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El debate oral y público por el choque ferroviario de Once que, en febrero de 2012, terminó con la vida de 52 personas y dejó heridas a 789 heridas, entró en su etapa final. Hoy, frente al Tribunal Oral en lo Criminal N° 2, ampliaron sus declaraciones indagatorias tres de los veintiocho imputados; ayer, en cambio, terminaron de declarar los testigos; y el próximo lunes 7 de septiembre comenzarán los alegatos. “Es evidente que no hice nada que me estuviera prohibido hacer, ni omití nada que tuviera la obligación de hacer que, de alguna manera, favoreciera el accidente de Once”, dijo el ex secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, que fue uno de los imputados que amplió su declaración.

El 21 de abril de 2014 fue el día en que Schiavi declaró en el debate, por primera vez. El juicio había comenzado un mes antes. Hoy volvió a hacerlo con la misma vehemencia que entonces. Con un power point, desarrolló punto por punto los principales elementos de la acusación que pesa en su contra y rechazó cada uno de ellos. Aseguró que él “no tenía injerencia funcional directa sobre el transporte ferroviario, sino indirecta”. Para demostrarlo, mostró el organigrama de la Secretaría a su cargo y todas las áreas que de ella dependían. “Es imposible que cualquier persona pueda tener injerencia directa, teniendo centenares de concesiones, operadores, empresas, consorcios, de ninguna manera podría haber tenido una injerencia directa en el tren de Once”, recalcó. Y agregó: “La secretaría de Transporte no tiene por función el control sino la supervisión del control, que hacen otros organismos”. Schiavi explicó cuáles eran sus competencias como secretario y dijo que la Secretaría no era la autoridad de aplicación del contrato. “No decidía sobre la ejecución ni la recisión del contrato, no podía ni debía estar al tanto de la operación diaria del ferrocarril, ni tampoco controlar el destino que el concesionario le diera a los subsidios”.

Schiavi, que contó que su abuelo paterno era motorman y murió en un accidente ferroviario en la zona de Núñez, también habló sobre todo lo que hizo en el Ferrocarril Sarmiento, durante los 32 meses que estuvo al frente de la Secretaría: el acto de inicio del cambio de vías de Once a Castelar, las formaciones de doble piso, el soterramiento, el reimpulso de las renegociaciones y la implementación de la SUBE, entre otras cosas.

El ex secretario de Transporte también hizo referencia a la política presupuestaria, que hacía que obtuviera menos presupuesto del que pedía. Y también se refirió a la cuestión sindical. “Los sindicalistas que vinieron a declarar se convirtieron en ‘acusadores directos’”, aseguró y agregó  que eran “parte del problema”. Explicó que el sindicato La Fraternidad era el que permitía que los empleados de mayor antigüedad tomaran los mejores horarios o los más tranquilos. Y aseguró que “cambiaron seguridad operativa” por “comodidad operativa”. Esa aclaración la explicó en referencia a que el juez que instruyó la causa, Claudio Bonadío, había referido que el motorman Marcos Córdoba –también imputado en la causa– era el más inexperto y le habían dado “el servicio más complicado”. “El que le dio ese servicio fue La Fraternidad”, afirmó Schiavi.

Vehemente y siempre apoyando su discurso con la exhibición de power point, Schiavi agregó que “en ningún lugar del mundo se enjuicia y condena a ninguna autoridad política del transporte por un accidente ferroviario, por más luctuoso que fuera”. Y sostuvo que los hechos posteriores a éste confirman el criterio. “Por eso, me cuesta entender por qué estoy sentado en este juicio”, dijo y concluyó: “Me parece un despropósito que la autoridad de una área sea penalmente responsable”.

Otras ampliaciones

El abogado Carlos Lluch fue el primero de los imputados en hacer uso de su derecho a ampliar su indagatoria en la audiencia de hoy. Su estudio jurídico estaba ligado a Trenes de Buenos Aires (TBA) y Cometrans. Apenas comenzó su declaración, hizo referencia a la primera indagatoria en el juicio, ocurrida en abril de 2014. Allí había adelantado que una vez que se desarrollara todo el debate, se expusiera la prueba y declararan los testigos, él volvería a dar su versión de los hechos. Cuando hoy comenzó su ampliación frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2, explicó que iba a “contextualizar su relación con TBA y Cometrans” y, para eso, durante las dos horas que expuso, se remontó a sus comienzos en Buenos Aires, adonde llegó para estudiar Derecho desde Pehuajó, su pueblo natal. También habló de sus inicios profesionales en empresas como Acindar y Telecom y los contactos sociales y profesionales que allí hizo. Luego hizo referencia al despegue profesional con su estudio privado, con el que luego se vinculó a TBA, concesionaria del ferrocarril, a cargo de los hermanos Mario y Claudio Cirigliano, que también están sentados en el banquillo de los acusados. “Prestaba un servicio de asesoramiento a TBA”, afirmó. 

Como en su primera declaración, hizo referencia a la etapa de instrucción de la causa por el choque de Once, que estuvo a cargo del juez Claudio Bonadío. En esta oportunidad, Lluch aseguró que había “habido arbitrariedad en la instrucción”. Por el caso, Lluch estuvo preso en el año 2012 y ya en 2014 había asegurado, al recordar esos momentos: “Es por la falta de sentido común que rodeó toda la instrucción que estoy sentado, brindando esta declaración”.

Hoy también fue el turno de Luis Alberto Ninoná, jefe de Materiales Rodantes de TBA que  habló sobre cómo funcionaba el área de recursos humanos de la compañía y cómo cada sector manejaba sus recursos humanos y la situación conflictiva de las empresas con los gremios. “Mi función era ser el nexo o facilitador, fundamentalmente, con recursos humanos e infraestructura”, afirmó. Después aseguró “yo no tenía contacto o relación con el mantenimiento de los trenes” y, sobre el cierre de su exposición, esgrimió: “Creo que estoy acá injustamente”.

La audiencia entró en un cuarto intermedio hasta el próximo lunes cuando ampliarán su indagatoria Antonio Sícaro, ex miembro de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte y Roque Cirigliano, de TBA. El lunes 7 comenzarán los alegatos. Los primeros en hacerlo serán las querellas I y II. Luego, será el momento de que lo hagan los defensores de los 28 imputados. Originariamente la causa tenía 29, pero Antonio Guillermo Luna murió en mayo pasado por una descompensación cardíaca.

CD/LL