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Las llamas de los casi diez focos de incendio que se desataron en la comarca de Cushamen en los últimos dos meses, y que se estima que ya consumieron unas 35.000 hectáreas de bosques nativos, llegaron a entrar –por el desemboque y por una región que se llama El Turbio- al Parque Nacional Lago Puelo. Por eso, además de las cuatro causas que investigan las circunstancias en las que se inició el fuego en la fiscalía de El Hoyo, hay dos causas que se instruyen en la justicia federal de Esquel.

Por el Turbio

El fuego que ingresó al Parque Nacional Lago Puelo por El Turbio ya está controlado, confirmó a Infojus Noticias Gustavo Levati, director nacional de Interior de Parques Nacionales. Si bien es una región boscosa y natural enorme, de unas 250.000 hectáreas, la parte que incluye a la reserva es ínfima. “Dentro del Parque está completamente contenido, aunque el incendio que corresponde a la jurisdicción provincial aún es grave”, comentó Levati. “Hay una zona muy prístina, muy cerca de la frontera con Chile, casi inaccesible para el hombre y de gran valor ambiental, que hay que preservar. Allí están trabajando de forma parecida al incendio de Cholila: los organismos provinciales y nacionales y brigadistas provenientes de todas las provincias”, completó el funcionario.

Las llamas llegaron al Parque Nacional Lago Puelo el 29 de enero, detrás de la escuela que está dentro del Parque, cerca del Camino de los Pobladores y el Mirador de Bahamonde. Los días anteriores, el 27 y el 28, habían brotado dos pequeñas columnas de humo que sofocaron los guardaparques luego de que los pusieran sobre aviso dos jóvenes de la zona. Hay dos datos clave que hasta el momento le hacen pensar al juez federal Guido Otranto que ese incendio fue intencional: por la sequía, ese mismo 29 de enero el intendente de Lago Puelo, Iván Fernández, había dictado una resolución prohibiendo hacer fuego incluso en fogones, los lugares en los que estaba permitido. Además, todos los guardaparques que declararon en la causa confirmaron que ese día las condiciones climáticas eran buenas, lo que descarta la hipótesis de la chispa natural.

Sin embargo, por las características de la zona y de sus pobladores, y después de oír a algunos testigos, Otranto tampoco se inclina por la posibilidad de que el incendio tenga como trasfondo la deforestación forzosa para hacer negocios inmobiliarios. Son unos cinco kilómetros poco transitables y transitados, desde la subseccional de Lago Puelo hasta el caserío de El Turbio, donde viven unas diez familias a quienes las autoridades de Parques dejaron seguir viviendo con un “permiso de pastaje”.

Eso le da una ventaja al magistrado: en una comunidad tan íntima y circunscripta, cree que le será más fácil detectar problemas personales entre vecinos cuando tome testimonios en el lugar, la semana próxima. El resto, por el momento, son rumores que llegaron al juez de manera muy indirecta: dichos de lugareños a los guardaparques que declararon en el expediente y que remarcaron eso, que sólo son rumores. Esas murmuraciones apuntan hacia dos chicos de 18 y 19 años, que se apodan de la misma forma, y que llegaron como peones a ayudar a un matrimonio de propietarios pasados en años. El juez le pidió a la Brigada municipal que averigüe algo más sobre los dos chicos. Sin embargo, un dato debilita aún más esa pista: fueron ellos mismos quienes advirtieron a las autoridades del Parque de los dos focos anteriores.

Villa del Lago

Del segundo incendio, mucho más reciente, es mucho menos lo que sabe la justicia federal: por ahora se limita a esperar que lleguen de Gendarmería las investigaciones preliminares. “El incendio del Parque Nacional Lago Puelo quemó entre cuatro y seis hectáreas, y está extinguido gracias al trabajo de la gente de Parques Nacionales y de los brigadistas”, dijo a esta agencia el director nacional de Interior, Gustavo Levati. “Lo único de infraestructura que se quemó es un galponcito donde el guardaparques guardaba las herramientas”.

Las hectáreas que fueron arrasadas por el fuego eran de bosque nativo. “Es muy triste verlo“, dijo Levati, aunque lo tranquilizó el intendente del Parque Nacional Lago Puelo, Sergio Rusak. “Me dijo que después de las lluvias del otoño y la nieve del invierno, para la primavera eso va a estar verde otra vez, salvo algunas cicatrices que puedan quedar en algún árbol”.