Camila Speziale y Hernán Orsi estuvieron detenidos dos meses en Rusia. Fueron liberados por una amnistía general. Llegaron hoy a las 9:13 en un vuelo de Air France. Orsi dijo que "la embajada (argentina) estuvo todo el tiempo al lado nuestro".
Los argentinos activistas de Greenpeace Camila Speziale y Hernán Perez Orsi, que fueron detenidos en Rusia por intentar subirse a la plataforma petrolera de la empresa Gazprom, regresaron hoy a la Argentina.
Speziale y Pérez Orsi arribaron a Ezeiza a las 9:13 en el vuelo 394 de Air France, que abordaron en París, luego de viajar desde San Petersburgo, y eran aguardados por los familiares y activistas de Greenpeace con remeras verdes y blancas.
Esta mañana, en Ezeiza, fueron recibidos por el padre de Camila, Néstor Speziale; su madre, Paula Boscaroli; y los
hermanitos Abril de 5 años, Juan Martín de 4, Tomás de 18, y Valentina de 13, entre un mar de camisetas verdes y blancas con las inscripciones de Greenpeace y una nube de fotógrafos y camarógrafos de medios nacionales e internacionales.
"Se terminó la pesadilla, ahora solamente quiero pensar en volver a Mar del Plata para reencontrarme con mi familia y amigos", dijo a los medios Pérez Orsi. El activista, de 40 años, que viajó desde Rusia acompañado p or su esposa, Margarita Malig, y su hija Julia, de un año, remarcó que "fue una experiencia muy dura, lo más terrible fue la
incertidumbre de no saber exactamente qué pasaba y qué nos iba a pasar".
"Aun cuando veíamos que la situación se flexibilizaba y que parecía que cambiaba para bien, no estábamos tranquilos porque éramos conscientes de que iban a tratar de marcar un ejemplo para disuadir de futuras protestas, por lo que el temor estaba siempre", manifestó.
Si bien señaló que lo sorprendió la amnistía "por cómo se iban dando las cosas", consideró que la medida "no es suficiente y estamos convencidos de que tenemos que seguir la pelea. La batalla no ha terminado. Nuestros abogados tienen instrucciones para que continúen las gestiones necesarias con el fin de que obtengamos la
inocencia absoluta".
No obstante lo vivido, Hernán insistió en que seguirá "luchando" y dijo que espera que "las acciones pacíficas de
Greenpeace permitan lograr el objetivo de convertir el Ártico en un santuario como la Antártida", al considerar que "el cambio climático está ahí, a la vuelta de la esquina".
Emocionada por el reencuentro con sus familiares, Camila Speziale dijo que fue al Artico "por voluntad propia, nadie me dijo andá y hacé esto, yo sola tomé la decisión y no me arrepiento".
"Voy a seguir trabajando y estudiando, haciendo lo que sé hacer y voy a seguir peleando por lo que creo, por lo que me parece justo", sostuvo la joven, de 21 años. Speziale agradeció las gestiones del "consul argentino en Rusia, Jorge Zobenica, que todo el tiempo nos acompañó".
La joven consideró que "éste es un caso político, es una voluntad de someter la protesta, no solo por el cambio climático, sino por la protesta en general", pero aclaró que "nosotros no defendemos banderas políticas, sino lo que creemos que es justo: la protección del medio ambiente y evitar el cambio climático".
Los dos activistas junto a otros 28 tripulantes del "Arctic Sunrise" pasaron desde el 19 de septiembre dos meses recluidos con prisión preventiva en las ciudades rusas de Múrmansk y San Petersburgo, tras ser acusados de piratería por tratar de abordar una plataforma petrolífera en el Ártico. Luego de esos dos meses de detención, el Comité de Instrucción ruso modificó la acusación por otra más leve de vandalismo, tras lo cual los tripulantes del "Arctic Sunrise" pudieron salir en libertad bajo fianza.
Finalmente, este mes, el presidente ruso Vladimir Putin les concedió la amnistía general que puso a fin a la persecución judicial.