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"Las heridas duelen y más todavía cuando no se tratan con ternura", dice el mensaje que el papa Francisco envió ayer con motivo del 9º aniversario de la tragedia de Cromañón y transmitió el presidente de la Comisión Episcopal, Jorge Lozano, luego de la misa en la Catedral porteña. 

"En estos días en que se renueva la esperanza no puedo olvidar a los chicos de Cromañón, a sus padres y a sus familiares. Sé que vos estás muy cercano a ellos y por eso te pido que les hagas llegar mi recuerdo y mi cercanía", leyó Lozano tras la misa que ofició el arzobispo porteño, Mario Poli.

Al mismo tiempo, un sector de familiares de las víctimas, llamado "No nos cuenten Cromañón", se concentró en el Obelisco para realizar acto y reclamar que se desvincule de la causa por la tragedia al grupo de rock Callejeros, que fue condenado entre los responsables del hecho. Horas antes, en Plaza de Mayo, familiares de las víctimas y seguidores pintaron y estamparon remeras.

La conmemoración del siniestro en el local de Once comenzó anoche con la proyección del documental "La lluvia es también no verte..." sobre la calle Bartolomé Mitre, en Once, a metros de donde se encontraba el boliche Cromañón. Hoy se concentraron en el santuario levantado frente a ese boliche para recordar a sus seres queridos, acompañarse y pedir justicia.

"Nos reunimos acá, nos fortalecemos; es una manera de reivindicar nuestra lucha y pedir justicia, para que todos los responsables sean castigados", dijo a Télam José Guzmán, papá de Lucas, uno de los jóvenes fallecido en el boliche.

"La música no mata, lo que mata es la irresponsabilidad de funcionarios, empresarios, policías, agentes de control", resaltó Nilda Gómez, mamá de Mariano, quien tenía 20 años al momento de su muerte en el boliche.

Ella, junto a otros familiares que formaron la asociación civil de víctimas de la inseguridad social en Argentina (Avisar), confía en que la Corte Suprema de Justicia "revea la causa y la caratule como estrago doloso, que es lo que corresponde".

Por el hecho están cumpliendo condena el ex gerenciador de Cromañón, Omar Chabán; su mano derecha, Raúl Villarreal, y los integrantes de Callejeros: Patricio Fontanet, Maximiliano Djerfy, Elio Delgado, Eduardo Vásquez, Juan Carbone, Cristian Torrejón, Daniel Cardell y el manager Diego Argañaraz.

Además, continúan presos el ex subcomisario Carlos Díaz y los ex funcionarios porteños Ana María Fernández (con prisión domiciliaria), Fabiana Fiszbin y Gustavo Torres.

"Esto no fue un accidente, no es un estrago culposo que fue la carátula por las que se los juzgó, acá hay que conseguir un fallo ejemplar para que funcionarios y empresarios cumplan con las normas de seguridad y no exista nunca más un Cromañón", agregó Gómez.

En el Obelisco, convocados por el grupo de sobrevivientes “No nos cuenten Cromañón”, miles de personas participaron para reclamar la libertad de los músicos de Callejeros. Los músicos fueron condenados a penas de entre tres y cinco años por la Sala 3 de la Cámara de Casación Penal que revirtió el fallo del Tribunal Oral N°24 que los había absuelto. También fueron condenados el mánager, Diego Argañaraz, a cinco años, y el escenógrafo Daniel Cardell a tres.

“Somos un grupo de familiares que estamos acá, con los sobrevivientes, que son los que estuvieron esa noche con nuestros hijos”, dijo una de las oradoras, Mercedes Blanco, madre de Lautaro Blanco, que falleció en Cromañón, y Mailin Blanco, sobreviviente. “La realidad es que tenemos otra postura respecto a Callejeros que hace que no podamos participar en otros homenajes. Creemos que el hecho de que los músicos estén presos para lo único que sirve es para distraer y no ir a fondo con lo que realmente pasó. Es injusto que haya gente presa que no tiene nada que ver. Pero aparte es inservible, no ayuda a profundizar los verdaderos motivos y, por el contrario, ayuda a que vuelvan a pasar estas cosas”, agregó la mujer.

“Hay responsables y hay niveles de responsabilidad. Obviamente, uno es el dueño del lugar y el gerenciador, Omar Chabán y Rafael Levy, porque tenían un lugar en condiciones espantosas. Y el otro gran responsable es el Estado de la Ciudad, que entregó el aparato de control a las cámaras de los boliches. Estos poderes han hecho que se busquen chivos expiatorios. En este caso, los chicos de Callejeros.”