existentes en la provincia”.

Educación y cambio de hábitos

También las escuelas o institutos gastronómicos o de enseñanza de cocina instalados legalmente en Corrientes deberán garantizar en sus “planes y programas de enseñanza” la elaboración de productos y comidas vegetarianas y veganas, para fomentar la educación y cambio de hábitos alimentarios en la población.

“El proyecto está en la Comisión de Salud de la cámara de Senadores y entendemos que su aprobación va lenta porque hay muchos intereses en juego. Estamos en una provincia ganadera en un país con cultura ganadera. Pero creemos que si se logra aprobar puede generar un efecto en otras provincias”, contó Buompadre, que actualmente es vegetariano aunque planea convertirse al veganismo porque le resulta “contradictorio participar en la defensa de algunos animales y comerse a otros”.

Agustina Mori tiene 30 años, es vegana hace 12 y trabaja de nutricionista. El número de su matrícula provincial es 1983 y de la nacional 5170. “Una dieta vegana es apta para todas las etapas de la vida. Según Sociedad Argentina de Nutrición y la Academia de Nutrición de Estados Unidos la dieta vegana bien planificada asegura una adecuada nutrición en niños y adultos. Estas recomendaciones están publicadas en las guías alimentarias que ofrecen estas organizaciones de salud. Los cuidados a tener en cuenta son los mismos que debiera tener cualquier persona. Debido a que los alimentos a incluir de un vegano deben ser variados -incluyendo legumbres, cereales y semillas-, puede haber diferencias con esta dieta y las costumbres alimentarias tradicionales”, explicó Mori a este portal.

Mientras que un sector de la cultura popular habla de los peligros del vegetarianismo, los médicos aseguran que cuando un vegetariano padece desequilibrios nutricionales es porque está mal asesorado o no hace bien su dieta. Un vegetariano puede decir “no como carnes”, pero también puede decir “como veinte tipos de legumbres, semillas, frutas, verduras y tubérculos”.

La organización internacional Igualdad Animal trabaja “a través de la sensibilización, concienciación e investigación para promover cambios en la sociedad y en las leyes que sean favorables a los animales”. Entre sus investigaciones difunden, por ejemplo, las formas de producción de los mataderos y los criaderos de animales usar sus pieles.

“Esta noticia está en consonancia con la tendencia a nivel mundial hacia una alimentación más respetuosa con los animales y el medioambiente. Cada día más personas están sustituyendo los productos animales en su alimentación por alternativas vegetales ya que hay un aumento de la sensibilización por la dramática situación que padecen los animales en la ganadería. Que en un país como Argentina donde tradicionalmente el consumo de carne está tan arraigado surja este tipo de iniciativas también responde a que existe un sensibilidad creciente por parte de la sociedad en ese sentido”, dijo desde España a Infojus Noticias Javier Moreno, cofundador de Igualdad Animal.

Adiós a la pirámide

Los nutricionistas especializados en las dietas vegetarianas ya no hablan de pirámide alimenticia sino de rueda de los alimentos, y en páginas de Facebook como “En transición al veganismo”, “Vegalandia”, “Veganos en Argentina” y “Che vegano” se pueden encontrar consejos y recetas de personas que practican estos tipos de alimentación.

Según Mori, “la dieta de una persona vegana tiene beneficios y riesgos. Los mínimos riesgos son los propios de  la falta de conocimiento de los principios que se recomiendan seguir para estar bien alimentados, por ejemplo saber cómo obtener proteínas, hierro, omega 3, etcétera  de fuentes vegetales y no de carnes. Si estos riesgos se eliminan respetando las guías de nutrición para vegetarianos, los beneficios pueden ser muchos”.

El proyecto de ley correntino tiene como objetivos secundarios conseguir que las distintas marcas o empresas que producen o comercializan alimentos para consumo humano incorporen una línea vegetariana y otra vegana entre los productos de esa naturaleza diferenciándolos con logos específicos para cada una, “a fin de evitar la discriminación alimentaria de grupos minoritarios de la sociedad que no consumen carnes u otros alimentos derivados de la explotación animal”.