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Entre lijas, metros, sierras, máquinas, caladoras, mesas y guantes se inauguró el primer taller de carpintería en el Penal de Devoto. En un pabellón de  700 metros cuadrados 25 internos van a fabricar escritorios, mesas de PC, armarios, ficheros y bibliotecas. “El trabajo es una de las principales herramientas de inclusión social de las personas privadas de la libertad”, dijo a Infojus Noticias Nicolás Soler, Subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

El Ente Cooperador Penitenciario (Encope) es el organismo que coordina el trabajo en las cárceles. Desde hace más de dos años trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Para Soler, entre  la capacitación,  el trabajo y la certificación se genera un “círculo virtuoso que hay que alentar y multiplicar”.  

Federico Constantini, de la gerencia de Asistencia Tecnológica para la Demanda Social de INTI, dijo a Infojus Noticias: “Nuestra intervención permite capacitar a los internos y otorgar certificados según sus aptitudes liberándolos del estigma que pueden sufrir afuera si cuentan que trabajaron en la cárcel”. Para Rubén Paredes, presidente del Encope, los nuevos puestos de trabajo son proyectos de vida. “Están privados de su libertad pero no de sus derechos: el trabajo dignifica y es un nuevo camino hacia la libertad”, dijo a Infojus Noticias.

Germán tiene 37 años y es de Quilmes. Empezó a trabajar en Devoto hace 7 meses en el taller en el  cual se  fabrican distintos productos de limpieza, principalmente detergente. “El sistema a veces provoca que uno haga cosas que no quiere. Los talleres son importantes a la hora de irme a la calle: es una herramienta, sirve para entender que hay otros medios”, dijo a Infojus Noticias. Cuando  ingresó al sistema penitenciario no sabía leer ni escribir.  En cada uno de los penales en los que estuvo alojado cursó  estudios que le permitieron finalizar el ciclo primario y secundario. Sebastián tiene 36 y contó: “Afuera piensan que entramos por una puerta y salimos por la otra y que acá estamos todo el día viendo la tele: no es así”. Ellos son sólo algunas de las 1694 personas privadas de la libertad que hay en el Complejo Penitenciario Federal de la CABA de las cuales el 70% trabaja.

Para  acceder a uno de los talleres los detenidos pasan por entrevistas de trabajo. En esa instancia se identifican intereses, especialidades, conocimientos previos y posibilidades. Una vez que  resultan seleccionados,  CUIL en la ANSES,  el ‘alta temprana’ en la AFIP, y se les asignan una ART. A fin de mes les liquidan el peculio, por hora efectivamente trabajada y acorde al salario mínimo, vital y móvil. Marcos Lucero Sorrian es el Jefe de División Administración en la sección de despacho. En los biblioratos azules que guarda en su oficina cuida la documentación de cada uno de los trabajadores. “CAT habilitada”, dice uno. “CUIT Provisorio” otro. “La gran mayoría no tenía trabajo cuando entró acá. Sus padres, tíos o conocidos, tampoco, no tienen el hábito”, dijo Sorrian.

“Es una decisión política orientar los talleres hacia lo productivo, generar oficios apuntados a la reinserción”, explicó a Infojus Noticias Marcelo Perera, Coordinador de Asuntos Penitenciarios de la Subsecretaría a cargo de Nicolás Soler. La carpintería que inauguraron hoy a la mañana es “a gran escala”. El INTI ayudó a diseñar el montaje, comprar los equipos e instalar el sistema de “control visual de la producción” con el método japonés -que surgió en Toyota a mitad del siglo XX- de las “5S”: seiri (clasificar), seiton (ordenar), seisō (limpiar), seiketsu (estandarizar) y shitsuke (concientizar).

Durante el acto de presentación estuvieron Marcelo Perera, Claudio Barbera (Subdirector Nacional del Servicio Penitenciario Federal), Mario Tasnik (Director del Complejo), José Ferezín (Director General del Régimen Correccional, Carlos Eced (Director General de Administración), Daniel Gutiérrez (Consejo de Planificación y Coordinación), entre otros.

JD/PW