La automotriz rechazó en una audiencia pública ante la Corte Suprema estadounidense que se la investigue por delitos de lesa humanidad. Así, intenta impedir que avance una demanda civil millonaria iniciada por los familiares de 14 obreros desaparecidos y tres sobrevivientes del centro clandestino que funcionó en Campo de Mayo.
La automotriz Mercedes Benz rechazó ante la Corte Suprema estadounidense que los tribunales de ese país tengan competencia para juzgar su presunta complicidad en la desaparición de 17 trabajadores de su planta de González Catán, durante la última dictadura cívica militar argentina. La empresa intenta impedir que avance una demanda civil millonaria iniciada por los familiares de 14 obreros desaparecidos y tres sobrevivientes del centro clandestino que funcionó en Campo de Mayo.
La presentación se hizo durante una audiencia convocada por el máximo tribunal para dirimir si puede continuar o no una demanda iniciada por las víctimas de la represión en 2004. La causa que ahora está en la Corte fue rechazada en dos oportunidades por las instancias inferiores. Pero, luego la Corte de Apelaciones del noveno circuito de California le dio curso, y esto genero un nuevo rechazo de la multinacional.
Ahora los jueces del máximo tribunal deben decidir si corresponde o no aplicar la Ley de Reclamación por Agravios contra Extranjeros, que contempla la posibilidad de investigar en ese país a personas físicas o jurídicas que hayan violado leyes federales allí o en el extranjero si se han celebrado tratados de reciprocidad (como sucede con Argentina), tal como habilitaría la Constitución del estado de California.
Durante los poco más de 30 minutos que duró su exposición el representante de la empresa (hoy Daimler Chrysler), el abogado Thomas Dupreem omitió hablar la represión. La presentación de Dupree tuvo lugar ayer en Washington. Ante los jueces, el abogado cuestionó la competencia de los tribunales de ese país para atender, por ejemplo, posibles demandas civiles por accidentes ocurridos en EE.UU. con los vehículos fabricados por Mercedes Benz.
En su presentación la multinacional contó con el apoyo de importantes actores económicos como la Asociación de Fabricantes de Automóviles y la Cámara de Comercio presentados bajo la forma de "amigos del tribunal". Con esas cartas, Dupreem señaló como alarmante el impacto que una jurisprudencia que dé lugar al proceso podría dejar sentado para otros casos.
Al salir de la audiencia, Terrence Collingsworth el abogado que representa a los querellantes la calificó como “dura, incluso de parte de los jueces que podrían haberse mostrado más proclives a interesarse por el tema de violaciones a los derechos Humanos", informó el diario Tiempo Argentino.
En el mismo sentido, la periodista Gabriela Weber que investigó la complicidad de la filial local con el terrorismo de Estado, advirtió a Télam que “todos” los jueces de la Corte se mostraron en contra del avance de la causa. Afirmó que si la resolución favorece a la multinacional quedaría demostrada la “enorme presión” hacia la Justicia y hacia el gobierno de los Estados Unidos por parte “de la empresa y de los bancos”.
En la audiencia, además de las partes involucradas, estuvo presente un representante del Departamento de Justicia norteamericano, en calidad de "amigo del tribunal". En su exposición acompañó los argumentos de la compañía alemana que intenta eludir la demanda, que de concretarse sería millonaria.
Los querellantes esperan que, aproximadamente, en dos meses los jueces norteamericanos den a conocer la resolución. Si la Corte habilita el juzgamiento, se convertiría en el primer antecedente para investigar a las multinacionales acusadas de complicidad con la dictadura cívico militar en el extranjero. En Alemania un juicio –por los mismos hechos, y con similar fin- fue rechazado por las autoridades judiciales "por la inexistencia" de los cuerpos del delito.
Los hombres que no están y los sobrevivientes
"Milagros no hay..." (2003) es el título que eligió Gabriela Weber para documental en el que muestra la complicidad empresaria y también gremial en la desaparición de obreros de la filial local de Mercedes Benz, durante la última dictadura cívico militar. En reiteradas oportunidades la periodista alemana contó que se encontró con esta historia por casualidad, mientras investigaba sobre el sindicalismo en su país. En 90 minutos la recuperó la trama de la represión obrera, y se valió para esto de los testimonios de víctimas e implicados en los en los juicios por la Verdad, en la ciudad de La Plata.
Las primeras denuncias contra Mercedes Benz ante la Cámara Federal platense que no tenía facultad para condenar, se conocieron en agosto de 2000, cuando María Luján Ramos, contó el secuestro de su esposo, el gremialista Esteban Alfredo Reimer. Frente a los jueces la mujer dijo que su marido “lo desaparecieron” después de negociar con la empresa la reincorporación de más de cien trabajadores cesanteados.
Weber también declaró ante ese tribunal. En julio de 2001, contó que el jefe de Producción de la planta de Mercedes en González Catán, Juan Tasselkraut (que por entonces conservaba su puesto), habló con ella sobre los secuestros. Ante los camaristas dijo que fue el propio Tasselkraut, quien le dio a un grupo de tareas la dirección del domicilio del empleado Diego Núñez, también desaparecido. Y también, que mediante su investigación pudo probar que la empresa continuó pagando los sueldos a las familias de los catorce empleados desaparecidos de la fábrica de González Catán (Gran Buenos Aires). "Era dinero para callarse la boca", sentenció en su declaración.
La periodista determinó que hubo 14 desaparecidos entre los empleados de la automotriz: José Vizzini, Esteban Reimer, Diego Núñez, Víctor Hugo Ventura, Alberto Gigena, Juan Mosquera, Alberto Arenas, Jorge Alberto Leichner, Fernando Del Conte, Floreal Vázquez, Oscar Caddeo, Miguel Brieco y dos empleados más de apellidos Del Monte y Álvarez Bauman. Entre los sobrevivientes, Héctor Aníbal Ratto, secuestrado el 13 de agosto de 1997 en la fábrica, y Juan José Martín, el primero en caer en un campo de concentración tras ser secuestrado en abril de ese mismo año.
En la Argentina las desapariciones de trabajadores de Mercedes Benz se comenzaron a investigar penalmente tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. La causa recayó en el Juzgado Federal 2 de San Martín sin que se hayan registrado avances importantes en los últimos tiempos.