Unos 110 agentes de la AFIP y 250 agentes de Prefectura allanaron hoy el Puerto de Buenos Aires. Fue en el marco de una causa que investiga el envío de ese cargamento de cocaína, ocultos en un contenedor, a Sudáfrica, el 30 de septiembre último.
La operación “Gancho Ciego” fue un éxito: a las 11 de la mañana, unos 110 agentes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), acompañados por unos 250 efectivos de Prefectura – 30 de ellos con perros- coparon la dársena C de la terminal 4. Fue la irrupción pública de una investigación judicial que venía instruyéndose en silencio en el juzgado en lo Penal Económico N° 4 del juez Juan Galván Greenway, en cooperación con autoridades sudafricanas, para desbaratar el tráfico de cocaína al país africano.
El último golpe había sido certero: la confiscación de 95 kilos de cocaína acondicionada en contenedores de un barco atracado en Durban, en la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal, el 30 de septiembre pasado, que había zarpado desde Buenos Aires el 5 de septiembre. “Se han encontrado elementos de prueba significativos para la causa. Ha sido muy positivo, se han podido determinar algunas irregularidades”, afirmó el secretario de Seguridad Sergio Berni, que junto a Ricardo Echegaray, el titular de AFIP, supervisó el operativo que se prolongó hasta bien entrada la tarde.
“Es una investigación que se viene realizando hace tiempo y se apresura en virtud de que en trabajo conjunto con las autoridades de (la República de) Sudáfrica se detectó un contenedor que habría salido de esta terminal con más de noventa y cinco kilos de droga en su interior", explicó Berni.
Los agentes de la Dirección General de Aduanas (DGA) se desplegaron en un allanamiento complejo: incluyó la verificación de depósitos, galpones, muelles, vestuarios, puestos de verificación, oficinas, lockers personales y anexos de la terminal portuaria, informaron fuentes judiciales. Buscaban estupefacientes, precursores químicos, precintos “truchos” de seguridad, documentación y registros electrónicos de ingreso y egreso de contenedores.
La operación se llamó “Gancho Ciego” por la modalidad que eligieron los traficantes. “Se adulteraban las cargas de los contenedores ya revisados, con precintos electrónicos truchos para desorientar los controles”, explicaron las autoridades de la DGA en un comunicado. El director de Aduana, Carlos Sánchez, y el subdirector general de operaciones aduaneras metropolitanas, Daniel Santanna, detallaron que los sabuesos encontraron indicios de esta modalidad: precintos adulterados y elementos utilizados para “contaminar” containers que ya habían sido escaneados.
Se abrían los contenedores y “tirando” dentro bultos que pueden ser droga u otros elementos a contrabandear. “De este modo, el titular de la carga desconoce la operatoria, pero en el destino sí saben cuál es la carga ‘adulterada’ que deben recepcionar”, agrega el comunicado. Esas sospechas llevaron a los funcionarios a pedirle al juez Galván Greenway que diera el aval judicial para volver a revisar los compartimentos.
Cuando la carga de 95 kilos fue descubierta en Durban, los inspectores aduaneros sudafricanos supieron que ese barco había zarpado el 5 de septiembre desde la terminal 4 del Puerto de Buenos Aires. La terminal era la misma de otras investigaciones que se instruían al mismo tiempo, lo que llevó a las autoridades a sospecha de la complicidad de algunos operarios locales.
“Lo que se está haciendo es verificando y tomando conocimiento de todos los movimientos que hubo de los contenedores que hubo en esa época para determinar si la droga fue (colocada en) jurisdicción de este puerto o fue contaminado este contenedor en el viaje”, concluyó el secretario de Seguridad.