Dieciocho años de prisión a un padre que abusó de sus dos hijas
Entre 1999 y 2007 el hombre abusó sexualmente de sus dos hijas. recién en 2011 pudieron hacer la denuncia. Hoy ambas son mayores de edad.
Ilustración: kitsch.
Claudio Manzano, un vendedor ambulante del barrio de Villa Luzuriaga en La Matanza, fue condenado ayer a 18 años de prisión por haber abusado sexualmente de sus dos hijas entre 1999 y 2007. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 2 de San Justo dio a conocer la sentencia esta tarde. La causa estaba caratulada como "abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo". La fiscal Celia Cejas Martin había solicitado 24 años de prisión para el hombre, mientras el abogado de las víctimas había pedido 32. La semana pasada el TOC 2 había confirmado la condena, solo restaba determinar la cantidad de años.
Las víctimas, Melina y Yamila Manzano, fueron abusadas entre los años 1999 y 2007 cuando tenían 10 y 11 años, pero recién en 2011 pudieron hacer la denuncia. Hoy, ambas son mayores de edad, una estudia enfermería y la otra tiene dos hijos pequeños. "Cada una no sabía de lo que le pasaba a la otra porque mantuvieron el secreto hasta que una quedó embarazada de su pareja y le contó a su hermana sobre los abusos, que padecía la misma situación, por eso decidieron irse de la vivienda", explicó a la agencia Télam, Gonzalo Salama Rietti, abogado de las víctimas.
Durante el debate oral se comprobó, por el testimonio de las víctimas, que el hombre aprovechaba la ausencia de la madre -que trabajaba fuera de la casa-para abusar de sus hijas. Manzano pasaba mucho tiempo en su casa del oeste del conurbano bonaerense, porque trabajaba como vendedor ambulante y comerciante en ferias artesanales. El hombre de 47 años declaró ante los jueces y negó todas las acusaciones. Dijo que todo se trataba de una "venganza familiar".
Después de conocerse la condena, la madre de las víctimas habló con los medios. "Estamos felices porque después de un largo camino con esta condena somos libres", dijo. La Asociación Madres del Dolor y la ong “S.O.S. Niños en riesgo” acompañaron a las víctimas durante todo el proceso judicial. "Las chicas quieren difundir la condena para que otras víctimas se animen a denunciar este tipo de casos", dijo el abogado.
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