Uno de los fallecidos trabajaba en ese cuartel. Su compañero sigue internado, con fracturas múltiples, en el Hospital Argerich. Eran íntimos amigos.
Esta tarde en la entrada del hospital Cosme Argerich, los móviles de los canales de televisión asistían al desfile de los familiares de dos bomberos voluntarios del cuartel de Vuelta de Rocha, en el barrio de La Boca. Los dos hombres llegaron en ambulancia, después de que una de las paredes del edificio en Azara al 1200 se desplomara. Uno de ellos, Sebastián Campos, entró al hospital en estado desesperante y falleció poco después. Su padre se descompensó al escuchar la noticia. Sus compañeros entraron en shock. Padre de una hijita de un año y medio, había cumplido 34 años el 8 de enero. Lo había celebrado un día después y por partida doble, el día del aniversario de la Asociación Vecinal y Bomberos Voluntarios “Vuelta de Rocha- Francisco Carbonari”, fundada el 9 de enero de 1935.
Su familia se había mudado a Florencio Varela hace rato, pero él seguía yendo y viniendo en su Ford Falcon para trabajar como voluntario en el cuartel. Mecánico de oficio, se ocupaba del mantenimiento de las cinco autombombas, el jeep y la camioneta de la unidad de Vuelta de Rocha. Hoy estaba de guardia cuando sonó la sirena. Era íntimo amigo del otro bombero que llegó junto con él, Facundo Ambrosi, de 25 años.
“Sebastián era un pilar del cuartel. Creció acá. Su papá era oficial superior. Él era un rochense, siempre al pie del camión. Entró de aspirante y pasó todos los niveles", dijo Antonio Sette, presidente del cuartel Vuelta de Rocha, con la voz quebrada y los ojos vidriosos, en una conferencia de prensa junto al resto de los voluntarios. Los compañeros están reunidos en el edificio blanco y amarillo de Garibaldi 2048. Hablan con los periodistas y enrollan las mangueras utilizadas en la tragedia de hoy. A las 10 de la noche, velarán allí a Sebastián.
Facundo entró al hospital de La Boca con fracturas múltiples. Fue rápidamente operado y ahora se recupera en la terapia intensiva del cuarto piso del hospital. Ya se despertó y los médicos son optimistas. Sus amigos y su novia aguardan el próximo parte médico en la sala de espera. Después de visitarlo, la mayoría de sus compañeros - que dejaron el incendio ante el drama de sus compañeros- prefirieron dirigirse al cuartel de Vuelta de Rocha, donde mantienen una suerte de liturgia colectiva para pedir por su pronta recuperación.
Facundo es un guerrero contra el fuego, lo lleva en los genes. Su madre y su padre trabajaron toda la vida en ese cuartel de La Boca, y su hermano mayor, Rodrigo, de 30 años, estuvo hoy tratando de apagar el incendio. “Facundo es el segundo jefe y primer oficial. Vive para y por el cuartel. Duerme en un cuarto en el segundo piso pintado con llamas de colores. Hoy llegó caminando hasta el lugar del incendio porque ya no quedaba lugar en las autombombas”, contó un familiar. También participa de una murga del barrio. Es la segunda vez que salva su vida: con el mismo equipo de bomberos voluntarios, estuvo en el incendio de una gomería en 2008, donde fallecieron dos hombres del cuartel, entre ellos uno de los que Facundo consideraba su maestro ante el fuego: José Narduliz, de 36 años.
Una misa en homenaje a los bomberos y rescatistas de Defensa Civil fallecidos en el incendio se realizaba esta noche en la Parroquia San Benito, en el barrio porteño de Palermo. "Se hará una misa por los compañeros caídos en cumplimiento de su deber", confirmaron bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha. La ceremonia se llevaba a cabo en la sede de la parroquia, situada en Maure y Villanueva, y asistirán familiares, vecinos y amigos de las nueve víctimas del siniestro.