Marcelo Fernando Aebi es vicedirector de la Escuela de Ciencias Criminales de la Universidad de Lausanne (Suiza) y secretario de la Sociedad Europea de Criminología. Hace 22 años que se fue de la Argentina. Habló con Infojus Noticias sobre el sistema penitenciario, el poder punitivo y la sobrepoblación carcelaria.
"Soy un criminólogo empírico. Hechos, no palabras". Así se autodefine Marcelo Fernando Aebi, vicedirector de la Escuela de Ciencias Criminales de la Universidad de Lausanne (Suiza) y secretario general de la Sociedad Europea de Criminología. Hace 22 años que no vive en Argentina, su país. Llegó a Mar del Plata para exponer en el Congreso Federal sobre Reformas Legislativas. "No pertenezco a la criminología crítica a la que, mayormente, pertenece América Latina", aclaró.
Aebi habla un español argentinizado, pero cada tanto algún latiguillo neutro se le cuela en el discurso. Antes de subir a disertar en el segundo panel de la jornada, "Experiencias exitosas en los sistemas penitenciarios", dialogó con Infojus Noticias. Aebi trazó puntos de contacto entre su región natural y la que reside y estudia como criminólogo. "Hay un problema que es común a las dos regiones, si tomamos América en su conjunto y Europa, que es el tema de la sobrepoblación carcelaria", señaló.
Consultado sobre la solución a este problema que atraviesa al sistema penitenciario mundial, el especialista planteó una salida: "El elemento fundamental para reducir la prisión es bajar la duración de las penas". Siempre apegado a los números y fiel a su estilo empírico, Aebi se mostró descreído frente a las soluciones alternativas a la cárcel. Aunque no negó que existan. Para él, los obstáculos a esta alternativa son simbólicos y provienen de lo discursivo. Allí donde los medios masivos de comunicación operan y construyen sentidos. Las trabas las presentan el "populismo punitivo" y lo que definió como el "interés en la represión"
Foto: Sol Vazquez.
"A los países a los que mejor les va en términos de población carcelaria son aquellos que aplican penas cortas. Va a contrapie de lo que generalmente se hace en la mayoría de los países", explicó Aebi.
En la terraza del Hotel Provincial, donde se desarrolla el encuentro, el especialista reflexionó sobre la duración de las penas. "No se puede tener penas incomprensibles de 40 o 50 años. Solo en casos particulares, de algún psicópata. Pero al contrario de lo que muestran los medios y las series de televisión, los casos patológicos son la minoría. Hay que centrarse en los casos que no tienen estas características".
Según Aebi quienes ocupan las cárceles no son los responsables de los delitos económicos, los denominados de "guante blanco", porque "es muy difícil condenarlos".
Otro de los obstáculos que, entiende, dificultan el abordaje es la medición de la delincuencia. Sin embargo, aseguró que hay dos variables que no son maridaje: la sobrepoblación carcelaria y las tasas de delincuencia. Puso como ejemplo a Finlandia. "Desde los años ‘50 hasta el 2000 tiene una disminución constante, independientemente del signo político del país. Pero hay una voluntad política de reducir la población penitenciaria".
Aebi celebró la realización del Congreso y la participación de los distintos operadores de la administración de justicia. Y valoró el consenso como alternativa ante cualquier transformación. "Una reforma consensuada es la única solución. Por ejemplo, en Suiza se llegó a solucionar el tema de las drogas a través del consenso. Se consiguió introducir programas de proscripción de heroína porque todas las fuerzas políticas estuvieron de acuerdo. Nadie buscó sacar rédito de esto. Y hace 20 años que esto dejo de ser un problema", expresó.