Expositoras de la Argentina y de otros países de América latina participaron hoy de la Especialización en Magistratura de la Escuela de Justicia. Las jornadas tuvieron como eje los avances del sistema interamericano de protección de derechos humanos para las víctimas de violencia de género.
El salón auditorio de la Escuela de Justicia estaba hoy repleto de zapatos altos, polleras y blazers entallados. Cada vez que hay jornadas sobre género, en distintos ámbitos, las mujeres son las protagonistas de estos encuentros. Juezas, fiscales y defensoras fueron mayoría en la jornada “Avances contra la violencia de género. La experiencia local e interamericana”. También había varones, pero esta vez, eran minoría. Todos participaron de la Especialización en Magistratura que se dicta en la sede porteña de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Las expositoras –todas mujeres- fueron referentes nacionales en la temática, pero también hubo panelistas invitadas de Venezuela, Costa Rica y Perú.
Las jornadas tuvieron como eje el acceso a la justicia para las víctimas de violencia de género y los avances del sistema interamericano de protección de los derechos humanos en esta área. El primer panel, que comenzó a las 14.30, abordó específicamente “El acceso a la Justicia de víctimas de violencia de género”, desde la perspectiva de cuatro mujeres que trabajan en el servicio de justicia.
La primera en exponer fue Liz Meléndez, coordinadora nacional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) de Perú. Trató el tema las buenas prácticas y las estrategias para posicionar el femicidio en la agenda púbica. “Hasta hace poco se creía que era el asesinato de las feministas”, dijo, y el público soltó algunas carcajadas.
La socióloga y feminista peruana analizó la cobertura mediática de los crímenes en Perú. Según su relevamiento, cuando los asesinatos de mujeres se convierten en noticia conviven tres procesos: la romantización de la violencia, cuando se hace hincapié en la historia de amor que “contextualiza” al crimen; y la naturalización y la patologización de la violencia, cuando se trata a los agresores como enfermos psiquiátricos.
Meléndez destacó que en lo que va del 2013, en Perú, se registraron 70 femicidios. También valoró la incorporación del término “femicidio” en el Código Penal peruano y “tentantiva de feminicidio”.
Luego expuso la fiscal en lo Penal y Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, Genoveva Cardinali. La mujer, a cargo de un equipo especializado en violencia doméstica, habló sobre la investigación en casos de violencia de género. “A diferencia de otros delitos, la víctima y el victimario se vuelven a ver siempre”, destacó. La fiscal expuso su posicionamiento en relación a la suspensión del proceso a prueba. Para Cardinali “es una salida alternativa que debe tenerse en cuenta”.
Más tarde fue el turno de Romina Pzellinsky, responsable del Programa sobre Políticas de Género de la Procuración General de la Nación. Comentó los alcances de su área en sus diez meses de existencia. Sobre el trabajo de las fiscalías, destacó la necesidad de “unificación de la investigación de los casos de violencia doméstica que a veces se desdoblan por los distintos fueros”. Pzellinsky consideró que la unificación evita la revictimización.
“En los casos de violencia de género, el testimonio de la víctima tiene que ser valorado por sobre las declaraciones del imputado porque se encuentran en situaciones jurídicas distintas”, puntualizó Pzellinsky.
Escuchar a las víctimas
Para cerrar el primer panel de la tarde la elegida fue Raquel Asencio, coordinadora de la Comisión sobre temáticas de Género de la Defensoría General de la Nación. Asencio habló de los desafíos del espacio que coordina: “Buscamos incorporar el enfoque de género en las prácticas internas del organismo y en los servicios que se brindan hacia el exterior”.
También hizo hincapié en la asimetría que existe en el servicio de justicia. “Históricamente el servicio de Justicia pretendió satisfacer las necesidades jurídicas de los varones porque la mayoría de los que están en conflicto con la ley penal son los hombres”, dijo.
Todas las panelistas resaltaron, en distintos tramos, la importancia de “escuchar a la víctima”.
Después de un descanso de media hora, a las 16.30 comenzó el segundo panel de la jornada que abordó los “avances del sistema interamericano de protección de derechos humanos en la lucha contra la violencia de género”. La concurrencia continuó siendo masiva. Todos los participantes volvieron a sus lugares para escuchar a las panelistas.
En esta segunda mesa, las panelistas fueron tres. En representación de Argentina estaba Laura Pautassi, investigadora del CONICET y del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho de la UBA. Desde Venezuela llegó Luz Patricia Mejía, coordinadora Técnica del Mecanismo de Seguimiento de la Convención Belém do Pará. También expuso la costarricense, Soraya Long, del Centro de Acción Pro Derechos Humanos de Costa Rica.
Las invitadas internacionales hablaron puntualmente de la interpretación de la Convención de Belém do Pará. Se trata de un instrumento internacional producto de la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.
La Escuela de Justicia es una iniciativa del Ministerio Público Fiscal y el Ministerio Público de la Defensa, en conjunto con la UNLaM. La cursada de la Especialización en Magistratura comenzó en agosto y se propone formar jueces, defensores y fiscales.