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Cómo vincular a la pobreza y la extrema pobreza con la desaparición forzada de personas y de qué manera se tiene que trabajar para realizar una identificación científica apropiada de restos humanos son algunos de los temas sobre los que giraron los debates del  Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas (ONU) que estuvo en la ciudad durante toda la semana. En el cierre, el presidente-relator Ariel Dulitzky contó que en la base de datos del organismo tienen registrados 43 mil casos abiertos que “permanecen en ese estado hasta que se conozca cuál es la suerte de cada una de esas personas”.

El Grupo de Trabajo de la ONU fue establecido por la Comisión de Derechos Humanos en 1980 para asistir a las familias y determinar la suerte y el paradero de sus familiares desaparecidos. “La creación de nuestro Grupo está estrictamente relacionada con las desapariciones forzadas que tuvieron lugar en el país durante la última dictadura”, expresaron los expertos. “Las Madres de Plaza de Mayo fueron artífices de la creación de nuestro grupo”, explicó Dulitzky, que estuvo acompañado en la mesa por la vicepresidenta del Grupo, Jasminka Dzumhur (Bosnia y Herzegovina) y los otros miembros: Bernard Duhaime (Canada),  Osman El-Hajjé (Líbano) y Houria Es-Slami.

“En nuestra sesión en Argentina estudiamos 92 nuevos casos de desapariciones forzadas en países como Bangladesh, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Gambia, México, Omán, Pakistán y República Democrática del Congo”, explicó Dulitzky. En su exposición, se encargó de remarcar que “la desaparición forzada no es un tema del pasado, continúan cometiéndose en todos los continentes del mundo”.

“Algo que en los 60 y 70 era una práctica que se circunscribía a América Latina, hoy es una práctica globalizada”, explicaron en el informe. También señalaron que los registros que se han tomado por el Grupo comprenden casos de 88 países. “Ninguna sociedad es inmune a las desapariciones forzadas”, dijo Dulitzky.

Quizás el dato más llamativo de la exposición es el que habla de 43 mil casos abiertos en estudio. “Tener tantos casos abiertos es un fracaso para nosotros y para el Estado en el que se produjeron las desapariciones”, resaltó Dulitzky y aclaró que las cifras no son representativas de la cantidad que realmente existen en el mundo. “Esos 43 mil casos son solo la punta del iceberg”, dijo.

Si bien no hay una estadística desglosada que permita determinar cuáles son las principales causas que motivan las desapariciones forzadas de personas, desde el Grupo aseguraron que los conflictos bélicos, el narcotráfico  –para el caso citaron lo que ocurre en México–, enfrentamientos étnicos y el tráfico de personas son algunas de las causas más relevantes que tienen entre los casos que han podido recolectar por el mundo.

La llamada “guerra contra el terrorismo”  es otro de los motivos que el Grupo denuncia como fuente de desapariciones forzadas de personas. “La práctica de detenciones en los pozos negros es enorme y están relacionados con la desapariciones forzadas”, explicó el presidente del Grupo y aclaró que ya identificaron a una veintena de países que adoptaron esa metodología. “América Latina tienen que estar orgullosa de ser el único continente del mundo que no tiene ningún país en que haya cooperado con la CIA en esta práctica”.

Por otro lado, Dulitzky contó que en países como Egipto, China o Rusia existe lo que ellos denominaron “desapariciones forzadas de corto plazo”: son aquellas que sufren las personas que son detenidas por semanas o meses no pero no se sabe dónde y después aparecen en alguna prisión de máxima seguridad.

Durante la estadía en el país el Grupo celebró su 35° aniversario en un acto público en el Salón Libertador del Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. “Estamos muy agradecidos con el Gobierno de Argentina por haber invitado al Grupo de Trabajo en esta oportunidad tan simbólica”, indicaron los expertos”, dijeron.