En 2010, una persona se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo con la denuncia de una historia que transcurría en Olavarría. Esos datos forman parte de la investigación sobre la apropiación de Ignacio Guido Montoya Carlotto, y se espera arrojen nuevas pistas.
El informante llegó a Abuelas hace cuatro años, contó una historia que transcurría en Olavarría y aportó un nombre. La causa judicial que investiga la apropiación del hijo de Laura Carlotto y de Walmir Oscar Montoya –en manos de la jueza María Servini de Cubría- ya cuenta con esta información, que fue remitida por el equipo jurídico de Abuelas de Plaza de Mayo. Esa denuncia, una de las 15 mil que ha recibido la institución por sospechas de apropiaciones, puede dar nuevas pistas que permitan descubrir como el bebé de Laura Carlotto recorrió el camino desde el centro clandestino de detención La Cacha, donde estuvo secuestrada, hasta Olavarría, donde creció su hijo.
“La denuncia no decía que se tratara de Guido Carlotto”, aclaró el abogado al frente del equipo jurídico de Abuelas, Alan Iud. En general, “los denunciantes que se acercan a la institución para aportar datos no lo hacen pensando que se trata de un nieto en particular, no lo saben”, dijo Iud. El abogado contó a Infojus Noticias que a lo largo de estos años, muchos de quienes se acercaron a decir que sabían algo sobre Guido, el nieto de Estela, lo hicieron “deliberadamente para despistar”.
El denunciante de 2010 contó sobre un empresario de Olavarría –con fuertes vínculos con las fuerzas armadas y la Iglesia- que habría entregado a un bebé a una pareja de puesteros del campo Los Aguilares. Fue la primera vez en este caso que alguien señaló a Carlos Francisco Aguilar como el posible entregador del bebé. A partir de esos datos recibidos en 2010, el equipo de Abuelas desplegó una línea de investigación. Pero Ignacio aceleró vertiginosamente los tiempos desde el momento en que decidió acudir a Abuelas, en junio de 2014, con dudas sobre su identidad. Primero se comunicó por correo electrónico con la institución. "Luego de varios intercambios de mail, realizó su presentación formal por correo postal, dado que vive en otra ciudad. Posteriormente, se acercó a la sede de Virrey Cevallos a entrevistarse con el equipo de Presentación Espontánea. Ante los indicios de que podía ser hijo de desaparecido, se dio intervención a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para coordinar la realización del análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG)", señaló el comunicado de Abuelas al conocerse su verdadera identidad.
Ahora la Justicia deberá avanzar sobre varias preguntas: ¿Dónde se realizó el parto? ¿Qué médico lo atendió? ¿Quién firmó la partida de nacimiento? ¿Quién o quiénes fueron el nexo entre los represores de La Cacha y el hombre acusado de entregar el bebé a dos puesteros de su campo? ¿Cómo funcionó la cadena de complicidades entre los miembros de las diferentes fuerzas que operaban en el centro clandestino de detención que funcionó en las afueras de La Plata, a metros de la cárcel de Olmos?
Era un expediente tan grande y tan diverso que los abogados de Abuelas, 1998 y luego de relatos nuevos de ex detenidos en La Cacha, pidieron que se formara un expediente por separado –que en la jerga judicial se denomina “legajo”- para investigar específicamente la búsqueda de Guido, con la carátula “Minicucci, Federico Antonio s/privación ilegal de la libertad (art. 144 bis)”.
Ahora la prueba más contundente acerca de la trama que enlaza La Cacha con Olavarría es el informe del Banco Nacional de Datos Genéticos que confirmó con un 99,9% de certeza que Ignacio Guido Montoya Carlotto es hijo de Laura y Walmir. Según las fuentes judiciales consultadas por Infojus Noticias, en ese expediente deberá declarar Ignacio Guido, y se investigarán las responsabilidades penales por secuestro, retención y ocultamiento de menor de 10 años. Servini de Cubría, que intervino en otras 13 restituciones, ahora deberá corroborar si la versión que tiene el propio Ignacio Guido Montoya Carlotto, - aquellas que hizo durante la presentación espontánea- es certera. Y si hay militares, médicos o civiles cómplices.
Cómo aportar información a Abuelas
En estos años de búsqueda Abuelas recibió más de 15.000 denuncias con pistas sobre los nietos, y fue encontrando distintos métodos para viabilizarlas. Al principio las mismas Abuelas montaron guardias, se acercaron a las escuelas y seguían cada pista que les podía decir donde estaba alguno de los chicos nacidos durante el cautiverio de sus madres o secuestrados con ellas. Cuando empezamos, ha recordó Estela en una entrevista, “parecíamos detectives, mirando detrás de los árboles, una sacaba una fotito, la otra tocaba el timbre, salía el chiquito, pero era todo doméstico y también muy precario".
Con los años, fueron fijando pautas de trabajo, campañas de difusión y vías de contacto para recibir estas denuncias. Abuelas cruza la información, trabaja con las denuncias recibidas con antelación o datos que surgen de otras causas judiciales. Intentan determinar las circunstancias de esos nacimientos y si hay datos a atender, como partos domiciliarios u ocurridos en hospitales o instituciones sanitarias vinculadas a las fuerzas de seguridad.