El premio Nobel de la Paz presenció la última audiencia del juicio contra Luz Gómez y Diego Romero, acusados del homicidio de Roberto Castillo en 2011 en Castelar. "Hay que formar la policía judicial. Es necesario sacarle a la bonaerense la responsabilidad de investigar", opinó.
En las tres primeras jornadas del juicio contra Luz Gómez y Diego Romero, acusados del homicidio de Roberto Castillo en 2011 en Castelar, desfilaron por la sala de audiencias de los Tribunales de Morón distintos referentes sociales y de organismos de derechos humanos. Nora Cortiñas se sentó en la primera fila con su pañuelo blanco. Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, estuvo en cada uno de los encuentros. Leonardo Santillán, el hermano de Darío, también participó del debate oral. Pablo Pimentel de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH) los acompañó. Pero, cuando la pareja declaró, una persona en particular llamó la atención del fiscal y los jueces del TOC 5: Adolfo Pérez Esquivel. Infojus Noticias habló con él sobre la causa contra Luz y Diego que ya lleva tres años.
El premio Nobel de la Paz llegó el miércoles a la mañana para presenciar la última audiencia antes de los alegatos. El fiscal Marcelo Varona Quinternosian lo vio entrar y le pidió al abogado de la pareja, Eduardo “Negro” Soares, que se lo presentara. El referente del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) lo saludó y Nora Cortiñas, a su lado, contó una anécdota: “Una vez en un juicio un fiscal pidió de darme un beso. Por suerte salió todo bien porque si salía mal le sacaba el beso”. Los que estaban cerca de ella se rieron.
-¿Cómo fue que tomó conocimiento del caso?
-Ya había conversado con Luz y Diego y con su familia. Y ahora que comenzó el juicio decidí venir porque esto es una injusticia total y absoluta. Tiene que quedar claro que no se puede proceder de esta manera.
-Según se desprende de las declaraciones, la policía cometió irregularidades y la Justicia acusó aferrándose a una sola prueba. ¿Cómo encontrar una salida frente a estos casos?
-Vuelvo a insistir en algo que venimos trabajando hace mucho tiempo: hay que formar la policía judicial. Es necesario sacarle a la bonaerense la responsabilidad de investigar. Porque después los jueces se basan en el informe policial. La ley está aprobada y el presupuesto también, pero no se reglamente ni se pone en funcionamiento. Nos evitaría muchos tipos de problemas como este. La policía judicial tiene que depender directamente de la Corte Suprema, tiene que tener otra capacidad.
-¿Existe algún tipo de reparación cuando se trata de causas armadas?
-La ley tiene que marcar la injusticia. Luz y Diego ya llevan tres años en estas condiciones y debe haber una reparación, no solo material, sino de su buen nombre. Se tiene que limpiar su imagen ante la Justicia y, también, ante la sociedad.
-¿Existen otros casos como el de Luz y Diego?
-Hay muchas causas así. Por ejemplo, lo que pasó con Reina Maraz en Quilmes. Le dieron una condena perpetua. No hay pruebas evidentes de que ella haya sido la autora del crimen del marido. Ella es chiquita, el marido era un grandote. En su caso se hizo una discriminación total y absoluta por varios motivos: por ser mujer, indígena y pobre.