Lo dijo Joseph Folger, fundador y socio del Instituto para la transformación de conflictos de la Universidad de Temple, en EE.UU. Fue en una mesa con Gladys Álvarez, mediadora y coordinadora de la Comisión de Acceso a Justicia de la Corte Suprema, en el II Encuentro Federal de Mediadores. Las charlas siguen mañana.
Luego del acto de apertura, el II Encuentro Federal de Mediadores, que se está realizando en el Teatro Argentino de La Plata, continuó con una serie de mesas y de debates. Uno de los puntos más importantes fue la participación de Joseph Folger, fundador y socio del Instituto para la transformación de conflictos y del equipo de Conflictos y Recursos de la Temple University de Estados Unidos. El especialista, que estaba en Buenos Aires coordinando una capacitación, fue entrevistado por teleconferencia. Además Gladys Álvarez, mediadora y Coordinadora de la Comisión de Acceso a Justicia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dijo en el panel "El Poder Judicial y la Mediación" que la mediación “es transformadora sólo si logra la paz social”.
En 1994 apareció la primera edición de “La promesa de la mediación. Responder al conflicto a partir de la autovaloración y el reconocimiento”, escrito por Folger. En Argentina, el libro llegó dos años después. A diez años de la publicación, Folger contestó que “fue un primer intento de concientizar en la necesidad del uso de la mediación y de ejercer la crítica al interior del campo jurídico”. El especialista ejerció 15 años como mediador antes de escribir el texto. En la segunda edición, amplió el trabajo: pensó a la mediación como “práctica transformativa”.
Preguntado sobre la esencia del libro, dijo que los mediadores deben preservar los valores de la mediación para distinguirla de otras formas de resolución de conflicto. “La autodeterminación de las partes es el corazón de la mediación”, dijo. Y agregó: “el efecto humanizador es el potencial más importante, porque permite acercar a las personas, fomentar el diálogo y tratar de resolver los conflictos tanto en el plano judicial como emocional”. Las partes, según su visión, logran autodeterminación y autocapacidad para dar respuesta a sus problemas.
En Estados Unidos, explicó que la mediación se expandió en otros ámbitos, como en la mediación comunitaria y en las escuelas. Sobre la Resolución Alternativa de Disputas (RAD), dijo que hay jueces que lo consideran sólo un servicio para aliviar la carga de la justicia. Pero otros, además, consideran a la RAD como una “herramienta transformadora”, se toman el tiempo para explicar los procesos, y evalúan sobre los alcances y los límites de la mediación. Por otra parte, sobre el rol del mediador, explicó que “es aquel que hace un seguimiento proactivo de las partes”. En esa instancia, explicó, el mediador diseña un mapa y contiene a las personas, pero no como líder ni como guía, sino más bien apoyando, como orientador de posibles resoluciones. “La escucha recíproca es el valor supremo”, recalcó.
“Este es mi tercer viaje a Argentina y encuentro que la mediación está en un punto crucial y ustedes deben tomar una decisión de cómo vamos a evolucionar. Todas las partes interesadas tenemos que enfatizar el valor de la mediación en los niveles profundos de la sociedad. Y en Argentina hay una gran referente. Gladys Álvarez es un heroína reconocida en todo el mundo”, concluyó.
A su turno, Álvarez tomó la palabra y dijo que la teoría de la práctica transformativa de Folger fue clave para desarrollar un modelo de mediador en el país “que se acerque a las personas y las ayude a comprender sus problemas”. Hay dos corrientes de mediación. La corriente facilitadora, donde el mediador facilita la mediación. Y la evaluativa, que diagnostica y evalúa. “En Argentina, por suerte, se privilegia la primera. Los abogados esperaban del mediador una posición evaluativa y eso es un error. El objetivo es rescatar al victimario de la carrera del delito, que se comprometa a reparar el daño, siempre y cuando esté convencido de reparar lo que hizo. No sólo ante una persona, sino ante la sociedad que fue afectada por ese hecho ilícito. El intermediario debe incentivar la interacción entre victimario y víctima y poner el acento en la concientización del daño”.
Otro campo de acción importante es la mediación escolar. “En la escuela hay víctimas y victimarios y es ahí donde la mediación puede ejercer su campo para mejorar la calidad de los estudiantes. Sobre el bullying, la mediación transformativa tiene mucha cabida. Tenemos 15 provincias con mediación prejudicial. Estamos haciendo bastante bien las cosas, aunque nos falta mirarnos para adentro. Necesitamos un monitoreo mayor sobre la calidad de la mediación. Hay que evaluar a los mediadores, ellos deberían saber dónde se equivocan, donde fallan, donde aciertan, porque sino no podemos crecer”.
Mirando las butacas del Teatro Argentino, dijo “somos artistas potenciales de la mediación”. Y detalló: “Vamos a estar felices cuando comprobemos que le servimos a la gente. Hay que ser respetuosos de los demás y aspirar a la paz”. “¿Cuándo no funciona una mediación?”, se preguntó y respondió: “Si se tarda más de cuatro meses, no funciona”. Luego profundizó: “Capacitamos a los jueces de paz porque son el nexo entre la comunidad y la justicia formal. En toda Latinoamérica se está avanzando en la resolución alternativa de conflictos para no sobrecargarse de litigios. En Brasil, por ejemplo, hay un 90 por ciento de expedientes que estaban estancados en la justicia, tal es así que las empresas apoyaron el avance de la mediación”.
Por último, Álvarez dijo que la mediación cambió la justicia. El centro, ahora, es la gente. El juez de este nuevo modelo “debe ayudar a resolver los conflictos”. En efecto, dijo que el nuevo abogado “tiene que ser colaborativo, el derecho y la visión jurídica ya no son los ejes. Se tiene que priorizar qué necesitan las personas, y resaltar el valor de la negociación y la autodeterminación de las partes. El abogado acompaña a las partes y si no las comprende, debe permitir que otro haga el intento de la mediación. No todas las personas se pueden sentar a una mesa de mediación. Y muchos jueces no tienen ni idea de lo que pasa con la mediación. A ellos les debemos contar lo que hacemos y hacer que nos reconozcan”.