Hoy testificaron ante la fiscal de la causa, Marcela Sánchez, cinco personas que trabajaban en el depósito que se incendió y derrumbó ayer en Barracas. Todos señalaron que funcionaron los matafuegos pero que no se accionaron los aspersores de agua. Mañana declararán tres bomberos que participaron del operativo.
Cinco personas que trabajaban en el galpón que se incendió en Barracas declararon esta tarde ante la fiscal Marcela Sánchez. Los empleados de Iron Mountain señalaron que los matafuegos funcionaban, pero que no se accionaron los aspersores de agua. Llegaron a la sede judicial acompañados por dos abogados de la firma. El hermetismo marca el pulso de la investigación.Sánchez escuchará mañana los testimonios de tres bomberos que participaron del operativo.
Al fondo del décimo piso del edificio de Tucumán 966 hay dos fiscalías enfrentadas: la 32 y la 37. La 37 es la de Sánchez. Mientras ella tomaba la primera de las declaraciones, los abogados de Iron Mountain charlaban con los empleados de la firma.
Los testigos -dos operarios y un jefe de planta de Iron Mountain, una empleada de limpieza y un personal de seguridad- , coincidieron en que cerca de las 8 de la mañana comenzó a sonar la alarma de incendio de uno de los sectores del depósito de la calle Azara 1245. El empleado de seguridad y una de las mujeres de limpieza fueron a constatar si había fuego, pero al no ver nada, regresaron a sus puestos de trabajo, según publicó el portal Fiscales.gob.ar.
En la reconstrucción del momento en que se inició el incendio, dos de los testigos dijeron que al sonar las alarmas de otro sector del galpón, se dirigieron hasta allí y esta vez sí vieron llamas. Entonces junto a los otros tres empleados de la firma que declararon, intentaron extinguir el incendio con los matafuegos del lugar que funcionaban correctamente. De todas formas, al ver que el fuego se descontrolaba, avisaron a los bomberos y salieron del edificio.
Los cinco testigos afirmaron que fueron los aspersores de agua los que no se accionaron, informó Fiscales.gob.ar.
Desde la fiscalía confirmaron que mañana están citados para prestar declaración testimonial los bomberos de la Policía Federal Argentina Martín Coppola y Nicolás Scorza, y el bombero voluntario Daniel Marcos Herrera, quienes resultaron heridos durante el operativo para extinguir el fuego. También se espera de que los demás bomberos sean dados de alta para sumar sus testimonios a la investigación.
Una empresa con un historial de incendios
Iron Mountain brinda servicios a empresas, bancos, financieras, laboratorios y organizaciones estatales. El detalle no pasó desapercibido. Es una de las hipótesis la intencionalidad en el incendio, aunque aún no hay datos que la confirmen.
La empresa se define a sí misma en un video institucional como “la número uno del mundo en protección, gestión y almacenamiento de documentos”. Sin embargo, una serie de incendios ocurridos en diversas sedes que tienen distribuidas en todo el mundo podría dar por tierra con su afirmación. El de ayer de Barracas no fue el primer episodio.
En marzo de 1997, y con pocos días de diferencia, se prendieron fuego dos depósitos de la firma en Nueva Jersey. Los informes presentados entonces sugerían que los incendios habrían empezado de forma intencional.
En 2006, el fuego arrasó con la sede de Otawa y al tiempo, en Londres, volvió a repetirse el mismo episodio. El incendio en la capital británica fue de tal magnitud que las llamas podían verse desde distintos puntos de la ciudad.
Cinco años más tarde fue el turno de la sede italiana. Ubicado en Asprilia, el depósito de Iron Mountain fue consumido totalmente por las llamas. Al igual que en los casos anteriores, las pérdidas de registros y archivos fueron totales pero no se registraron muertos.
Según testimonios a los que habrían accedido los investigadores, los chorros de agua de la red de cañerías ubicada en el techo del galpón no se habrían accionado. El sistema debería haberse activado por acción del calor e impedido que lo que fue un comienzo de fuego se propagara y alcanzara la magnitud que alcanzó.
También es un punto a trabajar la afirmación de varios de los bomberos respecto de que en los momentos previos al derrumbe de la pared se escuchó una explosión en el interior del galpón.
Un antiguo depósito
La construcción del lugar data del año 1900 y por el calor y las llamas habrían cedido primeros las vigas y luego las paredes. Primero fue la que daba a la calle Azara y provocó las nueve muertes y, unos quince minutos después, las otras tres. Los nueve fallecidos estaban en la zona del portón central, donde se disponían a entrar. Tenían la presunción de que podía haber empleados de la firma en el interior del galpón.
La firma tiene otros tres depósitos: uno en el polo tecnológico de Parque Patricios, otro en La Boca y un tercero en Villa Lugano.
La fiscal Sánchez estuvo ayer en el lugar de la tragedia durante seis horas y junto a la secretaria de la fiscalía realizó una inspección ocular. Cuando se termine de sofocar el incendio comenzarán a realizarse los peritajes para establecer cuáles fueron las causas que produjeron el incendio.
El incendió comenzó minutos antes de las 8 de la mañana en el galpón ubicado en la calle Azara 1245. De inmediato se dio aviso a los bomberos. Llegaron dotaciones de la Policía Federal y bomberos voluntarios de los cuarteles de La Boca y Vuelta de Rocha. También lo hicieron efectivos de Prefectura Naval y de la Guardia de Auxilio y Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Como consecuencia del incendio murieron 9 personas y otras 7 resultaron heridas.