Cuatro de esos lugares, forman parte del reconocido Circuito “Bolougne Sur Mer” que pertenece al Ejército y del más recientemente encontrado “Campo Las Lajas”, que pertenece a la Fuerza Aérea, en Mendoza. Lugares que fueron estratégicamente utilizados durante el terrorismo de Estado, desde 1975 hasta 1983. Allí secuestraron, torturaron y mataron a militantes, trabajadores y estudiantes. Muchos de ellos permanecen desaparecidos.
“Es reparatorio”, dijo Reynaldo Illia, hijo de Santiago Illia, desaparecido en el centro clandestino de detención que funcionó en el Liceo Militar General Espejo. “Son una enseñanza para las futuras generaciones para que no vuelva a pasar esto”, completó Oscar Guidone, sobreviviente de la Compañía de Comunicaciones. Así definieron el sentido de las señalizaciones de cinco lugares donde funcionaron centros clandestinos de detención durante la última dictadura en mendoza. La identificaciones fueron realizadas por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Dirección Nacional de Sitios de Memoria, en conjunto con las direcciones de derechos humanos provinciales y municipales. La tarea se desarrolló en el marco de la Ley 26.691.
Estas señalizaciones se suman a la del principal ex Centro Clandestino de Detención de Mendoza, el Departamento 2 de la Policía, reconvertido en Espacio de Memoria y de las señalizaciones realizadas a principios de año, en el departamento de San Rafael, al sur de la provincia.
Se identifica al “Circuito Bolougne Sur Mer”, por la calle que costea la ciudad de Mendoza hacia el oeste. En un trayecto de aproximadamente 10 cuadras pueden observarse diferentes dependencias del Ejército Argentino que fueron utilizadas como espacios de detención ilegal de las víctimas durante el terrorismo de estado.
Liceo Militar General Espejo
A partir del golpe de Estado, el 24 de marzo de 1974, distintas dependencias del Liceo Militar comenzaron a ser utilizadas como celdas, donde se detuvo ilegalmente a numerosos referentes políticos, sindicales, sociales y periodistas.
El lugar formó parte del circuito de detención ilegal ya que muchos prisioneros eran traídos de otros centros clandestinos como el caso del Departamento de Informaciones (D-2) de la Policía mendocina o de la Penitenciaría Provincial, o a partir de allí fueron trasladados hacia otros centros como la Compañía de Comunicaciones de Montaña 8, reingresados a la Penitenciaría, o incluso llevados a otras provincias.
En diálogo con Infojus Noticias, Reynaldo Illia, hijo de Santiago Illia, actualmente desaparecido. Fue quien estuvo a cargo de inaugurar la señalización en Liceo Militar. Su padre fue detenido el 9 de marzo de 1976 en San Rafael y trasladado al Departamento 2 de la Policía de Mendoza, luego lo trasladaron a la Penitenciaría, y supuestamente liberado el 12 de mayo.
“A través de los relatos que fuimos armando con los testigos que estuvieron detenidos en esa época, cuentan que lo vieron en el Liceo Militar por última vez el domingo 13 de mayo de 1976 y a partir de ahí pertenece a la lista de los 30.000 desaparecidos” sostuvo Reynaldo. Respecto de las señalizaciones consideró que “es reparatorio, al haber crecido con tantas preguntas y pocas respuestas. Yo de pequeño cuando pasaba por la penitenciaria mi mamá me decía ahí estuvo tu papá. Y han pasado 40 años y uno va armando esa historia y todavía no la tiene completa”.
En el megajuicio actualmente en curso en Mendoza, está acusado el Director del Liceo Militar durante la última dictadura. También estaba el subdirector pero falleció en medio del proceso judicial.
Compañía de Comunicaciones
En esta dependencia del Ejército Argentino fueron secuestrados masivamente militantes, estudiantes y trabajadores que provenían de otros centros ilegales como el ex Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Mendoza y del Liceo Militar General Espejo, para luego ser trasladados a la Penitenciaria Provincial o en avión Hércules de la IV Brigada Aérea hacia la Unidad 9 de La Plata.
Un sobreviviente del lugar, Oscar Guidone, dijo a Infojus Noticias que fue detenido el 2 de junio de 1976 tras un fuerte operativo realizado por el Ejército. Lo golpearon en el patio de su casa luego lo trasladaron vendado en un camión a un lugar que no conocía, pero se encontró con algunos de sus compañeros de militancia. “Había grandes barracones en el centro del predio, de 60 metros por 15 y estaban ambientados con cuchetas, donde ingresaban más de 100 personas. El terreno estaba rodeado de alambre de púa y custodiado por soldados con ametralladoras. Los interrogatorios bajo tortura se realizaban en la estación de radio la mayor parte del día” comentó Guidone.
“¿Cómo hago para engañar a estos tipos que sólo querían matarme? El papel que uno asumía era de estúpido. Después de tantas torturas no sentís el dolor y cuando no sentís el dolor podes pensar”, explicó Oscar, quien sufrió fuertes torturas que casi lo llevan a la muerte en dos oportunidades.
Sobre la política de señalizaciones consideró que “son importantísimas, no por una cuestión de satisfacción a los presos y a las victimas sino como una enseñanza para las futuras generaciones para que no vuelva a pasar esto. Pero también para mantener la memoria activa y para que tampoco se torture hoy en democracia”.
En los juicios realizados en 2012 y 2013, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de Mendoza condenó al entonces jefe de la Compañía de Comunicaciones, Ramón Ángel Puebla y al Responsable del LRD (Lugar de Reunión de Detenidos) Dardo Migno. Ambos están acusados nuevamente en el Megajuicio en curso.
Hospital Militar
El mismo testimonio de Guidone y de otros sobrevivientes demostró que el Hospital Militar fue utilizado come centro de atención médica para los ex presos políticos que eran brutalmente torturados en los Centros clandestinos aledaños. Entre ellos los que provenían de la Compañía de Comunicaciones de Montaña 8, el Liceo Militar Gral. Espejo y el Casino de Suboficiales, así como la Penitenciaría provincial.
Las víctimas eran ingresadas por la guardia médica y permanecían en una sala bajo custodia de personal militar, para luego ser trasladadas nuevamente a los lugares de detención clandestina. Algunas de ellas permanecen desaparecidas.
Oscar contó que tras haber sufrido la primera tortura que duró aproximadamente 3 horas y donde recibió fuertes golpes en su abdomen, tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Militar y allí fue atendido por un médico que pudo reconocer por la mutual donde se atendía su padre. Fue intervenido quirúrgicamente por este médico porque tenía una hemorragia interna, le extirparon el bazo y posteriormente lo volvieron al Centro de detención.
En el año 2012, el doctor Dino Pradella, declaró ante el Tribunal Oral Federal N° 1 y reconoció haber brindado atención médica a Guidone, aunque sostuvo que el paciente se había caído del techo. Y negó conocer que se atendían presos políticos. Aunque el propio Guidone sostuvo “es imposible que desconociera que estábamos detenidos porque en la habitación aledaña a la mía estaba internado el ex gobernador Martínez Baca, con una fuerte custodia militar”.
Ex Casino de Suboficiales
Es una casa tipo chalet que fue utilizado para la detención ilegal de mujeres, se encuentra ubicado en el fondo del Hospital Militar cercano a la capilla y frente a la Penitenciaría Provincial. Algunas fueron detenidas desde sus hogares, otras traídas de otros centros clandestinos.
En diálogo con esta agencia, Beatríz García contó que fue detenida la noche del 24 de marzo de 1976 a través de un fuerte operativo organizado por integrantes de la fuerza aérea, de ahí la llevaron hasta la calle Boulogne Sur Mer “el trato al principio era confuso porque los interrogatorios eran tranquilos aunque con el correr de los días se fueron endureciendo”. Las sacaban de a una y las llevaban a otro lugar en el predio, las torturaban y las traían nuevamente a la casa.
En ese lugar estuvo detenida junto a otras doce mujeres. “Pensé que me iba al otro día pero después terminas pensando que no te vas nunca”, dijo.
Beatriz describió la casa: “Atravesabas una puerta y había un pasillo donde en un costado había primero un lugar chico donde estaba el guardia, después le seguía un baño amplio, donde nos higienizábamos y luego las dos habitaciones”. En una que era más grande había muchas mujeres - al principio dormían por turnos en dos bancos de madera-. En la otra estaba detenida Vilma Rúpolo - reconocida artista mendocina - junto a su bebé, y otras tres mujeres.
Ella estuvo detenida hasta el 14 de agosto de 1976, pero muchas secuestradas fueron trasladadas a la penitenciaria y otras a la Cárcel de Devoto.
Betty rescata “la solidaridad entra las compañeras, que fue el sostén para sobrevivir”. Lo mismo destacó Vilma Rúpolo en el acto de señalización, las ocho veces que fue llevaba a torturar, fueron sus compañeras quienes cuidaron de su bebé.
Por hechos vinculados con este establecimiento se encuentran procesados, entre otros, quienes fueron Jefes de la Compañía de Comandos y Servicios, de la que dependía el Casino de Suboficiales.
Campo las lajas
Es un campo que pertenece a la IV Brigada de la Fuerza Aérea, fue descubierto en el 2004 tras las investigaciones del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza (MEDH) y gracias a los testimonios de los pocos sobrevivientes. Fue un campo de detención y exterminio por donde pasaron masivamente los secuestrados, en su mayoría desaparecidos.
Había al menos dos carpas, en la más grande estaba llena de prisioneros, mientras que en la usaban para las torturas. Horacio Ferrari, fue el primer testigo que describió el lugar y que pudo identificar a varios militantes que hoy se encuentran desaparecidos, entre ellos el ex rector de la Universidad de San Luis, Mauricio López.
La referente del MEDH, Elba Morales, dijo a Infojus Noticias que “debía existir algún lugar de enterramiento masivo de los desaparecidos, porque eran un número importante y con las investigaciones que habían realizado en el Cementerio de la Capital donde se logró identificar a algunos desaparecidos, daba por sentado que no todos estaban allí. La gente que sacaban del D2 aún con vida, a algún lugar las llevaban, un lugar de destino final. Del D2 salías a la Boulogne Sur Mer y llegabas derecho a Lajas por todo un camino militar, porque no había barrios en esa época. Era perfecto porque no había gente transitando”.
En cuanto al proceso judicial, se espera el inicio del juicio por la causa de Mauricio López, donde se encuentra procesado Santamaría, quien era jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea.
Por otro lado la Fiscalía de delitos de lesa humanidad tiene la instrucción en etapa final, previa elevación a juicio, de 15 integrantes de la Fuerza Aérea, entre ellos, algunos que actuaron en Lajas.
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