El estigma de la comunidad LGBT como fuente de peligros, pestes rosas, violaciones y trastornos, es una forma de exclusión para aquellas formas de relacionarse que escapan de una concepción tradicional. Detrás de cada ausencia de derechos hay frases hechas, lugares comunes que solo esconden prejuicios y discriminación. Estos son algunos.
La prohibición de donar sangre para aquellos hombres que tuvieran relaciones sexuales con otros hombres asumía de inmediato que esa elección sexual implicaba penetraciones sin preservativo o situaciones de mayor riesgo. El estigma de la comunidad LGBT como fuente de peligros, pestes rosas, violaciones y trastornos, es una forma de exclusión para aquellas formas de relacionarse que escapan de una concepción tradicional. Por eso, que todas las personas puedan donar sangre más allá de la orientación, es una noticia que fue celebrada por las organizaciones de diversidad sexual argentinas. Los preconceptos también estuvieron en la opinión pública al momento del matrimonio igualitario, del derecho al nombre de las personas trans y de las adopciones por parte de personas con elecciones no heterosexuales. Infojus Noticias repasa algunos casos.
Mito 1: "Es un hecho científico, no discriminatorio"
Mito: “Es un hecho científico, no discriminatorio. Al igual que en las relaciones heterosexuales con la mujer menstruando (situación en que hay descuido porque creen descartar la posibilidad de embarazo) o en las relaciones sexuales sin uso de preservativo”, escribió la médica Mariana Lestelle en un artículo de la revista Noticias del 2012.
La nueva normativa anunciada ayer por el ministro de Salud de la Nación Daniel Gollán, termina con las restricciones por elección sexual para donar sangre en Argentina. “Quedan inhabilitados transitoriamente como donantes de sangre o componentes por 12 meses quienes tengan relaciones sexuales de hombre con otro hombre”, decía la resolución 865 que se excluyó de de las preguntas del cuestionario que debía completar un donante. Esta nueva norma modifica la Resolución Nº 865/2006, reglamentaria de la Ley Nº 22.990, que contenía un cuestionario de donación de sangre con una exclusión de las personas gays, lesbianas, travestis, transexuales, bisexuales e intersexuales.
Mito 2: Los gays violan a sus hijos
"Roberto te voy a hacer una pregunta muy delicada: las parejas de homosexuales, suponte que adoptan a un chico, como tienen inclinaciones homosexuales, ¿no podría producirse una violación hacia su hijo?", le preguntó Mirtha Legrand al modisto Roberto Piazza en un almuerzo en 2010.
Según el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, hay una gran cantidad de parejas que no se casan —de igual o de diverso sexo—; familias ensambladas o más conocidas como los “tuyos, los míos y los nuestros”; familias monoparentales que nacen de decisiones de mujeres que deciden tener un hijo apelando a las técnicas de reproducción asistida; segundas o terceras uniones en las que los adultos ya vienen con una estructura económica o patrimonial y, por ende, quisieran elegir un régimen de bienes en el cual no deban compartir o generar bienes “gananciales”. El Código Civil y Comercial en su Libro Segundo dedicado a las “Relaciones de Familia” coloca sobre el escenario legal, y así otorga visibilidad a todas las realidades sociales mencionadas y a tantísimas otras más. También establece que solo quien exteriorice la llamada “voluntad procreacional” mediante el correspondiente consentimiento libre, previo e informado, es quien será considerado progenitor de un niño y, por lo tanto, hace nacer todos los derechos y deberes que se derivan del vínculo filial. Todo esto más allá del ejercicio de sexualidad que se elija.
Mito 3: Podemos ser Napoleón
“Vos sos un trava, te dan documento de mina, pero no sos una mina”, dijo Jorge Lanata en la edición del 12 de agosto de 2014 en el programa radial “Lanata sin filtro”. Y ejemplificó: “Flor de la V dice soy mujer, soy madre, en todo caso `sos padre´”. Después hizo la siguiente lectura de la Ley de Identidad de Género: “Si yo digo que soy Napoleón y que soy emperador de Francia me tratás como tal”.
La ley 26743 fue sancionada en mayo de 2012 y estableció que toda persona tiene derecho a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de los nombres de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada. Basta pensar en un día completo donde todas las personas se refieren a uno con otro nombre para entender las dificultades en la comunicación que pueden aparecer. En los campos de concentración, en los centros de detención y tortura, se le quitaba el derecho al nombre de las personas. En un estado democrático el tener un nombre es entendido como derecho humano fundamental.
Mito 4: El matrimonio es de hombre y mujer
En 2010 hubo Ley de Matrimonio igualitario y en el debate del Senado se dijo que la palabra matrimonio significaba algo sagrado e inmodificable. Que en todo caso las parejas homoparentales se denominen de otra manera. Chiche Duhalde, después de decir las frases "orden natural" y preguntar "¿Por qué no aceptamos el adulterio?", se basó en falsas referencias y dijo que "los países que se toman la libertad de declarar el matrimonio homosexual no tienen chicos para adoptar; nosotros sí. Y ellos van a venir a llevarse a nuestros chicos. Cuidado, porque somos responsables de lo que aquí salga, de lo que aquí suceda a partir de esta ley".
La modificación de la ley de matrimonio permitió que muchas parejas pudieran compartir derechos para que, por ejemplo, si uno de los conyugues fallece el otro no sea expulsado a la calle sin ningún derecho sobre los bienes adquiridos durante los años de la unión. Lo que durante el debate de la sociedad parecía una cuestión de apocalipsis social que iba a provocar el fin de las instituciones, en la práctica permite que las personas estén en igualdad de derechos al momento de elegir con quien compartir su vida. Y si lo desean, casarse.
MM/AF