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“El nuevo Código Civil es un avance sustantivo en la legislación nacional y es revolucionario en varios aspectos”, dijo Eva Giberti, titular del Programa Las Víctimas contra las Violencias en la apertura del ciclo de conferencias destinado a capacitar y actualizar a los profesionales que trabajan en su área sobre el cuerpo normativo que entró en vigencia el sábado. El encuentro, desarrollado en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, estuvo centrado en “los niños, las niñas y adolescentes y sus familias en el nuevo Código Civil y Comercial”.

Giberti presentó a la principal y única expositora del encuentro, María de los Ángeles Baliero de Burundarena, como una “antigua colaboradora del programa”. La profesora de Derecho Civil en la Universidad de Buenos Aires (UBA) ha sido una de las colaboradoras en la redacción del flamante Código.

En el panel de presentación también estuvo Francisco Jaurena, director de Comunicación y Capacitación de Infojus. “Desde Infojus encaramos un programa de capacitaciones a nivel nacional con distintos programas y organismos, Colegios de Abogados y la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia (JuFeJus), entre otros. Además de estar a la vanguardia de difusión de los contenidos, capacitamos casi a 20.000 personas”, expresó.

Acompañada con una presentación visual, Burundarena abordó la charla frente a un auditorio repleto. El público, con ejemplares del Código en mano, hizo preguntas ante la exposición. La experta primero habló de la evolución legal en la temática. “Los niños no existían en el Código de Vélez Sarsfield. El nuevo Código Civil se vio permeado por todas las convenciones incorporadas en la Constitución”, dijo.

También repasó los cambios culturales: de un Código con un modelo tradicional de familia con una estructura rígida en cuanto a roles y funciones, a un modelo de nuevas organizaciones familiares que contempla flexibilidad en los roles. Según, Burundarena, “el antiguo plexo normativo era bastante patriarcal y los niños eran objeto de tutela. “Este nuevo Código regula ante una igualdad real entre el hombre y la mujer”, resaltó.

“Una de las nuevas figuras de este nuevo Código es la interdisciplinar”, planteó  Burundarena.  Las cuestiones en materia de informes y decisiones judiciales sobre niñez, adolescencia y familia deberán abordarse de esta manera. En ese sentido, destacó los informes que realiza, desde su creación, el Programa Las Víctimas contra las Violencias. Valoró, además, el desempeño de la línea 137.

“El nuevo Código Civil y Comercial establece a quien se denomina niños, niñas y adolescentes. Adolescente es la persona menor de edad que cumplió 13 años y menor de edad es quien no ha cumplido 18”, relató la disertante.

Burundarena destacó el reconocimiento que se hace a partir de ahora a las personas que tienen en guarda a niños. “Se los reconoce como representantes legales y eso es muy fabuloso”, resaltó. Y remarcó la importancia de la incorporación de la figura del abogado/a del niño/a. “Hasta el sábado los jueces de Familia estaban aferrados a la rigidez del viejo Código”, expresó.

Siempre con un tono didáctico y explicativo, la docente valoró que “se garantiza el derecho al cuidado del propio cuerpo y a su salud”. También marcó el cambio que hubo en el lenguaje en muchos casos: se pasó a hablar de tenencia a “cuidado personal”.

Sobre el tema divorcio, compartió con la audiencia dos investigaciones encaradas por la cátedra en la que participa para reflejar cómo eran las separaciones que se daban en los últimos años. “De 400 causas de la provincia de Salta y en la ciudad de Buenos Aires, sólo había un 5% de tipo culpables. Esos procesos que necesitaban demostrar las causales de divorcios duraban 8 años, mientras que aquellos que se hacían de común acuerdo que se resolvían en 11 meses”, contó.

En todo momento trató de derribar los mitos planteados por los medios masivos de comunicación. “Este nuevo Código no es que plantea un ‘divorcio exprés’ sino una forma más aggiornada. Decirle exprés es peyorativo”, señaló la experta.

A modo de síntesis, hacia el final la expositora nombró los principios convencionales que aparecen en la normativa vigente desde el 1 de agosto: el interés superior del niño, autonomía progresiva y  el derecho de los niños, niñas y adolescentes a ser oídos. En tanto, la profesora remarcó a la Ley de Matrimonio Igualitario como uno de los pilares que determinaron que había que cambiar el Código

Este fue el primero de dos encuentros que se llevarán a cabo, hoy y el próximo martes, para actualizar a los y las profesionales.

MFA/RA