Jorge Gerónimo Capitán fue fotografiado varias veces caminando por la calle, violando así su arresto domiciliario. El juez federal de Tucumán, Daniel Bejas, dispuso que fuera sometido a controles médicos y lo trasladó al Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza.
Jorge Gerónimo Capitán, acusado por crímenes de lesa humanidad durante el “Operativo Independencia”, cambió esta mañana la detención en su propia casa por una celda en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. El traslado responde a una decisión del juez federal de Tucumán, Daniel Bejas, quien aceptó el pedido del fiscal de la causa, Pablo Camuña, después de que el diario Tiempo Argentino publicara fotos del represor violando varias veces su arresto domiciliario. Como el militar había logrado ese beneficio por su estado de salud, Bejas dispuso que fuera sometido a controles médicos y alojado en un lugar que “asegure la posibilidad de acceso a una atención de urgencia en casos de eventuales descompensaciones”, consignó el portal fiscales.gob.ar. La comisaría n° 21 de la policía federal debía ocuparse del traslado al represor a la cárcel de Ezeiza.
Después de una investigación paciente, el diario logró fotografiar cuatro veces al verdugo del centro clandestino conocido como la Escuelita de Famaillá, caminando apaciblemente en ropa deportiva por Barrio Norte. Por un problema cardiovascular, Capitán había logrado el 27 de diciembre de 2012 un curioso permiso de la justicia: caminar 45 minutos cada día alrededor de la manzana, en compañía de su “guardadora legal”. “Es una vergüenza que el juzgado federal de Tucumán le dé domiciliaria a una persona que vive en Buenos Aires cuando sabemos lo que pasa. Cuando la veedora que habían puesto para las caminatas era su propia esposa. Este tipo de contemplaciones no existen en otro tipo de procesos penales”, dijo a Infojus Noticias la abogada querellante Julia Vitar. Pero las imágenes del diario, tomadas el 17 de junio de 2014, el 24 y 28 de diciembre de 2014, y el sábado 14 de marzo de 2015, lo retratan desplazándose sólo, y hasta a ochocientos metros de su casa.
LB/AF