El nieto recuperado 114 habló de sus padres de crianza y la relación de ellos con su entregador. “Actuaron en una situación laboral particular, en un ámbito rural, hay que ponerlo en contexto”, dijo.
Ignacio Guido Montoya Carloto tiene muchas cosas en claro, y una de ellas es que sus padres de crianza actuaron de buena fe y que actuaron condicionados por muchísimos elementos. “Ellos actuaron en una situación laboral particular, en un ámbitos rural, hay que ponerlo en contexto”, explicó el nieto de Estela de Carlotto en una entrevista en radio Vorterix.
La situación particular a la que se refirió Ignacio tiene que ver con la relación que sus padres de crianza –Clemente y Juana– tenían con Francisco “Pancho” Aguilar, quien hoy ya no hay dudas fue la persona que lo entregó a poco de haber sido arrancado de los brazos de Laura Carlotto, detenida desaparecida en el centro clandestino de detención La Cacha, en La Plata.
En relación a si conocía a Aguilar, Ignacio Guido dijo que sí, que no le tiene bronca, pero que le “gustaría que se sepa cómo fue la cosa, para que quede en claro. Y es una situación re dolorosa, porque le pasó a mis viejos. Lo conocía, no tenía contacto fluido pero lo conocía”, dijo y recalcó que la relación que unía a su entregador con sus padres de crianza era una “una situación patronal”.
“Yo me siento un agradecido de una manera que no puedo explicar. Tuve una infancia súper feliz, logreé lo que yo quería que era vivir de la música, desarrollarme de esa manera. Y ahora recibo esa noticia que es tener dos familias, y ahora tengo tres familias. Y eso viene a sumar. No vienen a revolver nada, viene a resolver”, aclaró.
“Siento que en nuestra relación de alguna manera solamente hubo una interrupción, como amigos que no ves y cuando te reencontrás todo está en el punto en que lo dejaste… aca pasa lo mismo con las dos familias”, contó en relación al vínculo con los Carlotto y los Montoya. “La genética siempre aparece y no solo en los rasgos físicos… en muchísimas cosas. Esa una situación que se repite siempre, lo que pasa es que la crianza de otros nietos restituidos era opuesta, como en este caso no ocurrió, eso es más fácil el encuentro”, dijo.
En otro pasaje de la entrevista, el nieto de Carlotto explicó que evaluó la situación a la que se enfrentarían sus padres de crianza cuando él se presentara ante Abuelas para hacerse el ADN. “Todo el mundo lo evalúa, y este un mensaje para dejar, es una contradicción a la que uno se enfrenta, está la sensación de ponerlos en riesgo, no siempre se reacciona de la misma manera… pero hay que dejar en claro: firmemente lo más importante es la búsqueda de la verdad por sobre todo”, dijo y reafirmó su compromiso: “Estaré comprometido con la lucha de las abuelas. Este caso tomo mucha resonancia y mucha gente consulta para sacarse dudas y es un lugar que yo ocupo con mucho gusto”.
Olavarría, mucho por hacer
“Este es mi lugar en el mundo, acá hay mucho por hacer”, dijo Ignacio Guido en relación a Olavarría. También, dijo en relación a la posibilidad de que en la ciudad cementera haya más hijos de desaparecidos que es “una hipótesis de la investigación… de que puede haber otro como yo acá nomás… yo no lo sé, hay mucha gente que está dando a conocer diferentes historias, empiezan a salir por la notoriedad de este caso… acá hay otro nieto, Juan, que está tratando de hacer conocer todo lo que pasó en la ciudad hace tiempo”.
En relación a la historia de sus padres y particularmente a la de Laura Carlotto, Ignacio Guido contó que ya tienen en sus manos el libro de la periodista Maru Ludueña que reconstruye la historia de su madre. “Una de las cosas que me contaron mis familiares fue de ese libro, que era una recopilación histórica con un muy buen contexto, es un gran libro, lo empecé… pero encontrarse con todo eso escrito es algo que tengo que tomármelo con tiempo”, explicó el nieto de Estela.
La verdad nos hace libres
En todo momento, Ignacio Guido dijo que desde que recuperó su identidad la está pasando “muy bien”, aunque tiene que acostumbrarse a la idea de “perder el anonimato”. “Es una sensación bastante fuerte, si bien no cultivaba el más bajo de los perfiles, soy músico, tampoco estoy acostumbrado a estar en la tapa de todos los diarios”. En este sentido, Ignacio Guido contó que está retomando poco a poco sus actividades laborales y que está, incluso volviendo a los ensayos para tocar con su banda. “Ahora se abren algunas puertas que antes no las tenía ni pensadas”, explicó y también dijo que se quedará en Olavarría. “Mi actividad musical también es una actividad política, hoy tengo la convicción que mi camino está por acá”, reforzó y aclaró “soy solamente un músico que se está reencontrando con su familia y es lo que quiero ser”.
El apoyo de su mujer Celeste fue central para que Ignacio Guido tomara la decisión de ir hacia la verdad. “Si no hubiera estado con ella no sé si hubiera sido fácil, no sé si hubiera sido”, explicó y definió a Celeste como “una leona”. “El amor es lo que va a triunfar. El ejemplo de mi abuela, de incansable búsqueda a través del amor, es un ejemplo del que yo quisiera aprender. Bronca no tengo. Estoy muy agradecido”, concluyó.