A dos semanas del fallo de la Corte Suprema sobre la constitucionalidad de Ley de Medios, Martín Sabbatella analizó ante Infojus Noticias el escenario que viene. “El desafío es la aplicación integral de la ley”, reconoció. Sobre el plan de adecuación del Grupo Clarín, señaló: "Todavía no lo hemos resuelto, porque tenemos que ver la viabilidad".
“El fallo de la Corte ratifica que la comunicación es un derecho y por lo tanto la obligación del Estado de garantizarlo”, dice Martín Sabbatella, titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) dos semanas después del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que le puso fin a cuatro años de litigio judicial entre el Estado y el Grupo Clarín.
-Pasaron dos semanas del fallo de la Corte Suprema, ¿qué le parece lo más significativo de la sentencia?
-Era absolutamente necesaria la resolución de este tema. La Justicia tiene la facultad de revisar la constitucionalidad de una ley, pero la verdad es que no se puede tardar cuatro años. Porque genera una situación de tensión institucional y de incertidumbre muy complicada. Estuvimos cuatro años en esa situación, como parte del plan de quienes no querían cumplir la ley. La resolución quitó la incertidumbre: la ley es constitucional de punta a punta. Y ahora hay que aplicarla como cualquier ley. Ahora el desafío es la aplicación integral de la ley.
-¿Cómo está proyectada la aplicación de la ley desde el organismo que usted preside de ahora en adelante?
-Se tienen que cumplir el conjunto de los objetivos de la ley en dos grandes aspectos. Un aspecto está vinculado a la generación y fomento de nuevas herramientas comunicacionales que permitan, desde una perspectiva federal y democratizadora, que el conjunto de voces, tradiciones, miradas, culturas pueda expresarse en todo el territorio. Es decir, que se garantice el derecho a la información y comunicación del conjunto de nuestro pueblo y que lo plural, diverso y multicolor, ocupe el centro de la escena pública. El otro aspecto es el vinculado a enfrentar las tendencias monopólicas, las posiciones dominantes, la concentración mediática que lesionan la libertad de expresión.
-Para democratizar la palabra, la ley busca que estos dos aspectos funcionen a la par. Es decir, promover nuevas herramientas de comunicación y enfrentar las tendencias monopólicas.
-Lo importante del fallo de la Corte es que al aplicarse integralmente estos dos aspectos funcionan a la par y se potencian. Durante los cuatro primeros años se pudo avanzar muchísimo en todo lo que no estaba judicializado. Por supuesto creo que hay mucho más para hacer todavía pero que el otro aspecto estuviera frenado en algún punto también condicionaba lo otro. Ahora la aplicación integral tendría que poder potenciarse estos dos aspectos y poder avanzar más plenamente.
-¿En qué momento está la adecuación del conjunto de las empresas?
-Obviamente la ley es para todos, no es para un grupo ni para dos ni para tres: es para el conjunto de las empresas. Se tiene que aplicar al conjunto de las empresas que están excedidas de lo que establece la ley. Por supuesto hay que aplicarla con igualdad de condiciones: lo que está permitido para uno, está permitido para el otro; lo que está prohibido para uno, está prohibido para el otro. El desafío es ese y que en poco tiempo tengamos un mercado de la comunicación que funcione con mayor equilibrio, con mayor armonía y que, por lo tanto, no haya uno que tenga ventajas comparativas y constituir con esas ventajas una posición dominante que genera prácticas desleales y competencia desleal.
-Cuándo dice que el objetivo es que en poco tiempo el mercado se equilibre, ¿qué plazos está considerando?
-Después de la resolución de la Corte, le dimos continuidad a la adecuación de oficio y volvimos a notificar a Clarín para dejar de lado la discusión sobre si la notificación anterior valía o no. También estaba la posibilidad de presentarse que utilizaron. La AFSCA tiene que analizar el plan de adecuación voluntaria de Clarín: si es viable, ese será el camino y eso dejaría sin efecto la adecuación de oficio. Todavía no lo hemos resuelto porque tenemos que ver la viabilidad del plan. El plazo del AFSCA es de hasta 120 días. Pero esos 120 días son para evaluar al conjunto de las empresas, cuarenta incluyendo a Clarín.
La mayoría de esos planes ya cumplieron varios pasos. En algunos casos ya fueron admitidos o rechazados por el directorio. Otros están con dictamen técnico sin llegar al directorio, se avanzó mucho. Por lo tanto, todo hace pensar que esos 120 días no se van utilizar y vamos a poder resolver el análisis de los planes de adecuación en muchísimo menos, muchísimo menos. A partir de ahí, hay seis meses para la ejecución del plan de adecuación. Por lo tanto, consideramos que para mediados de 2014 tendría que estar el proceso concluido con el conjunto de las empresas adecuadas.
-¿En qué momento Clarín tiene que presentar quiénes y cómo integran las unidades que propuso?
-Si el directorio admite el plan de adecuación, Clarín tiene que presentar en los primeros treinta días quiénes serían los compradores. Ahí el AFSCA tiene que revisar si los compradores no tienen incompatibilidades. Una ley antimonopólica busca que vendan o dividan y hay que chequear que no tengan vínculos societales, que no estén funcionando como grupo, que no hay a ventajas comparativas.¿Ex socios pueden dedicarse a la misma actividad? Sí, por supuesto. Pero lo que no pueden es funcionar como grupo. Eso lo tienen que verificar el AFSCA y la Secretaría de Defensa de la competencia.
-¿Cuáles son las prioridades en los aspectos que no tienen que ver con la adecuación de las empresas?
-Hay que avanzar todavía con planes técnicos en algunas ciudades que faltan que son las de mayor conflictividad y con concursos que todavía están pendientes. Y hay que avanzar con la aplicación del 33 por ciento para las organizaciones populares, comunitarias, sin fines de lucro y que está vinculada a la adecuación porque al abrirse nuevos espacios ese sector puede ir ocupándolos. Esto es un proceso porque el espectro es finito, para ocupar ese 33 por ciento hay que vaciarlo. Por ejemplo, ahora en Rafaela se decretó la caducidad de una licencia que era privada y ahora se va a concursar para el sector sin fines de lucro.
-¿Con los medios que están operando sin licencias cómo se va a proceder?
-Hay que regularizar toda esa situación. Hay muchísimas cosas provisorias que tienen que dejar de serlo. Hay un proceso de reordenamiento que se va haciendo. Se han dado pasos importantes y hay mucho más por hacer. El sector sin fines de lucro también necesita acompañamiento del Estado para los primeros pasos por eso también son importantes las políticas de fomento y también la capacitación y la formación.
-¿Qué incidencia le parece que puede tener la estrategia de Clarín de judicializar otros aspectos de la ley que no quiera cumplir, como el orden de los canales en la grilla de Cablevisión?
-Obviamente el plan del Grupo Clarín fue ir dilatando la situación y generando un relato que quería devaluar la propia ley diciendo que venía a lesionar la libertad de expresión, que venía a destruir puestos de trabajo. Eso se fue desarmando porque fue quedando claro que todo eso es falso. Ahora queda más claro que había una intención brutal de no cumplir la ley, en lo de la grilla es evidente porque ahí hay una resolución de la justicia que dice tienen que cumplirla. Ellos desobedecen y por eso hicimos una denuncia penal. Para nosotros es sumamente importante la aplicación completa de la ley.
Si hay voluntad de cumplir la ley es de manera integral, entonces para nosotros frenar conflictos judiciales y cumplir con la grilla es una de las condiciones para entender la voluntad de cumplir la ley o no. Para nosotros es parte de lo que Grupo Clarín tiene la obligación de cumplir.
Recorriendo la historia para atrás creo que lo van a seguir judicializando pero también creo que esas maniobras pierden peso, están desacreditadas porque la contundencia del fallo de la Corte les quita fuerza. No creo que hayan perdido la vocación de poner palos en la rueda pero me parece que cada vez son palitos más finitos que tienen menos posibilidades.