Son los datos computados hasta febrero pasado. Y son los que registra desde su creación, en agosto de 2008, la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Hasta febrero de este año, 6.431 personas fueron rescatadas de redes de crimen organizado que las mantenía encerradas y en pésimas condiciones para ofrecerlas como “mercancías” sexuales o para obligarlas a trabajar por sueldos de hambre (o por nada) en talleres textiles, plantaciones agrícolas, hornos de ladrillos o en trabajos domésticos.
Los datos difundidos hoy fueron registrados desde su creación, en agosto de 2008, por la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, que desde entonces intervino en los casi 3.000 allanamientos que derivaron en estos rescates.
En total, los niños rescatados fueron 770, la mayoría de ellos en situaciones de explotación laboral. En cuanto a los adultos, la Oficina informó que representan el 88% de las víctimas asistidas. Del total (6.431) los números se dividen casi por mitades a la hora distinguir entre tipo de explotación –laboral o sexual– y en cuanto a la nacionalidad de las víctimas (el 47% son argentinas y el 53% restante extranjeras, principalmente de países limítrofes).
Entre enero y febrero, la Oficina además registro 133 denuncias por este delito, a través de la línea gratuita 145. Más del 60% de estos llamados se refieren a la situación de mujeres que están siendo explotadas sexualmente en prostíbulos que funcionan a la vista de todos o bajo la fachada de bares, clubes o lugares de “actividades incómodas” (como señalan algunas legislaciones locales). En 2013 habían sido 1142 los llamados recibidos en esa línea, registrándose picos en los meses de primavera y verano.