El viernes, una yegua murió de un paro cardiorrespiratorio y ayer un juez rechazó una acción de amparo para frenar el 49° Festival Nacional de la Doma y el Folklore, que va hoy por su quinto día ¿Cuáles son los derechos y obligaciones que están en juego?
Es una de las fiestas más tradicionales de la provincia de Córdoba y aglutina a miles de personas todos los años. Pero para los proteccionistas, es también el escenario cruel del más crudo maltrato animal. El 49° Festival Nacional de la Doma y el Folklore va hoy por su quinto día, a contrapelo de las denuncias y presentaciones que realizaron las asociaciones protectoras de animales de la provincia. El viernes, una yegua murió de un paro cardiorrespiratorio y ayer, un juez rechazó una acción de amparo para frenar el Festival. ¿Bien cultural o maltrato animal? ¿Cuáles son los derechos y obligaciones que están en juego?
No es la primera vez que las asociaciones proteccionistas buscan frenar el Festival Nacional de la Doma y el Folklore, que se realiza todos los años en la ciudad de Jesús María, al norte de Córdoba. Tampoco es la primera vez que mueren animales durante el espectáculo. Por eso, activistas de una asociación vegana irrumpieron ayer durante el show de la doma, sosteniendo pancartas con la inscripción “Doma = muerte”. En el escenario, sonaba Piñón Fijo y de fondo se escuchaban los chiflidos que pedían que siguiera el espectáculo. Hoy, día en que toca el Chaqueño Palavecino, también habrá manifestaciones: la Fundación “Sin Estribo”, protectora de caballos, cortará media calzada de la Ruta 9 en repudio.
El festival, que es hoy una tradición, empezó como una actividad de cooperadoras escolares de la zona para juntar fondos. Año a año, reúne unas 600 personas por jornada y cuenta con estatuto y bandera propios. El espectáculo consiste en una seguidilla de jinetes vestidos como auténticos gauchos, que deberán aguantar entre 8 y 12 segundos montados sobre un “bagual” (caballo sin domar). Un jurado puntea la actuación, al tiempo que cada jornada se cierra con espectáculos musicales. Entre ponchos y espuelas, familias completas disfrutan de una fiesta popular que ya es histórica.
Pero la Edición 49° del Festival empezó mal. Era la 1:30 del viernes y el formoseño Martín Leiva se esforzaba por no caerse de La Polaca, una yegua que recibía el nombre por su pelaje rubio. Cuando sonó la campanilla, dos apadrinadores fueron a buscar a Leiva que había cumplido su tiempo de doma. Los payadores floreaban la jineteada al ritmo de la chacarera. De pronto, la mirada de los espectadores se dirigió a la yegua blanca que yacía tirada en el piso y se agitaba sin poder respirar. El payador cantaba confundido, hasta que se detuvo y pidió la presencia de un veterinario. Los gauchos y capataces daban golpes en el pecho a La Polaca, que seguía sin reaccionar. Rápidamente la subieron a una camioneta cubierta. Poco después se supo que había muerto.
La yegua había sufrido un paro respiratorio al caer al suelo, enredada en las riendas que le colgaban del cuello. Ese mismo día, dos jinetes resultaron heridos en la apertura del festival. Víctor Maciel, domador tucumano, había caído de su caballo y fue aplastado por éste. Poco después, el jinete Ramón Córdoba recibió una patada de un caballo en las costillas. No se trata de los primeros accidentes: festivales anteriores dejaron otros jinetes heridos y el año pasado murieron otros dos caballos, La Pampeana y la Roseta.
Fundación “Sin Estribo” y la Mesa de proteccionistas de animales de Córdoba, presentaron una acción de amparo el viernes que comenzó el festival. ¿Qué preceptos jurídicos están en juego? Por un lado, está claro que en nuestro sistema jurídico, los animales no son sujetos de derecho. Sin embargo, la legislación nacional y provincial los penaliza los tratos crueles a animales. También influyen las leyes de protección de naturaleza y el medio ambiente, así como el precepto constitucional que obliga a la preservación de la diversidad biológica (artículo 41).
Los proteccionistas fundaron su planteo en la ley 14.346, que pena a las personas que maltraten animales, en la Ley General del Ambiente (N° 25.675) y en la Declaración Universal de los Derechos del Animal, adoptada por Naciones Unidas en 1977. Pidieron además la inconstitucionalidad de la Ley 8.952, que declara ‘deporte’ a la jineteada, por ser contraria a las normas mencionadas.
“La Constitución Nacional, cuando protege a los animales y la fauna, está protegiendo el tema del maltrato o el abuso. Hay constituciones más ecológicas, en otros países, que garantizan el bienestar del animal, pero en nuestro caso es distinto”, explicó a Infojus Noticias el juez de Control de Jesús María, Oscar Patat, que fue quien rechazó el amparo de las asociaciones proteccionistas.
Sobre la ley 14.346 que penaliza el maltrato animal, el magistrado apuntó que “exige un dolo específico”, que no se observa en los casos de doma y jineteadas. “Sí se podrían corregir otras cosas, como el traslado del animal y la estadía. De hecho, en otra época se usaban espuelas que afectaban al animal, ahora no. Los mismos jinetes tienen un anti-dopping, un seguro, etcétera. Habrá que ver si la jineteada como tradición que es debe seguir de esta manera o no, pero es un debate social”, reflexiona Patat.
“Sobre el cuidado de la naturaleza y los recursos naturales, así como de los animales, hay límites legítimos, pero por otro lado está el tema de la jineteada y la doma gaucha como bienes culturales, protegidos constitucionalmente. Tienen un valor y una protección que el propio Estado tiene que garantizar”, apuntó el juez. “La actuación de legisladores sería significativa para generar y promover un debate sobre el tema”, deslizó el juez.
Por su parte, la titular de la Fundación “Sin Estribo”, Andra Olazábal, señala que sí existe mal trato animal en los espectáculos de doma. “Se los entrena con alambres de púas, se les atan bolsas de nylon con peso en los bozales y se les ponen muñecos para que aprenda a tirar a los jinetes. El animal sufre estrés, se les ve en la cara en los palenques”, sostuvo Olazábal.
De la 49° Edición y La Polaca
“Animales mueren todos los años. Pero si hubieran hecho lugar a nuestra medida cautelar, lo de La Polaca se habría evitado”; dijo a Infojus Noticias Andra Olazábal, presidenta de la Fundación “Sin Estribo”. “El año pasado nos constituimos como querellantes en la causa por las dos yeguas que habían muerto. Se ordenó el archivo porque el médico veterinario dijo que los caballos no estaban maltratados. Con ese mismo fundamento es que este año nos rechazaron el amparo”, sostuvo Olazábal.
La resolución la dio a conocer el lunes el juez de Control de los Tribunales de Jesús María, Oscar Patat. El magistrado evaluó que el amparo no era el “medio idóneo” para solucionar el problema, ya que debían ofrecerse más pruebas en el marco de un proceso de fondo, y lo rechazó aún luego de la muerte de la yegua. Para Patat, no está probado que haya maltrato animal.
“Lo que pasa es que todo lo que ocurre antes de la doma queda oculto al público. Los veterinarios también están comprometidos con el festival. Por eso nosotros le pedimos al juez que la Justicia fuera allí para aportar otros elementos, desde los corrales, la cantidad de animales, cómo viven, pero el único veterinario que tiene el Poder Judicial, doctor Arguello, es especialista en perros”, dijo la titular de Sin Estribo.
Con respecto a la muerte de La Polaca, la Fiscalía de turno pidió el secuestro del animal y ya le realizaron una autopsia, para analizar también si había ingerido alguna sustancia. Desde la Fundación Sin Estribo, aseguran que se presentarán como querellantes en esa causa y que apelarán la resolución que rechazó el amparo.