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La investigación por el crimen de Chiara Páez avanza sobre la hipótesis de que la adolescente se resistió a que le practicaran un aborto y por eso fue asesinada. Los gritos escuchados durante la madrugada y un mechón de pelos encontrados en una de sus manos podrían ser pruebas de esa resistencia. La chica, de 14 años y embarazada de ocho semanas, apareció enterrada en el fondo de la casa de su novio, M., de 16. El chico confesó el crimen, pero los investigadores tienen la sospecha de que participaron más personas. Por eso el fiscal de la causa, Mauricio Clavero, espera con “expectativa” los exámenes que se están haciendo en los pelos encontrados, porque “en caso de que contengan los bulbos, podríamos hacer un ADN para saber a quién pertenecen", explicó. “Las próximas 24 a 48 horas serán muy importantes”, adelantó a Infojus Noticias Alejandro Sinópoli, fiscal regional de la Tercera Circunscripción Judicial.

El de los cabellos no es el único de los resultados que se esperan para las próximas horas. Los técnicos que intervienen en el caso pudieron encender el celular de Chiara, que fue encontrado en un zanjón con agua por los vecinos de Rufino el mismo domingo que se inició la búsqueda de la adolescente. Clavero explicó que a pesar de que el chip no fue hallado, los técnicos aseguran que “al poder encender el teléfono se podría acceder a información que queda registrada en la memoria del aparato". La maniobra de desarmar y deshacerse de las partes del celular por separado fue una de las que llamó la atención de los investigadores que desde el principio creyeron que el chico no había actuado solo.

El cuerpo de Chiara fue encontrado la noche del domingo 10 de mayo, enterrado en el fondo de la casa de M. El menor fue detenido junto a su madre, su abuela y las parejas de ambos. Su abuela y su abuelastro fueron liberados 72 horas después, mientras que su madre y su padrastro continúan detenidos y la justicia santafesina ya les dictó la prisión preventiva. Los papás de Chiara habían denunciado su desaparición la madrugada de ese día, cuando la nena no volvió a su casa.

En las próximas horas también serán peritados los teléfonos de la mamá, la hermana, y la tía de Chiara. "Estamos al aguardo de la autorización de la jueza de la investigación penal preparatoria, Lorena Garini, para que los técnicos puedan 'abrir' los teléfonos", explicó el fiscal Juan Pablo Lavini Rosset. Las pericias comenzarían mañana y los tres celulares fueron entregados voluntariamente por las familiares de Chiara.

Lavini Rosset tiene a su cargo la investigación a familiares directos de la nena. El desdoblamiento de la investigación se produjo por la presunta participación de ellos “en hechos de apariencia delictiva”, explicaron desde la fiscalía el lunes. La nueva investigación comenzó luego de que se confirmara que a Chiara se le habían suministrado medicamentos que se usan habitualmente con fines abortivos. “Este tema era conocido por la madre de la adolescente, quien no reveló la información al fiscal Clavero cuando se estaba en plena búsqueda de la víctima”, informaron desde la fiscalía.

“Las dos familias estaban al tanto de que la nena estaba tomando una medicación abortiva”, explicó a Infojus Noticias Sinópoli. La receta, firmada por un médico de Rufino, fue hecha a nombre de la mamá de M.

Los investigadores avanzan sobre el móvil de que la resistencia de la joven a un aborto forzado podría haber sido el desencadenante del crimen. Sinópoli confirmó que cuando fue encontrada, en un pozo en el fondo de la casa de su novio, Chiara no estaba vestida en la parte de abajo de su cuerpo. Su novio aseguró que eso era porque él la asesinó después de haber tenido relaciones sexuales, algo que fue desmentido por los informes forenses que no encontraron rastros de que eso haya sucedido.

"Había un contexto abortivo, pero algo llevó a una resistencia", explicó Sinópoli. “Por cómo estaba vestida la nena, que en la parte inferior no tenía ninguna prenda, y cómo venía haciendo el tratamiento por vía oral, podría inferirse que esa noche, al haber fracasado en la parte oral se introduce vaginalmente. Todo indicaría que en ese momento podía estar ocurriendo eso”, agregó. Y que, ante la resistencia de la víctima, se desencadena el crimen. La justicia todavía espera resultados del útero de la menor, que se envió para ser analizado en Rosario.

Gritos en la madrugada

“Soltame, te dije que me sueltes” escuchó Carolina, una vecina de M, la noche del crimen. La mujer oyó a la nena, de 14 años, gritarlo al menos tres veces.

Según relató a la radio LT29 de Venado Tuerto, Carolina escuchó los gritos de la nena “entre la 1 y la 1.30 de la mañana". La hora coincide con la data de muerte establecida por los fiscales entre la 1 y las 4 de la madrugada del domingo 10. La mujer relató que esa noche también escuchó ruidos en la casa del barrio Jardín de Rufino. “Eran ruidos bastante fuertes que duraron entre 4 o 5 minutos. Unos ruidos así como si fueran de caño, esos golpes huecos, no sé cómo explicar", detalló la mujer que declaró el mismo día del hallazgo frente a la justicia.

La mujer también aseguró que los abuelos de M., que viven en la misma casa y estuvieron detenidos las primeras 72 horas, "siempre prenden una luz porque tienen un taller. Esa noche no estaba prendida". Fue en un pozo cerca de esa construcción en el que se encontró a Chiara. M. dijo que la llevó hasta ahí solo y arrastrándola de los tobillos, pero Chiara no tenía ni un solo signo de haber sido arrastrada.

CD/RA