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4-1-2015|11:00|Lola Chomnalez Nacionales
Fue en 2003

El crimen de Loreley de León y los puntos en común con Lola

El caso de Lola trajo a la memoria el de Loreley Andrea de León, una joven de 24 años, violada y asesinada en la playa de Parque Santa Teresa, en 2003. Había ido a buscar caracoles y desapareció. El cadáver apareció a las pocas horas, pero a la policía le costó más de dos meses encontrar al asesino.

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Por: Natalia Biazzini

El día que mataron a Loreley Andrea de León, su madre la esperaba para almorzar. Era el último domingo de enero de 2003 y hacía mucho calor. La joven se había ido unas horas antes a buscar caracoles a la playa. Pero la muchacha no regresó y su mamá denunció la desaparición en la comisaría local. El día anterior habían llegado a vacacionar a Parque Santa Teresa y se instalaron en un complejo militar porque el padre de Loreley era un coronel del Ejército. El cadáver apareció a las pocas horas, pero a la policía le costó más de dos meses encontrar al asesino.

El periodista Eduardo González, editor del diario El País, cubrió el caso de Loreley y lo comparó con el de Lola. “El cuerpo también apareció semienterrado por la arena”, dijo a Infojus Noticias. El cadáver apareció a dos kilómetros de la casa donde veraneaba. “Solo se le veía un muslo y una mano”, agregó González.

Las pericias forenses indicaban que la chica había sido violada y asesinada el mismo día de su desaparición. En la autopsia se descubrieron contusiones y mordeduras en el cuerpo. La noticia estuvo vigente durante semanas en los principales medios uruguayos. Periodistas de policiales desfilaban en los programas de televisión radio tejiendo distintas hipótesis sobre el autor del homicidio: decían que había sido alguien cercano a la víctima, un changarín que se la increpó en la playa, un familiar o un amigo. Todo servía para ocupar las horas de la prensa.

Al igual que Valizas, Parque Santa Teresa – a 60 kilómetros de distancia- también es un lugar para veranear y ambos están en el departamento de Rocha. Por eso, el expediente de Loreley pasó por los mismos escritorios que el de Lola, pero con distinta jueza. De este caso se ocupó la magistrada penal Elena Salaberry.

Primeros detenidos y pistas falsas

Una pareja que había visto a Loreley en la playa aportó datos de un joven que la acompañaba. El identikit indicaba que era un varón flaco, de cutis blanco, con unos 22 a 25 años y con 1,75 de estatura. También decía que tenía el cabello de color negro, cortado a máquina.  Cuatro días después del crimen, la Justicia detuvo a dos hombres de mediana edad que fueron liberados horas después por falta de pruebas.

La Justicia contaba con el identikit y con ADN del asesino, que lo obtuvo por restos de piel debajo de las uñas de la víctima, pero faltaba lo más importante: encontrarlo.

El asesino que quiso engañar a la policía

El 7 de febrero, un militar uruguayo acompañó a su hijo, Andrés Neira, de 21 años, a la comisaría local porque el joven era muy parecido al chico del identikit. Neira negó conocer a Loreley y se ofreció voluntariamente a realizarse las muestras de sangre y cotejarse el ADN. El examen se hizo sobre el semen encontrado en el cuerpo de la víctima. El resultado fue negativo por el mal estado de conservación de la muestra sobre la que se realizó la prueba.

En su declaración, Neira nunca pudo decir con exactitud qué hizo entre las 11 y las 14 de aquel domingo. A principios de abril, la jueza retomó esa pista inconclusa y le realizó un segundo examen, pero esta vez con los restos de piel que estaban bajo las uñas del cuerpo. El resultado dio positivo y Neira quedó detenido.

El acusado, entonces, dijo que sí había estado con Loreley cuando falleció, pero que había sido una muerte accidental. Contó que ambos estaban teniendo relaciones sexuales al pie de un médano cuando escucharon ruidos de animales. El joven relató que para no ser descubiertos, él quedó con su cuerpo presionado sobre el de ella, que se encontraba boca abajo por lo que aspiró arena y se asfixió. Neira agregó que no pudo reanimarla y que cubrió su cuerpo con arena y se alejó del lugar. La Justicia nunca le creó y Neira fue condenado a prisión.


 

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