Después de la declaración de ayer, el director de La Nueva Provincia estaría muy cerca de quedar procesado. El juez tiene diez días para comunicar su decisión. La ciudad de Bahía Blanca vivió una jornada histórica.
Por primera vez en su vida Vicente Massot habló ante el juez Álvaro Coleffi, imputado en una causa por crímenes de lesa humanidad. La declaración duró dos horas. El director de La Nueva Provincia (LNP) se mostró calmo y habló despacio, como si estuviera dictándole sus palabras al secretario del juez. El punto más tenso fue cuando se refirió al asesinato de dos obreros gráficos que trabajaron en los talleres del diario, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, hechos por los que está acusado penalmente.
-Sólo los vi una vez en la empresa. Fue una situación excepcional, porque en los 70 el diario lo manejaba mi mamá y después mi hermano –se excusó.
Luego agregó una hipótesis impactante:
-Quizás sus homicidios haya sido responsabilidad de la organización Montoneros.
El empresario periodístico expuso su descargo y se retiró del juzgado. "Solicitamos la inmediata indagatoria y pedimos al juez que le prohibiera salir del país. El juez tomó los pedidos y se pidió secreto de sumario para resolver en los próximas días", dijo el fiscal Miguel Palazzani a Infojus Noticias. La respuesta es inminente: el juez tiene diez días para comunicar su decisión. El fiscal es optimista. “Massot quedó comprometido y su versión de los hechos habilitó una indagatoria. Una vez que lo indaguemos, quedará demostrada su responsabilidad en delitos de lesa humanidad”, agregó. En consecuencia, después de cumplido ese paso, se abriría el camino a su procesamiento.
La fiscalía de la unidad bahiense especializada en casos de terrorismo de Estado acusa al empresario de haber instigado, determinado y prestado "aportes indispensables para la concreción material" de los homicidios de los dos trabajadores, así como haber encubierto a sus autores inmediatos. También le imputa “aportes esenciales”, que “consistieron en el ocultamiento deliberado de la verdad”, en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas. Todo ello, en el marco de una asociación ilícita con el Ejército y la Armada. Descreen que Massot habría visto “de forma excepcional” a los obreros, tal como declaró ayer, y sospechan que los habría visto varias veces, con conocimiento de sus acciones sindicales.
Cuando pidieron su indagatoria el año pasado –rechazada por el juez Santiago Martínez y luego aceptada por la Cámara Federal- los fiscales le atribuyeron “participación directa en el desarrollo de actividad de inteligencia sobre las víctimas (selección del blanco y suministro de la información), y en la toma de decisión (determinación de la especie de destino final, esto es, la ultimación y posterior aparición) y en la emisión de la orden, desde el plano decisional del aparato de poder, a través de las instancias intermedias, hasta los ejecutores directos”.
Una mañana agitada
Vicente Massot llegó a primera hora de la mañana de ayer al Juzgado Federal de Bahía Blanca. Iba de impecable traje y corbata pero con nuevo look - afeitado, canas enrojecidas, anteojos negros-. Lo acompañaba su abogado, Rubén Diskin. Salió casi cuatro horas después. Un gran operativo de Prefectura Naval, Policía Federal y seguridad de civil lo custodiaba. “Massot fascista, vos sos el terrorista”, le gritaban, enardecidos, cientos de militantes de derechos humanos y de agrupaciones políticas y estudiantiles. Por primera vez tenían ante sus ojos una imagen histórica: el director de La Nueva Provincia (LNP) en un patrullero, la mirada perdida y el rictus nervioso, huyendo a toda velocidad por las calles de una ciudad que ya no se rinde a sus pies.
"Bahía Blanca será otra ciudad si logra procesarlo"
Si bien no quedó detenido -posibilidad que la fiscalía no descartaba-, Massot declaró ante el juez subrogante Álvaro Coleffi y el fiscal Miguel Palazzani, y dio precisiones acerca de su rol durante la dictadura militar. Pero el juez dictó secreto de sumario. “Sólo podemos decir que el juez tomó nota de todas nuestras peticiones, básicamente es pedir una próxima indagatoria formal por su imputación por delitos de lesa humanidad”, dijo Miguel Palazzani a la salida de la audiencia. A su lado, el fiscal Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, supervisó la audiencia: “Hemos avanzado mucho, aunque falta para que la Justicia acelere esta instrucción. Tenemos confianza en que el juez dará lugar al pedido de la fiscalía, porque notamos que mostró buena voluntad en que este proceso avance sin obstáculos”.
En las próximas horas puede haber novedades: se sabrá la fecha de una nueva indagatoria. Los organismos de derechos humanos festejaron la audiencia como un triunfo. “Es increíble el operativo que se montó a su alrededor, con vallas y hasta perros de policía, este tipo es un asesino y la justicia lo sigue protegiendo. Es una vergüenza para la sociedad bahiense. Pero estamos contentos porque se presentó a declarar. Es el inicio de un proceso histórico. Jamás hubiéramos pensado que, con lo que significa para el poder local, estuviera en el banquillo de acusados”, dijo Eduardo Hidalgo, de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bahía Blanca.
Jorge Molina era amigo y compañero de trabajo de los obreros asesinados: "Peleamos mucho por este momento. Estamos impactados: no podemos creer que después de tanto silencio e impunidad, Massot esté imputado. Bahía Blanca será otra ciudad si logra procesarlo", dijo.
Ayer fue un día cánticos, bombos y banderas en las puertas del tribunal. “La Nueva Provincia está manchada con sangre. Lo imposible sólo tarda un poco más” y “Massot partícipe de la dictadura” fueron algunos de los carteles que protagonizaron un colorido inusual para el centro de Bahía Blanca. Angie Loyola, hija de Miguel Ángel Loyola, estaba nerviosa. “Estoy tan movilizada que no me salen las palabras. Sólo pido justicia por mi papá. Quiero que se aclaren todos los hechos”.
Los periodistas locales también estaban sorprendidos. LNP no suele tocar los temas de lesa humanidad, menos si afectan a su dueño. Pero ayer salió un pequeño artículo: “Vicente Gonzalo Massot fue citado para dar declaración como imputado por privación ilegal de la libertad agravada, aplicación de tormentos reiterado y homicidio agravado en el contexto de la investigación de denuncias por crímenes ocurridos durante los años 70”.
En los pasillos del Juzgado Federal flotaba una certeza: antes de presentarse a declarar, nadie había salido a defenderlo públicamente. “Sin apoyo explícito de sus laderos de poder, se habrá sentido algo menos poderoso de lo que siempre se sintió. Y eso lo predispuso a prestar declaración, porque algunos imaginaron que no vendría y que recusaría al juez y a los fiscales. Pero ocurrió lo contrario”, contó una fuente judicial.
Al romper el silencio Massot abrió un escenario impensado para la investigación. Anteanoche, el fiscal Palazzani había advertido que la audiencia no era una más. “Massot representa el establishment. Ahora hay un Estado democrático y es eso lo que no tolera”. La investigación empezó en febrero del 2013 junto al otro fiscal, José Nebbia, a partir de una sentencia por delitos de lesa humanidad del Tribunal Oral Federal, que ordenó investigar a los directivos de La Nueva Provincia por sus nexos con la dictadura.
El fiscal habló de tres planos de la imputación. Uno, es por el asesinato de dos obreros gráficos que trabajaron en los talleres del diario: Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola. El segundo es por “conducta criminal” a través de acciones psicológicas del diario en modalidad de encubrimiento, ocultamiento y complicidad con los reglamentos castrenses. Y el tercero, se relaciona directamente con el anterior: la lista de 25 homicidios que el fiscal mostrará con sentido comparativo. Dirá cómo ocurrieron en la realidad, y cómo fueron manipulados por el diario con la falsificación de “falsos enfrentamientos”.