Lo dijo María Eugenia Ludueña, jefa de editores de Infojus Noticias, autora de la biografía de vida y de militancia de la hija de Estela de Carlotto y madre de Ignacio Guido. El libro se presentó en la Cámara de Diputados bonaerense y fue declarado de Interés para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos en la Legislatura porteña.
La primera vez que Ignacio Guido Carlotto Montoya se enfrentó con los periodistas escuchó entre la multitud cargada de micrófonos, cámaras y flashes, que rodeaba la mesa una pregunta sobre su pasado. Antes de responder, señaló y dijo: “Vos me debés un libro”. La periodista que preguntaba era María Eugenia Ludueña, jefa de editores de Infojus Noticias, y su libro Laura. Vida y militancia de Laura Carlotto, mamá de Ignacio Guido. “El pequeño grano de arena que puede aportar este libro a la lucha colectiva e inmensa de las Abuelas es que no solo cuenta quién era Laura y sus compañeros, sino que nos hace comprender por qué los mataron y les robaron a sus hijos, aunque eso sea algo que nadie puede comprender”, dijo la autora.
María Eugenia y Estela estuvieron temprano en el recinto de sesiones de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. El libro fue declarado de Interés Provincial. “Es una muestra de que el pueblo no los olvida: ni a Laura ni a sus compañeros”, contó María Eugenia. La ocasión fue especial: la primera vez que juntas hablaron de la historia de Laura a la luz de la restitución de su hijo apropiado. El acto dio inicio a un ciclo de actividades impulsado desde la Comisión de Asuntos Culturales de la Cámara baja para "propiciar el diálogo y la participación de diversas propuestas culturales".
“En esta mi ciudad, este homenaje es como cumplir con una asignatura pendiente, porque por estas calles (Laura) caminó, amó, sufrió, y militó hasta dar la vida. Y muy cerca de esta ciudad fue madre, prisionera, y asesinada”, agregó Carlotto.
Respecto del libro de Ludueña, la presidenta de Abuelas señaló: “Tiene que llevarse a las escuelas, a las casas, porque habla de una mujer (subrayauna) que con compromiso supo qué tenía que hacer hasta dar la vida”. Y se refirió a la importancia de conocer el derrotero que llevó a su hija y a sus compañeros a luchas por un mundo mejor y más justo, además de demostrar la necesidad de los pueblos de salir a la calle a defender la democracia cada vez que sea necesario, para no repetir la historia de desapariciones, muertes y apropiaciones.
Y enseguida puso las cosas en su justa dimensión: “Esto lo estoy diciendo porque estamos pasando momentos muy importantes en nuestra historia. Se avecinan elecciones, hay voces que mienten, difaman, engañan. Hay medios de comunicación que dicen lo que no es cierto, ocultan la verdad, muestran lo peor. Entonces estos libros ayudan a saber qué cosas hay que vivirlas de otras maneras y no engancharse con esas voces mentirosas que a veces por un voto defenestran al opositor. Hoy acá, en este Parlamento, donde funciona la democracia, se juntan las diferentes ideas para llegar a una misma conclusión, que es vivir mejor, estar mejor. Porque decir ‘no me gusta’ no es suficiente. Hay que decir ‘yo propongo’”, aleccionó Carlotto.
Tras hacer público su deseo de continuar escribiendo sobre el desarrollo de los delitos de lesa humanidad que se están dando en el país contra los genocidas, como el que se sigue por los crímenes cometidos en La Cacha, Ludueña tuvo un párrafo especial para los estudiantes y los instó a la participación: “Participando es la única manera de cambiar las cosas, como lo hizo Laura y sus compañeros. En mi caso –aseguró-, la participación es a través de la escritura, que tiene que ver, absolutamente, con un hecho político, con la militancia, con capacitar a otros jóvenes para que puedan contar historias”. Y concluyó: “Participemos y activemos por ese mundo, para que sepamos dónde están los 400 nietos que faltan, por los 30 mil compañeros desaparecidos y por un país con justicia social”.
Horas después, en el Salón Montevideo de la Legislatura porteña, el libro se declaró de Interés para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos. Además de la autora y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo estuvieron la cantante Susana Rinaldi –autora del proyecto– y la presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Gabriela Alegre.
"Tendrá que escribir otros libros porque hay muchas Lauras y hay que seguir", dijo Estela, emocionada pero con la calma que le dan sus convicciones. Antes de entrar al salón de la Legislatura hubo una breve conferencia con la prensa en la que Estela dijo que "el reconocimiento al libro sobre Laura es muy justo porque hay una gran investigación detrás" y que le gustaría que se lea en todos los secundarios "porque ayuda a esclarecer ideas y resulta un libro que refleja a los jóvenes de una época. Su lucha no due en vano".
La sonrisa de María Eugenia era grande: a la alegría por el reconocimiento se le sumó la de la aparición de Ignacio Guido, que era un sueño de Estela cuando se vieron por primera vez en 2009, en una entrevista por la restitución del nieto 100. En ese encuentro apareció la idea de contar la historia de Laura.
"Ahora este libro se escribe desde la memoria, porque trata de describir lo que pasó; en la verdad, porque lamentablemente esto ocurrió; y en la justicia, porque el hecho de que hoy haya más de 1100 represores procesados, más de mil detenidos y más de 500 condenados en juicios de lesa humanidad, pone al libro en un marco que ya no tiene vuelta atrás", dijo María Eugenia antes del cierre, que estuvo a cargo de la voz y música de Liliana Vitale.
El trámite legislativo comenzó antes de que Estela recuperara a su nieto. “De alguna manera el libro se sigue reescribiendo”, reflexionó María Eugenia. “Recordar a Laura –dijo- y a sus compañeros es seguir reivindicando sus ideales y sus banderas y seguir buscando la Justicia social”.
Hoy fue la primera presentación del libro después de que Estela de Carlotto se despidiera de Laura en el último recordatorio publicado en Página/12: “Se cumplen 36 años de tu muerte injusta pero hoy quiero recordar tu vida”. No es menor ese mensaje de Estela. No solo por la satisfacción del deber cumplido por el hallazgo de su nieto. También porque en esas pocas líneas comenzó a completar la historia de su hija, esa que permanecía tras el velo oscuro del terrorismo de Estado.
Desde 1988, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo publicaba año tras año el recordatorio en memoria de su hija, asesinada durante la última dictadura. “Creciste y viviste como apurada, querías modificar el destino de la Patria. Luchar por la justicia social fue tu lema. Amaste y fuiste amada, y por amor concebiste a tu hijo Guido, dentro de un proyecto de vida junto a Walmir, tu compañero de militancia e ideales”, dice Estela en el recordatorio. Walmir “Puño” Montoya toma cuerpo en la historia de Laura y lo hace desde el rostro de su hijo.
El resto de esta historia de Laura, la de sus años de militancia, de clandestinidad, su secuestro, su cautiverio y las hipótesis que aún investiga la Justicia –y que son materia de debate jurisdiccional– ya había aparecido en las páginas de “Laura” con el pulso de María Eugenia que recogió el guante de un desafío enorme planteado por Estela de Carloto: que el día que apareciera su nieto robado, tuviera la historia de su mamá.