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Hace diez años a Estela de Carlotto le temblaron las piernas de sólo pensar que la ESMA a la que ella y tantos entraban por primera vez, había estado su hija Laura y miles de sus compañeros. “Sentí que estaba pisando una tierra regada con la sangre de nuestros hijos. Pero la verdadera sensación fue la del triunfo del bien sobre el mal”, fue lo primero que recordó ayer la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en la apertura de una nueva sede de la institución en ese predio: la Casa por la Identidad.

Diez años atrás Manuel Gonçalvez fue, junto a Horacio Petragalla, de los primeros en saltar las rejas y entrar. Hasta ese día los nietos recuperados y los organismos de derechos humanos estaban del otro lado. Hoy Manuel está a cargo de la dirección de la Casa por la Identidad. En 2004 “fue difícil entrar. Recorrimos el lugar con miedo y dolor, estábamos afuera y eso no era menor. Con Horacito no lo hubiéramos imaginado nunca: que diez años después de ese día histórico estaríamos acá”, dijo en la ceremonia de apertura.

Memoria, verdad, justicia y alegría. Eso era lo que se respiraba en una ESMA tomada por militantes, organismos, familias y niños. “En algún rincón de acá estuvo tu abuelito”, le decía una señora a una nena y le proponía una foto. La ceremonia por la recuperación del predio estaba estructurada en tres momentos: la inauguración de esta casa de Abuelas, la señalización del espacio con los tres pilares de Memoria, Verdad y Justicia –como se identifica a los centros clandestinos de detención- , y un escenario central con oradores y músicos. En esa agenda, la Casa por la Identidad tenía un fuerte sabor a triunfo.

El predio sobre la avenida Libertador sigue siendo, de algún modo, un sitio de barreras emocionales y físicas. Por la tarde las Abuelas fueron llegando en dos micros al predio sobre la avenida Libertador. Apoyadas en bastones y brazos amigos, subieron despacio los escalones de la nueva sede de Abuelas en la ESMA. Aunque ellas se seguirán reuniendo en la Casa de Abuelas de Virrey Ceballos.

Desde temprano se acercaron al lugar el ministro de Defensa Agustín Rossi, el secretario de Educación Jaime Perzcyk, el secretario de Derechos Humanos Martín Fresneda, el director del Centro Haroldo Conti Eduardo Jozami, el subsecretario de Promoción de los DDHH Carlos Pisoni, Horacio Pietragalla, Victoria Montenegro y Juan Cabandié. Para el diputado por la ciudad de Buenos Aires, las coordenadas de tiempo y lugar marcan dos hitos en su biografía. Nacido en marzo de 1978 en la ESMA, recuperó su identidad en enero de 2004 y dos meses después estaba ahí hablándole a una multitud.  Invitado por el entonces presidente Néstor Kirchner al acto de recuperación de la ESMA, aquel 24 de marzo Cabandié leyó una carta que decía: “En este lugar le robaron la vida a mi Mamá. En este lugar idearon un plan macabro de robo de bebés”. Ayer Juan estaba emocionado y recorría la Casa por la Identidad empujando el cochecito de su bebé: “En el lugar donde se configuró el odio extremo y donde Néstor bajó los cuadros, pudimos subir los cuadros de los derechos, de las oportunidades para los desprotegidos, y construir el futuro de una generación. Es muy emocionante”, dijo a Infojus Noticias.

La Casa ocupa un predio de 5200 metros cuadrados. Alberga varias salas con muestras de fotografías –curadas por Alejandro Reynoso- que relatan la historia de Abuelas y Nietos, y los hacen dialogar con la respiración del país en las últimas décadas, y con el modo en que el deporte, la música, o iniciativas como Teatro por la Identidad ayudan a la búsqueda. Otra sala explica los mecanismos científicos de las búsquedas genéticas de nietos, otra exhibe objetos significativos de Abuelas, como los primeros pañuelos. Hay un auditorio en construcción y un enorme patio. Allí tuvo lugar, ante una platea repleta, el acto de inauguración de la Casa por la Identidad.  

-Buenísimas tardes- saludó Estela de Carlotto. Hacía pocas horas había llegado de participar de la Feria del Libro en París. La presidenta de Abuelas expresó que “es un sueño cumplido”. "No nos van a doblegar. Vamos a seguir luchando por los sueños de nuestros hijos y la recuperación de nuestros nietos. Transformar estos lugares como la ESMA, llenos de horror, es un logro que alcanzamos con la valentía y decisión de Néstor Kirchner", dijo. Un rato después, revelaría que la casa llevará el nombre del ex presidente e invitaría a los presentes a descubrir la placa.  

"Va a ser la casa de la identidad de la Argentina"

De la mesa de apertura también participó la abuela Rosa Roisinblit y estuvieron presentes varios funcionarios. En su nuevo rol de director de esta Casa, Manuel Gonçalvez, nieto recuperado, dijo:  ”La Casa de la Identidad es un logro de todos”, destacó y agradeció a cada uno de los que participaron del proyecto. También confesó que no fue fácil pedir a las Abuelas que entregaran sus tesoros históricos para una de las salas. Luego tomó la palabra el ministro de Justicia, Julio Alak: “Los pueblos, como los hombres y las mujeres, pueden crecer desde el dolor, si lo transforman en esperanza. Aquí hubo mucho dolor y hay una gran esperanza de justicia”, dijo el ministro. Después hablaron Martín Fresneda y el secretario de Legal y Técnica Carlos Zaninni, que llegó sobre el final, en nombre de la Presidenta (por un esguince no pudo estar). Desde el público los escuchaba con atención Juan Manuel Abal Medina.

“Me genera un sentimiento de mucha alegría estar acá. Esta va a ser la casa de la identidad de la Argentina. El patrimonio de la identidad es una lucha que empezaron las Abuelas. Nos convoca y nos contiene para encontrar a los nietos que faltan, y ratifica el rumbo que marcaron hace años Néstor y Cristina”, dijo Fresneda a Infojus Noticias después de recorrer las instalaciones.

La inauguración de la Casa por la Identidad fue seguida por quienes se habían acercado al predio a través de una pantalla gigante a pocos metros, en la Plaza de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la vieja plaza de armas y patrio central de la ESMA, donde aterrizaban los helicópteros militares y se hacían las ceremonias de la fuerza.  Quizás no sea casualidad el territorio que ocupa la nueva sede de Abuelas: en el mismo pabellón donde en la dictadura funcionó el área de Comunicaciones y Operaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada, ahora se abre un espacio para aprender, educar y expresar el ejercicio de la memoria y al derecho a la identidad.