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Infojus Noticias

18-5-2014|15:00|Carlos Mugica Nacionales
A 40 años de la muerte de Carlos Mugica

"Ensucia la memoria de quien ya no puede desmentirlo”

Eso escribieron en un comunicado los familiares del padre Rodolfo Ricciardelli, que fue amigo del sacerdote Carlos Mugica. Así rechazaron la hipótesis de un nuevo libro sobre la muerte de Mugica, que vuelve sobre la tesis incomprobable de que Montoneros participó de su asesinato.

Por: Pablo Waisberg

“Ensucia la memoria de quien ya no puede desmentirlo”. Eso escribieron en un comunicado los familiares del padre Rodolfo Ricciardelli, varios religiosos y militantes políticos que trabajaron con él en la villa del Bajo Flores. Así definieron los trazos centrales del nuevo libro sobre el sacerdote Carlos Mugica que vuelve sobre la tesis incomprobable de que Montoneros participó de su asesinato.

Ese trabajo, como buena parte de la producción periodística que resurgió al cumplirse 40 años de la muerte de Mugica, decide ignorar que el único testigo vivo de ese atentado señala al subcomisario Rodolfo Almirón Sena como el ejecutor. También desprecian las pruebas contenidas en la causa judicial, donde se comprueba que el religioso fue baleado con una pistola ametralladora, que era el arma que solía usar Almirón Sena.

“Tuvimos la gracia de vivir y trabajar realmente junto al padre Ricciardelli y al padre Vernazza, rechazamos las afirmaciones que vierte el señor Juan Manuel Duarte en su libro Entregado por nosotros quien ensuciando la memoria de quien ya no puede desmentirlo pone en su boca palabras que damos fe junto a nosotros durante tantos años de trato diario, arduo y profundo, jamás le hemos oído verter”, subrayaron los familiares de Ricciardelli y de Emilio Mignone, fundador del CELS. Al texto también lo firmaron Norma Jaime, quien fue estrecha colaboradora del religioso, el padre Ernesto Narcisi y la presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Marta Ocampo de Vázquez, entre otros.

El comunicado, titulado “Rechazamos las afirmaciones de Duarte sobre el Padre Rodolfo Ricciardelli”, agrega: “Es una canallada poner en su boca semejantes afirmaciones ensuciando su honra cuando el Padre Rodolfo no vive para desmentirlo. A cuarenta años de la muerte de Carlos Mugica sentimos que ahora intentan ‘acribillar’ la memoria de su amigo Ricciardelli”, suscribieron  los abogados Silvina Penella y Guido Rocco, del Servicio Jurídico de la Parroquia Madre del Pueblo; la abogada María Fiscina, del Servicio Jurídico Bajo Flores; y el responsable del Centro de Salud 20, Aldo Pagliari.

“Duarte apareció en un reportaje diciendo que recibió el mandato de Ricciardelli de decir que a Mugica lo había matado Montoneros. Eso es una patraña. No sólo porque Ricciardelli no pensaba eso sino porque nunca podría haberlo dicho”, dijo Narcisi, quien trabajó 15 años con Ricciardelli, a Infojus Noticias. Consideró, además, que “la derecha argentina no se hace cargo de las cosas que hizo y que hace, y por eso busca leer la historia de una manera que los deje parados como los que trajeron la paz mediante una lectura simplista y falsa: que los militares llegaron para enfrentar a los montoneros. Ellos no trajeron la paz, sino la muerte”.

Otro de los que firmó el comunicado de rechazo a las definiciones de Duarte fue el diputado porteño Jorge “Quito” Aragón. “Ricciardelli tenía muchas diferencias políticas con Montoneros pero jamás pensó ni creyó que lo habían matado ellos. Lo digo porque lo conocí. Fui presidente de la villa, nacido y criado en el Bajo Flores y no podía no conocer ni no trabajar con Rodolfo”, señaló Aragón.

El padre Ricciardelli fue uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo. Era amigo de Mugica. Juntos habían participado de esa experiencia. Ambos habían hecho una clara opción por los pobres y ambos tenían, para 1973, marcadas diferencias políticas con Montoneros.

Mugica no sólo no había dejado de mostrarlas públicamente sino que se había sumado al gobierno de Juan Perón como asesor ad honorem de la Comisión de Vivienda del Ministerio de Bienestar Social. Iba a planificar la construcción de 500.000 viviendas populares pero su participación duró tres meses, renunció en agosto de 1973: la cartera que lideraba José López Rega terminó impulsado la erradicación de villas en lugar de su radicación. Esa línea no sólo contrastaba con lo que pensaba Mugica, con la prédica que había llevado a la Villa 31 de Retiro; también chocaba de frente con el movimiento villero.

"El socialismo dogmático peca de cientificismo. Es aristocratizante, desconfía del pueblo, de la capacidad popular, lo menosprecia. Para nosotros, la única metodología válida, en cambio, es cuando el pueblo participa, cuando crea y es protagonista de una alternativa liberadora. Por eso, no es cierto que los curas del Tercer Mundo se alejen de la Tendencia. La fórmula correcta sería que la Tendencia se aleja de los curas del Tercer Mundo, como se ha alejado del pueblo y del general Perón", dijo Mugica en marzo de 1974. La referencia a “la Tendencia” era, para ese momento, una referencia directa a Montoneros, que se había autodefinido como la “tendencia revolucionaria del peronismo” y se había quedado para sí con un concepto que era, en realidad, más amplio.

Esa definición de Mugica fue una semana antes del asesinato de Alberto Chejolán, militante del Movimiento Villero Peronista. Cayó durante la represión policial frente al Ministerio de Bienestar Social, que terminó con una movilización para reclamar la radiación de la Villa Saldías. El apoyo que Mugica seguía dándole a Perón no le impidió encabezar el funeral y las marchas de repudio por ese crimen.

Pero el religioso no llegó a cumplir los 44 años. El 11 de mayo lo ametrallaron a la salida de una misa en la iglesia de San Francisco Solano, en Mataderos. Los autores hicieron silencio. La Triple A no salió a reivindicar el crimen, como sí lo haría con otros asesinatos. El objetivo era volcar las sospechas sobre Montoneros y Firmenich –que había sido uno de sus discípulos- salió públicamente a desmentir la hipótesis. Lo hizo en cuatro notas y a través Noticias, el diario que Montoneros sacó a la calle el 20 de noviembre de 1973 y fue clausurado el 27 de agosto de 1974.

“La cara de Almirón no me la olvido más. Tampoco la de Jorge Conti, otro de la Triple A. Los veía porque estábamos con Carlos con el tema de las villas”, dijo Ricardo Capelli, el amigo de Mugica y sobreviviente de los cuatro tiros que le pegó un segundo tirador, al que no pudo ver. Capelli hizo silencio. Razones no le faltaban: mientras estaba internado lo visitó Conti. “Me vino a decir que estaban muy preocupados por lo que había pasado. Yo no dije nada. Sabía lo que esa pregunta significaba”, contó Capelli a Infojus Noticias.

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