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Un hombre cargó 288 ladrillos de cocaína -casi trescientos kilos- en el baúl y en el asiento trasero de un taxi, en un garaje en el barrio porteño de Flores. Los iba a vender a otra banda a cambio de 1.500.000 de dólares, pero pensaban pagarle con “papel de diario” y los agentes encubiertos que los venían investigando intervinieron ante la posibilidad de que se produjera un enfrentamiento armado. Tres hombres fueron detenidos. La investigación está en manos del titular en el juzgado Criminal y Correccional Federal Nro. 9, Luis Rodríguez.

El hombre que iba a transportar la droga fue apresado en el garaje de Ramón Falcón 2745, donde preparó el cargamento. Según informó el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, la cocaína estaba envuelta en globos para piñatas, un método usado para evitar que los perros antinarcóticos los detecten por el olor. Según fuentes de la investigación, esto los hace suponer que el destino final del cargamento era Europa, donde la cocaína tiene un valor de 30.000 euros el kilo. El operativo se llamó "Navidad Blanca".

El primero en ser detenido fue el chofer del taxi. El hombre tenía pensado entrar al garaje y dejar el auto marca Chevrolet modelo Spin, con las llaves puestas, y dirigirse al bar donde esperaba encontrarse con los compradores; pero lo apresaron antes.

Los compradores, uno con antecedentes por estafa y otro que llegó especialmente de Córdoba para la operación, no tenían el dinero que debían entregar a cambio de la droga. Cuando los detuvieron, en el maletín que llevaban había sólo un par de billetes de dólar. El resto lo habían rellenado con papeles de diario y guías telefónicas para simular el peso.

Fuentes policiales señalaron que en total se secuestraron 288 ladrillos de cocaína –cada uno pesaba aproximadamente un kilo– y un maletín con 250.000 dólares apócrifos. “Un cargamento de droga iba a pasar de manos, de una organización a otra, pero no de manera limpia, sino que iba a haber un enfrentamiento, por lo que se decidió intervenir rápidamente”, dijo Berni.

“Nosotros queríamos seguir investigando para poder llegar a un cargamento más grande y a los jefes de la organización. Pero tuvimos que intervenir por temor a que todo terminara a los tiros”, resaltaron las fuentes. Por orden del juez federal Luis Rodríguez, a cargo de la causa, los hombres de la División Drogas Peligrosas de la Federal sorprendieron a los narcos, cuando aún no se había concretado la operación.

El operativo fue realizado el miércoles minutos después de las dos de la tarde, en el barrio porteño de Flores y, además de Berni, participaron el jefe de la Policía Federal, comisario general Román Di Santo, y el superintendente de Drogas Peligrosas de esa fuerza, el comisario mayor Néstor Roncaglia.