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Infojus Noticias

10-2-2014|16:30|Bomberos Nacionales
No tienen subsidios

Después del dolor, los bomberos de Vuelta de Rocha vuelven al fuego

Esta madrugada, los bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha volvieron a salir por una emergencia grande: un conventillo se prendió fuego en Caminito y nueve personas resultaron heridas. No pasó una semana del incendio del depósito de Barracas, donde murió uno de sus compañeros.

  • Fotos: Sol Vazquez
Por: Cecilia Devanna

Cada vez que terminan de apagar un incendio, los bomberos enrollan sus mangueras en la calle. Es un procedimiento y a la vez una ceremonia con la que empiezan a bajar la adrenalina.  En eso estaban los bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha y los de la Policía Federal Argentina (PFA) la madrugada del viernes, cuando sofocaron un incendio en el barrio de Constitución. Los primeros terminaron antes y ayudaron a los de la PFA con sus mangueras. Empezaron a hablar y en pocos minutos todos estaban llorando abrazados. Dos días atrás,  habían perdido a seis de sus miembros y los otros a uno en el incendio del depósito de la firma Iron Mountains en Barracas.

“Nos terminan uniendo las muertes. Es una unión muy importante”, dijo a Infojus Noticias, Daniel Condoleo, Director de los Bomberos Metropolitanos Vuelta de Rocha y responsable de la Unidad Canina. El cuartel, ubicado a pocas cuadras de Caminito, perdió en el incendio del miércoles a uno de sus hombres, Sebastián Campos, de 34 años. Su recuerdo sobrevuela la sala que funciona como punto de unión en ese galpón ubicado sobre la calle Garibaldi. Hay una mesa amarilla de chapa, tres sillas de plástico y dos de madera. Un horno y un par de hornallas. En las paredes, dos pizarras. En una está el cronograma de guardias, en la otra hay recortes de diario con imágenes y textos sobre la tragedia. Son las horas posteriores a la madrugada de este lunes en la que todos tuvieron que volver a salir por una emergencia grande: la del conventillo que se prendió fuego en Caminito y por el que nueve personas resultaron heridas.

“Yo digo que esto es “Rincón de luz” –en referencia al programa de televisión de Cris Morena- pero pobre.  Porque acá estamos siempre juntos”, explica medio en broma, medio en serio, Nora Fernández, II oficial del Cuerpo Operativo de Apoyo (CAO) del lugar. Tiene 53 años y es la mamá de Facundo Ambrosi, el II Jefe del Cuartel, que desde el miércoles se recupera en la sala de terapia intermedia del hospital Argerich. Facundo, papá de tres hijos de 6, 2 años y 2 meses tiene un tiempo mínimo de recuperación de dos años y más de cinco operaciones por delante.

 “Lo ayuda que tiene 25 años y un buen estado de salud porque ni siquiera fuma”, explica su mamá que conoció a su esposo, el papá de Facundo,  a los 16 años, cuando fue al cuartel “a un baile, para recaudar fondos”. Nunca más se separaron. Se casaron cuando ella tenía 18 años y siguieron juntos hasta febrero del año pasado cuando el murió por una enfermedad. Era el Jefe del cuartel. Cuando falleció en su lugar quedó John Olivares y en segundo puesto, Facundo.

Lo que todavía nadie se animó a decirle a Facundo es que su amigo Sebastián está muerto. Que la misma pared que tardó menos de dos segundos en caer sobre ellos lo fulminó en el momento.

La muerte de Sebastián es la tercera en el cuartel. En el año 2008 en el incendio en una gomería de La Boca murieron los bomberos Carlos Guevara y José Narduli. Las fotos de ambos y las placas están a los costados de una imagen de la Virgen de Luján, cerca de la entrada al cuartel. Pronto pondrán las imágenes y la placa que recuerden a Sebastián.

Facundo es bombero desde los 13 años. “Cuando tenía esa edad mi marido le dijo: trabajás, estudiás o te hacés bombero. Y se hizo bombero”.

Caminito

A las 2:30 de la madrugada de hoy sonó el teléfono del cuartel. Alertaba sobre un incendio en la calle Del Valle Iberlucea, en Caminito. Hacia allí fueron todos: doce personas en dos autobombas. Terminaron a las 5:30 de la mañana.

“Hay que cumplir con la tarea. Después de lo que pasó, primero dijimos: va el que está capacitado y el que no, colabora. Tuvimos dos salidas desde que pasó todo, una el jueves y la otra el viernes. Cada uno decidía qué hacer, pero anoche fuimos todos porque fue muy grande, muy bravo. Porque en las construcciones como los conventillos está todo muy junto y hay mucho material ignífugo, muchas capas de pintura de barco, chapas. La adrenalina del trabajo te hace olvidar en el momento de lo que se vivió”, explica Nora.

La voracidad del incendio que destruyó toda la parte izquierda del complejo habitacional en el que conviven 26 familias dejó a los bomberos extenuados y eso también ayudó a no pensar. “Después fue normal, no tuvimos tiempo de pensar porque llegas cansado, te vas a bañar, y a preparar. Además hoy teníamos que cubrir la copa Claro, en el Lawn Tenis, así que no había tiempo de nada”.

Como los bomberos no tienen ningún tipo de subsidio aprovechan todos los eventos a los que los convocan para cubrir y se financian con esos ingresos. 

La mayoría de los incendios en los que participan son precisamente en conventillos del barrio, casas y fábricas aunque también auxilian cuando hay choques automovilísticos.

Todas las colaboraciones las prestan con los recursos que tienen: cascos donados por la embajada de Francia, camiones reciclados. “Tenemos un vehículo con una de las escaleras más altas del país y no podemos usarlo porque no anda. Llega hasta los 25 metros de alto y tiene un ascensor interno y como no tenemos para arreglarla está en desuso”, explicó Condoleo.

Si alguien ayudaba a que los camiones siempre estuvieran en buenas condiciones ese era Sebastián, “un fierrero de alma”, que en sus ratos libres trabajaba como mecánico. Dejó una camioneta a medio arreglar y en el interior del cuartel quedó su Ford Falcón.

Sin subsidios

 “No tenemos subsidio ni nada. Recién a los 30 años de servicio te dan una pensión de 2800 pesos. No queremos que esto sea en vano. Facundo tiene tres hijos chicos. Sebastián dejó una nena de un año y medio”, dijo Nora.

Daniel recordó la ley 1240, sancionada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires, que “regula la organización y funcionamiento de las Entidades de Bomberos Voluntarios y su Reglamentación Operativa” y en cuyo capítulo V se detalla lo referido a subsidios.

“Es un decreto reglamentario que contempla para los bomberos cosas básicas como: carga de combustible, obra social, trabajo, jubilación para el bombero, pensión  para la esposa e hijos, seguro de vida. Es fundamental. Y sin embargo no tenemos ningún tipo de subsidios.  Por ejemplo para la comida, vamos a los comederos de la zona. Reciclamos todos nuestros materiales”.

Los bomberos del cuartel de Vuelta de Rocha también dependen de invitaciones para capacitarse. “Hace unas dos semanas el gobierno porteño nos invitó a uno pero después nos desinvitó”.

En Vuelta de Rocha hay dolor y fortaleza en partes iguales.  Nora lo resume en una frase: “a nosotros se nos vino un elefante encima y hay que sobrellevarlo”.

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