A partir de un convenio entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el Ministerio de Cultura, se impulsa la promoción y protección de los derechos con actividades recreativas para integrar el afuera y el adentro.
Más 200 mujeres privadas de libertad compartieron junto a su familia un festival de música, circo y arte urbano realizado en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza (CPF IV). La iniciativa fue producto de un convenio entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el Ministerio de Cultura de la Nación con el objetivo de impulsar la promoción y protección de los derechos a través de actividades culturales.
El festival comenzó ayer al mediodía y estuvo liderado por un circo musical para niños y niñas. Más tarde, cerca de las 14, el escenario central fue monopolizado por cajas, cajones y mucha percusión: “La bomba de Tiempo” hizo su ingreso a toda música y las familias bailaron.
El festival se enmarca en un proyecto más amplio llevado a cabo por la Subsecretaría de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que busca alcanzar a las personas privadas de libertad como así también al personal penitenciario y su familia. El objetivo es que antes de fin de año, diversas actividades culturales –talleres de teatro y danza, café culturales, música en vivo- posibiliten estrechar vínculos entre el afuera y el adentro, para que la inclusión de derechos llegue a todos los espacios, incluso al contexto de encierro.
De la jornada musical participaron el director Nacional de Readaptación Social, David De Lio, la coordinadora del programa Nacional de Políticas Culturales en Espacio Penitenciarios y Pospenitenciarios, María Dutil, funcionarios de la Subsecretaría de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios y del Servicio Penitenciario Federal.