La audiencia de ayer se extendió hasta la mañana de hoy, cuando el proyecto se convirtió en ley. Las apostillas y personajes memorables de una votación matizada por contradicciones, ausencias, silbidos, tensiones y consensos.
Faltaban diez minutos para que el reloj marcara las 6 de la mañana cuando la Cámara de Diputados convirtió en ley el pago soberano de deudas a bonistas con títulos reestructurados. La sesión de más de 16 horas en que el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo se transformó en realidad con 134 votos afirmativos, 99 negativos y 5 abstenciones, tuvo sus momentos memorables.
Tiempo de triunfo
La lectura del bloque mayoritario (Frente para la Victoria): se trató de una victoria que trascendió los lineamientos políticos. “Esperábamos tener una jornada de unión nacional”, dijo Juliana di Tullio, presidenta de la bancada. Además de los votos propios, el FpV sumó los del Frente Cívico de Santiago del Estero, Nuevo Encuentro, PJ La Pampa, Movimiento Solidario Popular, Movimiento Popular Fueguino y el respaldo de los tres diputados del Movimiento Popular Neuquino.
La oradora
Di Tullio fue una de las oradoras más entusiastas de la jornada:“La oposición debería haber acompañado al pueblo", reclamó. “La Presidenta no toma esta decisión solamente pensando en su gobierno, sino que lo hizo pensando en el futuro de todos los argentinos”, dijo la diputada. “Este gobierno se hace cargo de todo; porque este gobierno no se endeudó, y se hace cargo de las deudas de otros gobiernos”, agregó.
En el cierre del debate la presidenta del bloque del FpV apuntó a los diputados que no apoyaron el proyecto. “Démosle la oportunidad a nuestro país de resolver el tema de la deuda externa de una buena vez, ¿ustedes entienden que estamos siendo extorsionados?”, remarcó Di Tullio.
En campaña 2015
En los discursos de varios diputados opositores, se explicitó una misma idea, contradictoria: estar de acuerdo con la causa del proyecto de pago soberano, pero con la mirada en las elecciones 2015, votar en contra. La hipótesis apareció en boca del diputado Andrés Larroque (FpV).
“Escuchamos la queja de muchos opositores de que se los pone en el lugar de los buitres y no es así: simplemente ellos se pusieron en ese lugar”, dijo Larroque y fue abucheado por la oposición.
El voto que puede romper un bloque
Eduardo Santín fue el único de los 37 diputados de la bancada de la UCR que dio un voto positivo al proyecto. “No lo hago para que me aplauda el FpV. La idea es resolver la cuestión de los bonistas que nos permitirá seguir adelante”, dijo Santín. “Yo creo que el diputado de la UCR no está solo en su partido, que no decaiga y que sostenga sus banderas y vaya por un radicalismo popular”, dejó picando Larroque.
A Santín, ayer le habían anticipado: podrían expulsarlo del bloque.
Quiero pero no puedo
Después de la votación, varios bloques quisieron aclarar que sí estaban de acuerdo con el "inciso que propone la creación de una bicameral para analizar la deuda”. Pero al estar dentro de un artículo que no apoyan, dieron un voto negativo.
Llamados de atención
Mientras la presidencia del debate estuvo a cargo de Norma Abdala de Matarazzo –que anoche alternó esa responsabilidad con Julián Domínguez -, la diputada Patricia Bullrich recibió un llamado de atención por arengar a los militantes que estaban en los palcos y hacerles muecas.
Abdala de Matarazzo también advirtió a Alcira Argumedo y le pidió redondeara sus 7 minutos de exposición. Argumedo le respondió: “Dejame de joder”. La presidenta le contestó: "Ni siquiera le voy a hablar de diputada a diputada, le hablo de mujer a mujer porque repudio la violencia de género".
Silbidos & acusaciones
Elisa Carrió recibió una de las silbatinas más furiosas cuando dijo que prefería aceptar las decisiones de la justicia estadounidense a entrar en default. Desde los palcos, Facundo Moyano fue acusado de “traidor” cuando dijo que “hay que reconocer el fracaso de la gestión económica”.
La sillas vacías
A medianoche, sólo 74 diputados permanecían en sus bancas. Había 183 espacios vacíos, casi todos de las bancadas que terminaron votando en contra. Es cierto: podían estar siguiendo el debate por la TV en sus despachos, o descansando un rato en una jornada muy larga, pero en varios discursos apareció un repudio a que no estuvieran presentes en ningún momento del debate o que aparecieran a las 5 de la mañaba.
"Estar en contra es una traición a la patria, pero lo peor son las ausencias de aquellos que hacen campaña pero no vienen a cumplir con el mandato que el pueblo ya les dio ", dijo la diputada sanjuanina del FpV Sandra Castro. Señalaba los palcos colmados de jóvenes militantes, que se quedaron hasta el final de la sesión.