Es el ex cabo Marcos Rodríguez, quien fue detenido ayer en una rotisería de La Falda, Córdoba. Estaba prófugo desde 1994 y está acusado de integrar la patota policial que mató a cuatro hombres hace veinte años. Sólo hay un sobreviviente.
El ex policía Marcos Ariel Rodríguez se negó a declarar esta tarde por la Masacre de Wilde. Fue detenido ayer en Córdoba y es el noveno acusado por el cuádruple crimen y un intento de asesinato ocurrido en 1994. Continuará con prisión preventiva y en los próximos días el fiscal Sebastián Scalera definirá si solicita que continúe preso. Además, deberá pedir la elevación a juicio oral junto con los otros ocho ex policías acusados, quienes se encuentran en libertad.
“Estuvo muy tranquilo”, evaluó una fuente cercana a la investigación, quien vio llegar a Rodríguez acompañado de su defensora oficial, Patricia Babio. Rodriguez repitió la estrategia de sus ex compañeros de la Brigada de Investigaciones de Lanús. Todos ellos se negaron a declarar y siguieron al pie de la letra el planteo de su abogado Luis Galtieri, quien también defendió a los tres policías condenados por la “Masacre de Budge”.
Según la resolución de la Suprema Corte bonaerense, que el año pasado ordenó retomar la investigación, a todos los ex policías que actuaron en ese operativo que terminó con la muerte de cuatro hombres se les debe aplicar el criterio de “unidad de acción y hecho único”. Por ese motivo, a todos les corresponde la misma acusación y las mismas medidas de prueba, que ya fueron tomadas para la elevación a juicio que hace dos días firmó el juez Gabriel Vitale.
Ayer, un día después de que la causa iniciada hace veinte años fuera elevada para su juicio oral, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) detuvo en La Falda, Córdoba, a Rodríguez. El ex cabo de la Policía bonaerense se había fugado 48 horas después del cuádruple crimen, cometido en enero de 1994.
“Se hizo un operativo amplio, que incluyó a varios efectivos que rodearon la manzana donde estaba Rodríguez”, explicó una fuente cercana a los investigadores. Rodríguez, de 51 años, no había cambiado la identidad y tenía un comercio en esa localidad cordobesa.
La Masacre de Wilde se produjo el 10 de enero de 1994. Ese mismo días fueron detenidos varios policías que participaron del crimen. Entre ellos estaba el cabo Rodríguez, integrante como los otros de la Brigada de Investigaciones de Lanús, al mando del comisario Juan José Ribelli.
Dos días después, Rodríguez se fugó de una comisaría. Los otros policías fueron sobreseídos. Pero en noviembre de 2013, la Suprema Corte bonaerense concedió el reclamo de los familiares de las víctimas y consideró que se había cometido un "caso de vulneración grave a derechos humanos”. Y definió que existe una “necesidad imperiosa de prevenir la repetición de tales hechos depende, en buena medida, de que se evite su impunidad y se satisfaga las expectativas de las víctimas y la sociedad en su conjunto de acceder al conocimiento de la verdad de lo sucedido”.
Eso permitió retomar la causa que antes de ayer fue elevada a juicio oral. Allí serán juzgados, junto con Rodríguez, los ex policías Norberto Mantel, Osvaldo Lorenzón, Eduardo Gómez, Pablo Dudek, Marcelo Valenga, Marciano González, Julio Gatto y Hugo Reyes