Los representantes sindicales fueron denunciados por los hermanos Cirigliano, dueños de la fábrica de vagones Emfer, de llevarse documentación sensible. La causa fue iniciada después de que los trabajadores alertaran a la Justicia Federal de que en la planta se estaba destruyendo y ocultando papelería contable. Esos materiales se sumaron a la causa donde se investiga el choque de Once.
Los delegados de Emprendimientos Ferroviarios S.A. (Emfer) deberán declarar este jueves y viernes ante el fiscal Carlos Insaurralde. Fueron acusados por los dueños de la planta, Mario y Claudio Cirigliano, de “robar documentación” sensible de la empresa. Se trata de una causa que fue iniciada luego de que los delegados denunciaron ante la Justicia Federal el hallazgo de documentación incendiada y varias pilas de biblioratos escondidos en una caldera, en el subsuelo de la fábrica de vagones. Esos documentos se incorporaron a la causa por el choque de Once, que dejó 52 muertos y más de 700 heridos, donde los hermanos Cirigliano están imputados por desvío de fondos.
Los volquetes incendiados fueron encontrados una mañana de marzo de 2012, cerca de las seis, en la salida de los obreros del turno noche y el ingreso de los de la mañana. “Todavía estaba muy fresco el recuerdo de la tragedia de Once –donde murieron 51 personas-. Vimos los dos volquetes ardiendo y logramos rescatar algunas carpetas que las retiramos y guardamos. Nos pareció raro y no entendíamos por qué las quemaban pero las guardamos”, contó Angel Serrano, delegado del sector Herrería, a Infojus Noticias.
Ese material no fue reclamado por nadie. Tres meses más tarde, el 5 de junio, ocurrió un imprevisto y para los delegados las hojas quemadas tomaron otro sentido: un obrero que terminaba de trabajar en el turno noche se fue a quejar al cuarto donde se reúnen los delegados porque no había agua caliente para bañarse, un operario de Mantenimiento fue a ver qué ocurría con la caldera y se encontró varias pilas de biblioratos y carpetas. Volvió y le contó a sus compañeros. Recién empezaba a amanecer.
“Ahí pensamos que todo eso, también la documentación quemada, podía tener relación con lo de Once. Y al rato viene un compañero y cuenta que no lo dejaban salir porque se estaba revisando mucho en la puerta. Habían extremado el control. Ahí decidimos hacer la denuncia y a la tarde llegó el allanamiento”, recordó Serrano, que trabaja de chapita en Emfer.
Cuando llegaron los hombres de la Policía Federal a concretar el allanamiento ordenado por el juez Claudio Bonadío no sólo encontraron los biblioratos y carpetas. También detuvieron dos fletes llenos de documentación y a punto de partir. “Camionetas como esas se habían visto un mes antes en el turno noche y eso también había llamado la atención”, dijo Serrano.
Después de esa jornada, donde los agentes judiciales se llevaron balances, listados de trabajadores con el detalle de sus salarios, formularios varios y documentos a medio quemar, los hermanos Cirigliano denunciaron a los ocho delegados por “robo de documentación”. A esa denuncia deberán responder el jueves y viernes en dos audiencias donde fueron citados a declaración “informativa”. Allí tendrán espacio para relatar ante el fiscal Insaurralde, en la localidad bonaerense de San Martín, sobre el recupero de la documentación y podrán aportar nuevos elementos de prueba a la causa.