La ex jueza y actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, visitó Buenos Aires y presentó su libro Por qué las cosas pueden ser diferentes. En su exposición, se refirió a los derechos humanos, la modernización de la justicia y el franquismo. Estuvo acompañada por Alejandro Slokar, Marcela Pérez Pardo y María Laura Garrigós de Rébori, integrantes de Justicia Legítima.
Manuela Carmena es la actual alcaldesa de Madrid; una jueza jubilada que, con 71 años, asumió en el Ejecutivo de la capital española su primer cargo electivo y, en sus palabras, “el desafío de encontrar nuevas formas de hacer política”. De visita en Buenos Aires, ofreció la charla “Reflexionemos sobre la justicia”, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde también presentó su libro Por qué las cosas pueden ser diferentes: reflexiones de una jueza.
En una charla que duró apenas una hora, y que dejó a los presentes con mucho por preguntar, Carmena comentó el contenido de su libro y destacó una idea en particular, que rige su modo de trabajar –antes, al impartir justicia y, ahora, al gobernar su ciudad–: “Lo principal es escuchar. Creo que ese es un buen hábito y algo de eso habrán percibido los madrileños”.
Junto a Carmena, disertaron los jueces Alejandro Slokar, Marcela Pérez Pardo y María Laura Garrigós de Rébori.
Carmena es una mujer de gestos austeros y un tono de voz cálido, que invita a pensar sobre la modernización de la sociedad y, en especial, de la justicia y sus estructuras. “Es interesante que reflexionemos sobre la justicia como tal, la que tenemos, si es la que se precisa para la sociedad del siglo XXI o no; y que busquemos alguna manera de reinventar la justicia o de repensarla. El cambio es una necesidad individual y personal para el avance de la sociedad”, sostuvo.
Para la ex jueza, fundadora de “Jueces para la Democracia” y Premio Nacional de Derechos Humanos en 1986, para cambiar la justicia es preciso democratizarla: “Significa hacerla un instrumento útil de relación entre unos y otros ciudadanos para resolver sus conflictos”. Sin embargo, el problema reside en cómo llevar ese proceso adelante. “Lo nuevo, por su definición, por su característica, porque tiene toda esa fuerza y agilidad, tiene que ir movilizándose y, como dicen quienes saben de tecnología, tiene que ir creando instituciones. Lo nuevo tiene que ir como reptando para, al final, consolidarse”.
Más adelante, la alcaldesa ilustró su propuesta con ejemplos que contrapuso a la organización clásica del derecho y señaló que el Código Hammurabi –escrito más de diecisiete siglos antes de Cristo– guarda, al día de hoy, similitudes enormes con el Código Civil vigente en España. Y, frente a eso, se preguntó: “¿Por qué tiene que haber estrados? ¿No sería mejor que, en lugar de haber estrados, hubiera mesas redondas? Siempre pensamos que estamos desde arriba”.
Manuela Carmena compartió que una de sus frustraciones más grandes fue no haber podido introducir la idea del management judicial en las universidades. “No podemos tener la idea absolutamente decimonónica de que la norma por sí misma constituye un acto. No, la norma no es nada; es un escrito. Es la interpretación de las normas que hacen las personas y una norma se puede cumplir de una forma burocrática, absurda, antidemocrática o se puede cumplir de una forma eficaz, eficiente, democrática”.
Para ampliar su idea puso como ejemplo el caso Tomasa, en el que una mujer, tras ser víctima de un robo, ganó el juicio y la persona acusada devolvió el dinero robado. Tras esa resolución, el tribunal debía reintegrar la plata a Tomasa; sin embargo, era imposible hallar a la mujer y el juzgado realizó innumerables diligencias para comunicarle que debía presentarse ante el juez para cobrar el reembolso. Tras idas y vueltas –que duraron meses–, finalmente Tomasa recibió la notificación y asustada por el tenor del informe preguntó: “¿Y no me lo podrían ustedes haber dicho eso por teléfono?”. Carmena reflexionó entonces: “¿Qué hubiera sido si hubiera habido alguien inteligente que hubiera tenido un buen uso del management judicial que yo quería dar, que hubiera explicado que en la justicia tenemos que hablar con normalidad con las personas? Tenemos que coger el teléfono y decir ‘Buenos días, Tomasa, disculpe usted, le vamos a dar una buena noticia ¿me quiere decir dónde le ingresamos los veintisiete mil euros que han aparecido? ¿Lo quiere, además, usted conocer? Este chico está bastante arrepentido’ y tal… imaginaros cómo tejeríamos una especie de arpillera que haga imposible que el conflicto se deshaga ¿no?”.
En materia de Derechos Humanos, la alcaldesa señaló que “son el paraguas necesario de hacia dónde tiene que coincidir la humanidad para conseguir unas cuotas de justicia e igualdad que hoy día son absolutamente imprescindibles porque no podemos vivir en una sociedad con tantos recursos y que siga habiendo miseria, hambrunas, mientras que, en otra parte, hay tanta acumulación de recursos. Eso, creo que no solamente hiere al sentimiento y al corazón, hiere a la inteligencia porque es imposible que vivamos en una sociedad con este nivel de desigualdad. Creo que es interesante que la idea de la izquierda cada vez se configura más en torno a la lucha contra la desigualdad”.
El Salón Rojo de la Facultad de Derecho, se colmó de profesionales y estudiantes.
En relación a los crímenes del franquismo que se juzgan en la Argentina y, ante la consulta de Infojus Noticias sobre el tema, indicó que su opinión coincide con la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que “el Consejo de Derechos Humanos ha reprochado a España el no haber hecho una investigación sobre el franquismo. Yo lo comparto y ojalá el Gobierno de España, el que sea, tenga la actitud puntual y rápida de cumplir lo que el Consejo de Derechos Humanos ha dicho en la revisión última que se ha hecho sobre los Derechos Humanos en España. La justicia universal permite que haya muchos puntos de justicia y es muy interesante, pero eso no quita el que España debe cumplir con las obligaciones que le ha subrayado el Consejo”.
En el mismo panel, estuvieron presentes el juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Alejandro Slokar; la jueza Marcela Pérez Pardo, de la Asociación Justicia Democrática; y María Laura Garrigós de Rébori, presidenta de la Cámara de Casación Penal y titular de la Asociación Civil Justicia Legítima.
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