Miles de personas participaron de la XXII Marcha del Orgullo Gay que se extendió en todo el país y tuvo su acto principal en el microcentro porteño. Hubo carrozas, besos, música, amor a la presidenta y abucheos al Papa Francisco. Se festejaron las leyes, aunque se señalaron las cuentas pendientes.
Cerca de 200 mil personas marcharon en la edición número 22 de la Marcha del Orgullo lésbico, gay, travesti, transexual, transgénero, bisexual, intersexual, queer. El lema de este año fue “Educación sexual igualitaria, libre y laica” y, según los cálculos de los organizadores, superó la convocatoria del año pasado, estimada en 150 mil.
Los que participaron de la marcha se besaron, se abrazaron y apelaron a todo tipo de vestimenta, carteles y pancartas. Tocaron bandas y hubo puestos de venta de merchandising. También se vendían chipá en forma de corazón y se rifaron velones de figuras fálicas.
No faltaron las carrozas, que musicalizaron Diagonal Sur para luego transitar por Avenida de Mayo hasta el Congreso. Luego, se realizó el tradicional abucheo y reconocimiento a diferentes personalidades. En esta oportunidad, el primero en recibir insultos y silbidos fue el papa Francisco.
“Francisco es Bergoglio, el mismo que propuso una guerra de Dios contra nuestros derechos y a los que calificó como un plan del demonio. Intenta disfrazar su homofobia pero nos sigue descalificando como enfermos y desviados. No queremos lástima ni piedad, queremos justicia y respeto”, detalló un escrito en donde organizadores fundamentan los abucheos. A su vez, también recibió el desprecio de la comunidad Gabriela Michetti y las policías. Luego, con un aplauso de reconocimiento se destacó el trabajo del ministro de Educación Alberto Sileoni, Milagro Sala –activista de la comunidad– y la Presidenta.
"Es una buena ley la de educación sexual integral, pero hay problemas para que esos materiales lleguen a los chicos y los maestros", sostuvo César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). Cigliutti remarcó que gracias a las "políticas igualitarias que implementó el Gobierno nacional, todos los años hay algo por lo que festejar".
Sin embargo, el líder de la CHA indicó que la implementación de la educación sexual igualitaria, libre y laica, tal como lo establece la Ley de Educación Sexual Integral, "es una buena ley", pero aclaró que aún es resistida en varios puntos del país.
"Esta ley se trabaja muy bien desde el Ministerio de Educación de la Nación, pero hay problemas para que esos materiales lleguen a los chicos y los maestros en muchas provincias y también en la Ciudad de Buenos Aires", denunció Cigliutti.
Por otra parte, remarcó que "los manuales que tiene el Consejo Superior de Educación Católica-Consudec, el órgano que rige a los colegios privados religiosos, son tremendos, porque ni reconocen que existe el matrimonio igualitario en la Argentina". Y comentó que están trabajando para que todos los ámbitos educativos, estatales y privados, tengan estos materiales.
Además, aseguró que las leyes de Matrimonio Igualitario, Identidad de Género y Fertilización Asistida "fueron una conquista titánica pero, a partir de ellas, es otra tarea titánica que eso suceda, que se implementen, que los que quieran casarse puedan hacerlo en todo el país". "Seguimos con lo que es más importante: seguir profundizando esos cambios sociales y culturales que ya están, y que deben ser ampliados", planteó.