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El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, presentó hoy el libro “Atención y cuidado de la salud de personas privadas de su libertad”. Un trabajo de investigación que forma parte del Plan Estratégico de salud integral en el Servicio Penitenciario Federal para el período 2012 a 2015. Participaron también el viceministro de Salud, Eduardo Bustos Villar, el secretario de Justicia, Julián Álvarez, y dos de los autores del trabajo, Nicolás Kreplak y Pablo Kohan.

“La presidenta dice siempre que quien ha cometido un delito tiene como pena la privación de la libertad pero no de los derechos humanos,” explicó Alak, y agregó que uno de esos derechos fundamentales es el de la salud. “Este programa va  a ser un aporte formidable al sanitarismo argentino, va a poder determinar cuáles son las afecciones más comunes, clasificarlas y estudiarlas, en personas que en el 90% de los casos no han podido acceder a la educación primaria o no han terminado o la secundaria; es un sector social que no ha tenido acceso a la educación”. 

El libro presenta un diagnóstico detallado de la situación de la salud en los penales y de las principales patologías que afectan a los detenidos, discriminadas por edades y sexos.

Según Nicolás Kreplak, uno de los autores de la investigación, “el objetivo general es consolidar un sistema de salud que sea integral y que esté integrado en el contexto del sistema de salud del país.” Por eso el ministerio de Justicia trabajó en estrecha colaboración con el de Salud. Juntos realizaron una encuesta pormenorizada a más de 840 personas privadas de la libertad.

“Este trabajo tiene una mirada interdisciplinaria”, dijo  el viceministro de Salud, “es un trabajo de encuentro frente a las necesidades de la población que está privada sólo de la libertad. Una población que siente, que se emociona, que sufre, que padece.”

Pablo  Kohan dijo a Infojus Noticias que “el contexto de encierro produce enfermedades. El sólo hecho de estar en una situación de encierro con otros favorece la viabilidad de contagio de enfermedades. En especial las enfermedades infectocontagiosas que es sobre las cuales se ha hecho foco desde todas las políticas de los últimos años. La epidemiología particular de los servicios penitenciarios hace que  no solo en Argentina sino en el mundo, la tuberculosis y el HIV sean enfermedades de alta importancia en términos epidemiológicos”.

Para prevenir el contagio de estas enfermedades se han implementado políticas de diagnóstico temprano, aislamiento en unidades de tratamiento específico, en el caso de la tuberculosis, y en el del HIV, se está enfatizando la distribución masiva de preservativos, además de la educación sexual y reproductiva.

Kohan explicó que el objetivo de la reforma de salud es cambiar el modelo de atención basado en la demanda (los pacientes consultan al médico cuando tienen un síntoma) por otro basado en la prevención. “A partir de ahora, las personas privadas de la libertad tienen el derecho al control periódico de salud”.

El ministro de Justicia remarcó la importancia de experiencias como el programa Prisma de salud mental que se realiza en el penal de Ezeiza, junto a otras políticas, como la que ha llevado a los condenados por crímenes de lesa humanidad a ser atendidos en el hospital de Ezeiza en lugar de clínicas privadas, como sucedía antes. Con el Plan Estratégico de salud integral “el Servicio Penitenciario Federal está hoy a la vanguardia en Latinoamérica en cuanto a la protección y el cuidado de la salud de sus internos”, dijo Alak.