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La madrina de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en diciembre último en la playa de la localidad uruguaya de Barra de Valizas, su esposo y el hijo de éste se sometieron hoy a un peritaje psicológico en el marco de la investigación judicial. Se trata de Claudia Fernández, Hernán Tuzinkevich y el hijo de 14 años del hombre, quienes entre ayer y esta tarde viajaron a las ciudades de Montevideo y Rocha, en Uruguay, donde participaron de distintas diligencias dispuestas por la jueza de la causa, Silvia Urioste.

Gustavo Bordes, abogado de la madrina y su esposo, informó a Télam que esta mañana los tres se sometieron a un peritaje psicológico ordenado por la magistrada en la sede del Instituto Técnico Forense (ITF) ubicada en la capital uruguaya. Esta medida fue dispuesta luego de que ayer los mismos testigos declararon primero en el marco de la autopsia psicológica de Lola que se lleva adelante en el ITF, tras lo cual, la jueza Urioste los citó para que viajasen a Rocha y así volver a interrogarlos.

Bordes contó que los tres ya habían declarado el 1 de enero ante la primera jueza de la causa, Marcela López, pero como desde entonces "pasaron muchas cosas" en el marco de la investigación, Urioste decidió hacerles nuevas preguntas "sobre puntos específicos" sobre los últimos momentos de Lola.

Tras la ampliación de esas testimoniales, y aprovechando que la madre biológica del hijo de Tuzinkevich estaba presente, los padres ofrecieron que se le extraiga al chico una muestra de ADN para que sea cotejada con el perfil genético hallado en la mochila de la víctima y que se sospecha pertenece al asesino.

Según Bordes, la jueza Urioste estuvo de acuerdo y ordenó a los peritos de la Policía Técnica que le tomaran al adolescente una muestra de saliva mediante un hisopado. El abogado aclaró que el 1 de enero, cuando la madrina de Lola y su pareja se sometieron a una extracción de ADN, los padres "no se negaron" a que al chico hiciera lo mismo, sino que la jueza López "no lo requirió" en ese momento.

Lola (15) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre para alojarse en la casa de su madrina, que se encontraba junto a su esposo y el hijo de éste. El domingo siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa de su madrina, en una zona de médanos. Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.

Durante la pesquisa, al menos once personas, entre ellas la madrina de Lola y su esposo, fueron detenidas y luego liberadas, al tiempo que se siguieron distintas pistas que posteriormente se descartaron.

El último de los sospechosos, un cuidacoches de 27 años, fue apresado y luego excarcelado en abril luego de que dio negativo el estudio comparativo de ADN con el perfil genético hallado en una mancha de sangre que había en la mochila de Lola, encontrada tirada cerca de la escena del crimen 17 días después de descubierto el hecho.

Este cuidacoches, apodado "El Chalila", fue detenido en la ciudad de Rivera a partir de una llamada a una línea de denuncias anónimas por parte de una mujer que dijo que el autor del homicidio había sido este hombre y aportó datos que, para los pesquisas, eran importantes.

En su declaración de seis horas ante la jueza Urioste, el joven primero negó haber conocido a Lola pero luego admitió que estuvo con ella primero en la playa y después en la zona de médanos donde fue encontrado el cadáver de la chica semienterrado en la arena. Sin embargo, el cuidacoches negó haberla matado y señaló que cuando estaban allí, la víctima "se desvaneció" y él se fue del lugar "asustado" por lo ocurrido.

Télam/RA